Estados Unidos congregó este martes en Alemania a unos 40 países aliados para armar más a Ucrania frente a Rusia, coincidiendo con una visita del secretario general de la ONU a Moscú, donde reclamó un alto el fuego "lo antes posible".
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, encabeza una reunión con sus homólogos aliados en la base estadounidense de Ramstein, en Alemania, para acelerar las entregas de armas a Ucrania.
Si bien en marzo las fuerzas ucranianas lograron repeler la ofensiva rusa contra la capital, Kiev, Rusia va avanzando lentamente en el sur del país y en el Donbás (este), una zona parcialmente controlada por los separatistas prorrusos desde 2014, dos regiones que los rusos persiguen controlar totalmente.
Con todo, los ucranianos "pueden ganar si tienen los buenos equipamientos, el apoyo adecuado", afirmó Austin el lunes, un día después de su visita a Kiev junto al secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en el que fue su primer viaje a Ucrania desde el inicio del conflicto, el 24 de febrero.
Tras haber declinado suministrar armas ofensivas a Ucrania, tanto Estados Unidos como el Reino Unido, Francia y la República Checa dieron el paso.
Incluso Alemania prevé enviar tanques de tipo "Gepard", especializados en la defensa antiaérea, dijo este martes una fuente gubernamental.
Mike Jacobson, especialista civil en artillería, apuntó que los occidentales desean dejar que Ucrania pueda responder a los bombardeos rusos de largo alcance, destinados a que las fuerzas ucranianas reculen antes de desplegar tanques y soldados y ocupar el terreno.
Según el experto, los occidentales esperan que, dotando al ejército ucraniano de mejores defensas antiáereas, drones de ataque y apoyo en el ámbito de la inteligencia, este pueda destruir gran parte de la potencia de fuego rusa.
A más largo plazo, "queremos ver a Rusia debilitada hasta tal punto que no pueda hacer cosas como la invasión de Ucrania", afirmó Austin.
Guterres pide en Moscú alto el fuego
En el plano diplomático, las negociaciones entre Rusia y Ucrania parecen más estancadas que nunca.
Este martes, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, visita Moscú, donde debe reunirse con el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, y con el presidente Vladimir Putin, en el marco de una gira que también lo llevará a Kiev."Lo que nos interesa mucho es encontrar los medios para crear las condiciones para un diálogo eficaz, crear las condiciones para un alto el fuego lo antes posible", declaró Guterres, antes de su encuentro con Lavrov.
El lunes, el jefe de la diplomacia rusa había asegurado que Moscú quiere seguir negociando pero culpó al presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, de "aparentar" que quiere dialogar con Rusia cuando en realidad no quiere hacerlo.
"Es un buen actor [...], si miran atentamente y leen atentamente lo que dice, encontrarán un millar de contradicciones", señaló Lavrov.
El conflicto ha forzado ya a casi 13 millones de ucranianos a dejar sus hogares, de los cuales más de cinco millones de ellos se fueron del país, según las últimas cifras de la ONU.
Pero este martes, la organización calculó que el número de refugiados ucranianos que huyen del país podría alcanzar los 8,3 millones.
Además, frente a un empeoramiento de la situación, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados -que al principio de la guerra estimaba que el conflicto dejaría 4 millones de refugiados- solicitó 1.850 millones de dólares para apoyar a los refugiados en los países vecinos.
La ONU duplicó a 2.250 millones de dólares su pedido de ayuda humanitaria de emergencia para Ucrania.
Situación complicada
Zelenski sostuvo el lunes por la noche que la victoria ucraniana solo era cuestión de tiempo. "Gracias a la valentía de todos los ucranianos y de todas las ucranianas, nuestro Estado es un verdadero símbolo de la lucha por la libertad", declaró.
Pero en el frente del Donbás, la situación es complicada y "en el plano de la moral, la situación es complicada. No es todo rosa", dijo a la AFP Irina Ribakova, oficial de prensa de la 93ª brigada ucraniana.
Varias localidades como Izium y Kreminna cayeron en las dos últimas semanas y el ejército ruso continúa ganando terreno, reducto a reducto, en tanto los ucranianos se esfuerzan desde hace días por limitar ese avance.
Tanto en el Donbás como en el sur, "el enemigo efectúa bombardeos contra posiciones de nuestras tropas a lo largo de toda la línea del frente con morteros, artillería y lanza-cohetes múltiples", indicó el martes el Ministerio de Defensa ucraniano.
En el sur, dos misiles rusos impactaron el martes por la mañana en la ciudad de Zaporiyia, causando al menos un muerto y un herido, informó la administración regional.
Hasta Zaporiyia, una localidad eminentemente industrial a orillas del río Dniéper, donde también se encuentra la central nuclear más grande de Ucrania, llegaron en las últimas semanas multitud de civiles ucranianos que huyeron del asedio de Mariúpol (sur) y de otras ciudades bombardeadas del Donbás.
Sin embargo, la ciudad se está preparando ahora para un ataque de las fuerzas rusas desde la costa, según el Ministerio ucraniano de Defensa.