ESTADOS UNIDOS pidió al mundo que "apoye la participación significativa y sólida de Taiwán" en las instituciones de la ONU, a pesar de la resistencia de China.
"Alentamos a todos los Estados miembro de la ONU a que se unan a nosotros para apoyar la participación sólida y significativa de Taiwán en todo el sistema de la ONU y en la comunidad internacional", dijo el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken.
"Taiwán es un socio crucial de Estados Unidos y un éxito democrático", agregó en un comunicado para conmemorar los 50 años desde que la Asamblea General de la ONU votara sentar a Pekín y expulsar a Taipei.
En el texto, que podría suscitar la ira de Pekín, Blinken lamentó que Taiwán, ahora una democracia rica, haya sido cada vez más excluida del escenario mundial.
Su participación en el sistema de la ONU "no es una cuestión política, sino una cuestión pragmática".
"La exclusión de Taiwán socava el importante trabajo de la ONU y sus agencias", dijo, al citar la exclusión de Taipei de las reuniones de la Organización de Aviación Civil Internacional y la Organización Mundial de la Salud, pese a que millones de pasajeros pasan por los aeropuertos taiwaneses cada año y que la isla fue aclamada por su respuesta de "clase mundial" a la pandemia de coronavirus.
Estados Unidos está "entre los muchos estados miembro de la ONU que ven a Taiwán como un socio valioso y un amigo de confianza", agregó Blinken, que subrayó que Washington sigue reconociendo solo a Pekín, con el que estableció relaciones diplomáticas en 1979 en detrimento de Taipei.
Esta declaración se produce en medio de las intensas tensiones en el estrecho de Formosa, luego de que Pekín realizara a principios de mes un número récord de incursiones aéreas cerca de la isla.
China, que ejerce el poder de veto en el Consejo de Seguridad, ha intensificado sus esfuerzos para excluir a Taiwán desde la elección de 2016 de la presidenta Tsai Ing-wen, quien enfatiza la identidad separada de la isla.
Taiwán saludó el apoyo de Blinken y su reconocimiento de que el "país" es "un socio vital de Estados Unidos y una democracia modelo".
"Su apoyo a la participación significativa del país en las actividades, mecanismos y reuniones de las agencias especializadas de la ONU es clave para abordar con éxito los desafíos globales", dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán en un comunicado.
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Preguntado la semana pasada sobre la posibilidad de una intervención militar estadounidense para defender Taiwán en caso de un ataque de China, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió afirmativamente: "Sí, tenemos un compromiso en ese sentido".
Su declaración, que desató la furia de China, pareció contradecir la postura de "ambigüedad estratégica" estadounidense, por lo que la Casa Blanca debió aclarar rápidamente que mantiene "sin cambios" su política enmarcada en Ley de Relaciones con Taiwán.
Esa política evita dar pretextos a Pekín para mostrarse más agresiva hacia Taiwán y frenar cualquier inclinación de Taipei a declarar formalmente la independencia, aunque proporciona a la isla ayuda para construir y fortalecer sus defensas, sin prometer explícitamente una intervención en caso de un ataque.
China considera que Taiwán, isla a la que huyeron en 1949 los nacionalistas de Chang Kai-shek derrotados en el continente por los comunistas de Mao Tse Tung, es una provincia que espera la reunificación, por la fuerza si es necesario.
En los años '50 la mayoría de los países reconocía a Taipei, pero en las décadas de 1960 y 1970 quedó claro que Mao conservaría el poder, haciendo necesario establecer relaciones con Pekín.