Oxígeno económico, pero sobre todo apoyo político para la consolidación del nuevo orden mundial que considera surgirá tras la ‘ofensiva especial’ que realiza en Ucrania fue el objetivo de Rusia con las cortas pero claves visitas que su canciller, Sergei Lavrov, realizó a China e India.
La región Asia-Pacífico es desde meses atrás, mucho antes de la actual guerra, en el eje de la geopolítica global y, de allí, que tanto Estados Unidos como su connatural competidor y rival, Rusia, hayan realizado estratégicas movidas en esta zona que se erige como el epicentro del nuevo orden mundial, tal cual lo han pregonado Moscú y Pekín.
Y así quedó confirmado en el encuentro de Lavrov con su par chino, Wang Yi, quien sostuvo que “la situación ha entrado en un periodo de turbulencia y cambio…el mundo atraviesa cambios profundos no vistos en un siglo", para después agregar que su país “siempre ha apoyado que el mundo vaya hacia la multipolaridad y la democratización de las relaciones internacionales. Ha estado siempre la historia".
Este espaldarazo al divulgado nuevo orden mundial que desde hace semanas hace Rusia lo complementó el jefe de la diplomacia china al referirse a la guerra en Ucrania al señalar que “el actual estallido es una acumulación de conflictos sobre la seguridad en Europa, resultado de una mentalidad de Guerra Fría y confrontación de grupo".
Tras permanecer un día en territorio chino, donde reivindicó que la amistad sino-rusa es “sólida como una roca”, tal cual lo expresara semanas atrás el propio Wang Yi, Lavrov prosiguió su viaje hacia el otro gigante y estratégico país asiático: India.
Prudente o convenientemente, India al igual que China, se abstuvo de apoyar la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en las que se condenaba a Rusia por la invasión a Ucrania, lo que llevó a Estados Unidos a criticar su ‘indecisión’ y al Reino Unido a pedirle que tomara posición.
Esa “neutralidad” frente a la actual guerra fue precisamente el primer reconocimiento que ayer, desde territorio hindú, hizo el canciller ruso a su homólogo S. Jaishankar, en la primera cita de su apretada agenda política.
"En estos días, nuestros colegas occidentales querrían reducir cualquier tema internacional significativo a la crisis en Ucrania…apreciamos que India aborde esta situación tomando el conjunto de los hechos y no únicamente de manera unilateral", declaró en inglés Lavorv en compañía del canciller de esa gigantesca nación.
India, presidida por Narendra Modi, aunque comparte la inquietud de Occidente ante el creciente poderío de Pekín en la región Asia-Pacífico, mantiene una cercanía con Rusia, por ser ésta su mayor proveedora de armamento.
En aras de su seguridad nacional, y las crecientes tensiones con China, India se blindó militarmente adquiriendo desde 2018 armas, aviones, misiles y un escudo de defensa aérea, todas rusas, en contratos que solo ese año superaron los UDS 5.000 millones.
Y aunque no han vuelto a registrarse enfrentamientos desde junio de 2020, cuando militares chinos e indios chocaron en la frontera de Tibet y de la región india de Ladakh dejó como saldo 20 muertos del lado indio, según Nueva Delhi, y cuatro del lado chino, según Pekín, es una tensión latente.
Así y aunque India depende en gran medida de Rusia para el mantenimiento de su equipo de defensa, ya que como reseñamos es armamento adquirido a ellos, en los últimos años ha tenido un claro acercamiento a Occidente, específicamente a Estados Unidos, con el que mantiene un volumen de comercio que supera los USD 100 mil millones. Para la Casa Blanca dicha nación es clave en su estrategia para el Indo-Pacífico, la que precisamente esta semana fue recordada por el presidente Joe Biden.
Al recibir al premier de Singapur, Lee Hsien Loong, en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense sostuvo que “las reglas del mundo enfrentan desafíos sin precedentes", pero que la guerra en Ucrania no distrae los objetivos internacionales de Washington.
"Aun cuando nos ocupamos de la crisis en Europa, mi administración es firmemente partidaria de actuar rápidamente para implementar la estrategia Indo-Pacífico…Queremos asegurar que la región permanezca libre y abierta", dijo en clara alusión a lo que percibe como el intento de China de dominar las rutas comerciales internacionales.
