Hoy por hoy, hay varias partes de la ciudad que ya se está hundiendo y hay varias zonas del país que ya está desapareciendo.
Aumento del nivel del mar, erosión de las costas, un crecimiento urbano sin límites, son algunos de los problemas que afronta Bangkok, que se hunde año tras año y una parte de la ciudad podría quedar sumergida a partir del 2030.
Esta ciudad tailandesa acogerá entre el 4 y el 9 de septiembre la reunión preparatoria de la COP-24, la próxima conferencia de la ONU sobre el clima.
Construida sobre terrenos pantanosos, a solo 1,5 metros por encima del nivel del mar, Bangkok "se hunde entre uno y dos centímetros por año y podría sufrir graves inundaciones en un futuro cercano", asegura Tara Buakamsri, directora de Greenpeace en Tailandia, en una entrevista con la AFP.
Durante las grandes inundaciones de 2011, quedó sumergida más de una quinta parte de la ciudad. Los barrios de la periferia resultaron los más afectados, mientras que los distritos de negocios sufrieron daños mucho menores gracias a los diques construidos de urgencia.
Estas inundaciones podrían repetirse con mayor frecuencia. "Cerca de un 40%" de la ciudad podría quedar inundada, según las previsiones del Banco Mundial, que considera esta megalópolis de más de 10 millones de habitantes como una de las más amenazadas, junto con Yakarta.
Bangkok, "una ciudad obesa con el esqueleto de un niño", según la expresión del geólogo Thanawat Jarupongsaku, acusa los efectos negativos de su frenético crecimiento urbano.
El peso de los rascacielos, que no paran de construir en esta ciudad en constante transformación, también incide en su hundimiento progresivo.
De hecho, "numerosos canales que atravesaban la capital tailandesa, conocida antaño como Venecia de Oriente, desaparecieron parcialmente, al quedar soterrados por importantes redes de carreteras. Pero estos canales constituían un buen sistema de drenaje natural", subraya Suppakorn Chinvanno, experto sobre el clima de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok.
Un plan de prevención abandonado
El otro problema de Bangkok son los millones de metros cúbicos de agua que fueron extraídos de la capa freática durante décadas.
El uso de las aguas subterráneas fue limitado por ley, pero algunos siguen utilizándola de forma ilegal.
Esta ciudad también es víctima del cambio climático que hace aumentar 4 milímetros el nivel del mar, por encima de la media mundial, en el Golfo de Tailandia.
"En la actualidad, una gran parte de la ciudad ya se encuentra por debajo del nivel del mar", recuerda Tara Buakamsri.
También sufren una importante erosión los kilómetros de litoral que rodean la capital.
"Allí construyeron numerosas granjas de camarones, lo que acentuó el problema", subrayó Suppakorn Chinvanno.
Amenazada en el sur por el mar, la ciudad también podría verse afectada en el norte por el aumento de los monzones. "Los especialistas anticipan tormentas cada vez más intensas durante los próximos años", añadió Suppakorn Chinvanno.
Tras las inundaciones de 2011, el gobierno presentó un plan de prevención, pero lo abandonó después del golpe de estado militar en mayo de 2014.
Según el director del departamento de drenaje y saneamiento de Bangkok, Narong Ruangsri, cuentan con herramientas importantes: "una red de canales de 2.600 kilómetros, estaciones de bombeo y ocho túneles subterráneos para evacuar el agua. Otro túnel gigantesco está en construcción y otros tres están siendo estudiados".
En 2017, construyeron un parque diseñado para drenar millones de litros del agua de la lluvia y reorientarla para que no inunde los barrios de su alrededor.
También impulsaron la construcción de diques suplementarios y nuevos estanques para retener el agua.
No obstante, según algunos expertos, estos planes, muy costosos, pueden resultar insuficientes.