TRAS 20 años en el poder, el presidente argelino Abdelaziz Bouteflika dimitió de su cargo el martes 2 de marzo de este año. Durante sus múltiples mandatos, el exmandatario vivió la Primavera Árabe y realizó amnistías con grupos islámicos para mejorar la gobernanza dentro del Estado. La finalización del periodo presidencial se da en un contexto sociopolítico complicado para el país.
A lo largo de su candidatura para las elecciones de 1999, Abdelaziz Bouteflika contó con el apoyo de gran parte de las Fuerzas Armadas, las cuales lo apoyarían hasta los últimos meses que permaneció en el poder. En las elecciones argelinas de ese año Bouteflika ganó los comicios con un 75% de los votos a nivel nacional. En ese entonces, los otros candidatos denunciaron fraude electoral y posteriormente retiraron sus candidaturas. El Presidente de Argelia se lanzaría a la reelección en 2004 y ganaría nuevamente, esta vez durante comicios organizados con la ayuda de la comunidad internacional. Sin embargo, su opositor, el General Retirado Ali Benfis, denunciaría fraude electoral.
En 2005 el gobierno sometió a referéndum un plan de reconciliación que llevaría a la terminación de la ola de violencia que azotaba al país. El plan fue aprobado con el respaldo del 97% de la población nacional, según resultados oficiales publicados por el gobierno del Estado africano. La reconciliación llevaría a conceder amnistía a islamistas que se encontraban en prisión por realizar actos de terror y violencia, y por perpetrar matanzas colectivas en el Estado argelino. Llevaría también a otorgar perdón a miembros de las fuerzas de seguridad que hubiesen realizado actos como secuestro y desaparición forzada a miembros de las milicias islámicas presentes en el territorio.
Más adelante, en 2014, Abdelaziz Bouteflika ganaría las elecciones nuevamente, esta vez sin hacer parte de una campaña electoral. Lo anterior, debido a que sus tercer y cuarto mandatos estuvieron cobijados bajo a una reforma constitucional que le permitía al Presidente continuar en el poder. Estas enmiendas le permitieron aspirar en 2017 a un quinto mandato. Al anunciar este último, hubo protestas masivas y poco usuales en las calles por parte de la población alegando demasiados años en el poder por parte del hoy expresidente.
Contrario a mandatarios de países como Egipto, Túnez, Yemen y Marruecos, durante la Primavera Árabe (2010-2012), Abdelaziz Bouteflika lograría permanecer en el poder debido al respaldo de las Fuerzas Armadas del país. Hasta 2019, el Mandatario contó con el respaldo de las autoridades. Sin embargo, previo a la dimisión del exmandatario, Ahmed Gaïd Salah, Jefe del personal del Ejército de Argelia, pidió que Abdelaziz fuera declarado no apto para el cargo. De hecho, el jefe militar y parte de las fuerzas armadas habían mostrado apoyo a la población durante las protestas. Los principales motivos fueron las limitaciones de Bouteflika. Estas se hicieron más visibles después de sufrir un derrame cerebral en 2013. Desde ese año, el Mandatario disminuyó sus apariciones en público debido al deterioro de su salud. Empeoraron sus capacidades físicas y poco a poco tuvo que empezar a desplazarse en silla de ruedas, disminuir sus esfuerzos y a hablar cada vez menos en público. Debido a este deterioro, Saïd Bouteflika el hermano del Presidente comenzó a aparecer en público en lugar de Abdelaziz.
El exmandatario había expresado con anterioridad que dimitiría antes del 28 de abril, fecha en la que terminaría su mandato presidencial según la Carta Magna del país. Bouteflika dio a conocer esta información al público después de más de cinco semanas de protestas y tras la petición por parte del Viceministro de Defensa de Argelia, de poner en marcha una solución constitucional a las protestas y el inconformismo. En vista de la crisis el general Ahmed Gaid Salah pediría la implementación de los artículos 7, 8 y 102 de la Constitución de Argelia con la finalidad de inhabilitar al Mandatario.
El martes Abdelaziz Bouteflika se presentó vestido con una túnica blanca o Kamis ante el Consejo Constitucional, presidido por Tayeb Belaiz para presentar su renuncia formalmente. A partir de ese momento comenzó un periodo de transición dentro de la política y del gobierno argelino a cargo de Abdelkader Bensalah, presidente del Senado. Bensalah deberá organizar elecciones presidenciales en máximo 90 días. Desde presidencia se ha puesto a conocimiento público la composición del gobierno de transición liderado por el exministro de Interior, Nouredin Bedaui, y Gaïd Salah. Ese gobierno transicional puede ser renovado al llamar a elecciones.
A más tardar en tres meses se dará a conocer qué pasará con este nuevo gobierno y la fecha de las siguientes elecciones en el Estado Argelino. Se presentarán las candidaturas y los pobladores tendrán la oportunidad de votar, ejercer sus derechos democráticos y elegir al próximo mandatario que dirigirá al Estado africano desde La Mouradia, nombre oficial del Palacio Presidencial principal en Argel, capital argelina. Es de esperar que el nuevo gobierno logre implementar políticas que puedan sacar al país de la crisis económica y social, y contribuir al desarrollo del Estado y de la población argelina.
Internacionalista de la Universidad Javeriana