"Estamos buscando un libre y abierto Indo-Pacifico, un Indo-Pacífico conectado, próspero y más seguro", agregó Biden, reiterando que dicha región, por la creciente influencia de Pekín, es un tema estratégico para Estados Unidos.
Lee, por su parte, manifestó que "la guerra en Ucrania tiene implicaciones para la región Asia-Pacífico. Hay potenciales focos de tensión y asuntos contenciosos también en nuestra región que, si no se manejan bien, podrían escalar hacia un conflicto abierto".
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Prioridad de India
Como reseñamos, India protege sus fronteras con Pakistán y China con armamento ruso y de allí que si hubiese optado por condenar a Rusia por la invasión a territorio ucraniano se expondría a que el mismo quedara, en poco tiempo obsoleto, ya que necesita los repuestos para su mantenimiento.
Esto que puede parecer de poca monta tiene tras de sí toda una concepción política, ya que este país, la primera democracia del mundo y la segunda nación más poblada del orbe, basa su diplomacia en la seguridad nacional. De allí que desde el final de la Guerra Fría mantenga una asociación estratégica con Rusia que tiene como pilares la compraventa de armas y el apoyo mutuo en el escenario global.
Esta es la razón por la que ahora se abstuvo en la resolución de condena en el Consejo de Seguridad, al igual que la neutralidad que mantuvo en 2014 con el texto de ONU sobre la anexión Rusia a Crimea.
También, y a diferencia de los demás miembros del llamado "Quad" (Australia, Japón y Estados Unidos), India sigue comprando petróleo ruso.
De esta forma, Nueva Delhi considera a Rusia "amigo desde hace mucho tiempo" y un "pilar clave" de su política exterior que, como dijimos, está basada en su seguridad nacional.
"Proveedor de confianza"
Según un informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri), el 46% de las importaciones indias procedieron de Rusia entre 2017 y 2021.
Rusia "siempre ha permanecido ajena a las presiones externas y nos ha abastecido cuando lo hemos necesitado, sin fallos", declaró Nandan Unnikrishnan, de la Observer Research Foundation, un grupo de reflexión con sede en Nueva Delhi.
La fiabilidad de Rusia durante décadas ha sido la piedra angular de las relaciones bilaterales desde que Nueva Delhi compró por primera vez aviones de combate Mig-21 a la Unión Soviética en 1962, apunta el experto.
Estos lazos militares se forjaron y fortalecieron con la derrota de India ante China en la guerra fronteriza de 1962 y, posteriormente, con el conflicto con Pakistán en 1971 que condujo a la creación de Bangladés.
En 1971 se firmó un histórico Tratado de Amistad y Cooperación indo-soviético.
"La guerra en Ucrania no cambia el contexto de nuestra vecindad, así que ¿por qué deberíamos considerar remplazar a nuestro proveedor de confianza desde hace muchos años sin un reemplazo realista?", se pregunta Nandan Unnikrishnan.
Según el Instituto Internacional de Estudios de Seguridad, India cuenta con unos 3.500 tanques de origen ruso, fabricados en India bajo licencia, y una flota de aviones de combate Sukhoi y MiG.
El único portaaviones operativo de India es el "Admiral Gorshkov", un buque de la época soviética renovado. Cuatro de sus diez destructores son de origen ruso, al igual que ocho de sus catorce submarinos no nucleares.
También tiene importantes pedidos en curso con Rusia, incluido un contrato de 5.000 millones de dólares para ocho sistemas de defensa aérea de largo alcance S-400, que empezó a recibir el año pasado, así como cuatro fragatas y un submarino de propulsión nuclear.
"Es muy difícil que India adopte una posición diferente frente a Rusia", declaró el experto en política internacional Manoj Joshi.
Y más allá de esta justificación político-económica, vale la pena preguntarse, ¿por qué si China es una ‘amenaza’ constante para su seguridad, India mantiene su alianza con Rusia cuando ésta se encuentra cada vez más cercana de Pekín?
La respuesta puede ser que a ambos gigantes asiáticos les conviene mantener sus reservas en torno al conflicto en Ucrania porque para India están en juego sus intereses económico-militares mientras que para China en la medida en que Nueva Delhi esté más cerca a Moscú no sólo se alejará de su competir geopolítico, Estados Unidos, sino que en cierta forma da ‘validez’ a su apoyo a Rusia. Y todo ello con un trasfondo claro: un nuevo orden mundial.