El año que termina para los partidos democráticos en Venezuela y particularmente para la Asamblea Nacional (AN) de ese país, único poder en manos de los que se oponen al régimen de Nicolás Maduro, cierra con tantos y tan graves escándalos y desaciertos que los logros internacionales, primeramente, y nacionales pasan a un segundo plano e incluso tienden a tambalear.
Y es que viendo hacia adelante pero sabiendo lo que se maneja hoy a nivel político y criminal, con congresistas supuestamente comprados por el régimen para lavar la cara de corruptos buscados por la justicia internacional, dineros extraviados que iban dirigidos a militares refugiados en Colombia y acusaciones dentro de la “unidad”, que evidentemente no es tal, no se podría presagiar que la dirigencia que prometió salir del régimen chavista en 2019 llegue siquiera a sobrevivir el amanecer de 2020.
Los retos
Entre los retos que están a la vuelta de la esquina para el Poder Legislativo venezolano y con él, toda la dirigencia opositora al régimen, se destacan cuatro: la elección interpartidista dentro del hemiciclo de sesiones para elegir a un nuevo Presidente de la Asamblea Nacional o por otro lado ratificar a Juan Guaidó (diputado por Voluntad Popular), cuestión que hay que aclarar, está muy lejos de significar cambiar al Presidente Interino ratificado por al menos 60 países.
Otro escollo que está cerca de hacerse sentir es la fecha en la que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), a fin a Maduro y al Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), defina lanzar unas adelantadas elecciones parlamentarias, amenaza cada vez más recurrente desde Miraflores y desde las “trincheras” de Diosdado Cabello.
Asimismo, ya comenzó a resolverse el manejo político-judicial desde las instituciones cooptadas por el chavismo, entiéndase Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Consejo Nacional Electoral (CNE), Contraloría General de la República y Fiscalía General de la República para aprovechar el ‘papayazo’ que han dado diputados opositores con la cadena de corruptelas que se han revelado en los últimos días.
Por último, pero quizá lo más importante, será cómo avanzará y trabajará la Asamblea Nacional, toda la dirigencia y partidos democráticos para sanear sus filas, condenar a los responsables, lavarse la cara y volver a la ofensiva política tras los escándalos sacados a relucir por Panam Post y Armando Info, además de devolverle la vida a la protesta, al cerco diplomático internacional y a las promesas ya por hoy rotas.
Guaidó, ¿presidente saliente de la AN?
Habiendo ganado las elecciones parlamentarias de 2015, la ya extinta Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organización que aglomeraba todos los partidos opositores, acordó dentro de sus filas que cada año una de las colectividades del denominado G4 (Acción Democrática-AD, Primero Justicia-PJ, Un Nuevo Tiempo-UNT y Voluntad Popular-VP) elegiría quién presidiría el Legislativo y para el quinto año (2020) los partidos minoritarios dentro de la “unidad” tomarían las riendas.
Sabiendo esto, hace algunos meses la oposición dentro de la AN en pleno decidió que Juan Guaidó seguiría al frente del Legislativo, echando así al traste el acuerdo previo. No obstante desde el sábado pasado esto está en entredicho, ya que según el diputado José Brito (PJ), uno de los acusados por pertenecer al denominado caso de “alquiler de diputados” “Maletín Verde”, habría al menos 70 parlamentarios opositores dispuestos a votar en contra del hoy también Presidente Interino de Venezuela.
Elecciones parlamentarias
Este martes y desde Madrid, España, durante el COP 25, el régimen venezolano a través de su ministro de Comunicaciones, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez, insistió en que está en conversaciones con sectores de la oposición para celebrar unas elecciones parlamentarias con un nuevo CNE, con auditoría del sistema y la revisión previa del registro electoral vigente. ¿Se presentará la oposición en pleno o se dividirá? Esa es la pregunta del millón y el hermetismo entorno a esta decisión es mayúsculo.
Ahora, la dictadura liderada por Nicolás Maduro ha hecho hincapié en que las Naciones Unidas y la Unión Europea estarían invitadas como “observadores” a dichos comicios, y en palabras de Rodríguez: “Que observe Naciones Unidas, que observe la Unión Europea, si así lo quiere, que observe España, nosotros vamos a cruzar invitación a todos los organismos y a todos los países que de buena fe quieran ir a observar las elecciones”.
No así a la Organización de Estados Americanos (OEA), que según el también ex Alcalde de Caracas “no es una organización multilateral donde se encuentren los países de América, sino una organización para agredir a otros pueblos”.
Oposición disminuida
A las promesas que se hicieron en enero de este año con la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, se le suman la “alzada militar” que no se dio y que tuvo como principal fuerza la imagen del líder opositor Leopoldo López en libertad pero que no resultó en nada más allá de diputados refugiados en embajadas; las masivas manifestaciones convocadas por el primero en las principales ciudades de Venezuela con saldo de muertos, heridos y presos; y el fallido intento de febrero de ingresar la ayuda humanitaria por la frontera con Colombia y todo lo que eso significaba.
A esto hay que agregarle lo que ha pasado en los últimos días con los casos de corrupción dentro de la Asamblea Nacional, cuestión que ha obligado a los partidos involucrados (PJ, VP y UNT) a suspender a los diputados señalados, a Guaidó a desmantelar la Comisión de Contraloría del Legislativo, armar una nueva junta que se haga cargo de la investigación de los casos y a salir a la opinión pública a nivel nacional e internacional a responder por estos señalamientos de dineros extraviados y parlamentarios “alquilados” por el régimen para desestimar acusaciones tanto en la Fiscalía de Colombia como en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Con todo esto en la palestra aunado a encuestas que exhiben un desplome de la aprobación de Guaidó en la opinión pública venezolana, son más las preguntas por responder que las respuestas acertadas que la dirigencia opositora vinotinto ha dado a diciembre del año que termina.
“Papayazo” al chavismo
Con los casos de corrupción revelados por la prensa y las acusaciones de Brito y compañía en contra del Presidente de la AN y su entorno, el régimen oficialista ha movido sus piezas en el tablero de tal forma que sus cooptadas instituciones ya han puesto los alfiles en marcha.
El primero en tomar la palabra fue el líder del régimen chavista, Nicolás Maduro, quien en varias alocuciones durante la semana “mandó” tanto a la Fiscalía como a la Contraloría a acusar, investigar y “meter preso” a Guaidó y a “detener el desfalco” del erario que a su juicio comete la directiva del Poder Legislativo. Acto seguido, el contralor general de la República, Elvis Amoroso, hizo público el viernes que habría dado la orden de bloquear las cuentas de varios diputados opositores encabezados por el Presidente Interino.
Asimismo se espera que el Fiscal designado por la ANC, Tarek William Saab, salga a principios de semana a hacer públicas y “formales” las investigaciones que se adelantarían en esta entidad en contra de los parlamentarios opositores.
Sortear esto será un reto mayúsculo para los políticos demócratas que se encuentran dentro del territorio del hermano país…para todo lo demás ¿Feliz Navidad?