EE.UU. define su equilibrio político en elección en Georgia | El Nuevo Siglo
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Martes, 5 de Enero de 2021
Agence France Presse

Los electores de Georgia acuden este martes a las urnas para una doble elección que decidirá el destino del Senado de Estados Unidos y cuyo impacto será decisivo en los primeros años de gobierno del futuro presidente demócrata Joe Biden, quien pretende romper con la línea de Donald Trump.

"Las oficinas de voto están abiertas. ¡Voten!", tuiteó el candidato demócrata Jon Ossoff quien, junto a Raphael Warnock, espera dar la sorpresa y otorgarle a su partido el control del Senado. 

"El futuro de nuestro país está en juego, es la última línea de defensa para nuestro modo de vida", aseguró, de su lado, David Perdue, uno de los dos senadores republicanos que busca la reelección junto a Kelly Loeffler, en declaraciones al canal Fox News.

Si los dos candidatos demócratas vencen a los legisladores conservadores salientes, el partido de Biden tomará el control del Senado. Y a su llegada a la Casa Blanca el 20 de enero, el futuro mandatario podrá contar con la mayoría en el Congreso para aplicar su programa. 

Los comicios se anuncian, sin embargo, ajustados y los resultados definitivos podrían tardar días en conocerse. 

La importancia de las elecciones en el estado sureño se refleja en el dinero gastado en la campaña: 832 millones de dólares, según Center for Responsive Politics, un organismo independiente que analiza las sumas invertidas por los partidos. 

Más de tres millones de electores, de unos siete millones de inscritos, votaron con antelación, un récord para unas senatoriales parciales en Georgia. 

La movilización está a la altura de lo que hay en juego, por lo que tanto el presidente electo Biden como el saliente Trump se desplazaron el lunes hasta Georgia para hacer campaña por sus candidatos. 

Ese "estado puede cambiar el rumbo no sólo durante los próximos cuatro años, sino también para la próxima generación", declaró Biden durante un mitin en Atlanta.

Una perspectiva que preocupa a los republicanos, que agitaron el fantasma de un gobierno "radical" y "socialista" hasta las últimas horas de la campaña, marcadas por un gran mitin de Trump. 

Estas elecciones parciales podrían ser "su última oportunidad de salvar al Estados Unidos que amamos", dijo ante sus fieles el mandatario republicano, que se niega a reconocer su derrota dos meses después de las elecciones. 

Pese a sus presiones e indignación, las autoridades republicanas de Georgia confirmaron la victoria de Biden. 

Aunque en Dalton, una zona rural y conservadora del noroeste de Georgia, los seguidores de Trump se mostraron convencidos de que el republicano había ganado las elecciones, denunciando como él fraudes masivos, que no han sido probados.

Esas acusaciones no impedirán, sin embargo, que voten este martes por los candidatos republicanos.

"Porque creo en la libertad y no creo en el socialismo", dijo Kimberly Hauri, una contable de 50 años que viajó desde Atlanta, a unos 150 km de Dalton, para ver a Trump. 

Los dos candidatos republicanos parten como favoritos en la conservadora Georgia. Perdue quedó cerca del 50% frente a Jon Ossoff en la primera vuelta. Y, pese a que Warnock se adelantó a Loeffler en la primera votación, ésta podría beneficiarse de los apoyos de un rival republicano eliminado.

Una carrera ajustada

Los demócratas confían, no obstante, en ganar el Senado, impulsados por la estrecha victoria de Biden en Georgia el 3 de noviembre, la primera del partido en ese estado desde 1992. 

Para ello necesitan una gran movilización de los electores afroestadounidenses, claves para los demócratas, y esperan que algunos republicanos moderados no vayan a votar, desalentados por todas las acusaciones de fraude. 

Es difícil, por tanto, vaticinar quién ganará estas elecciones. Los pocos sondeos realizados muestran una carrera muy ajustada, y tal vez haya que esperar varios días para conocer los resultados definitivos. 

Un día después de esos comicios, el Congreso se reunirá para registrar formalmente los votos electorales conseguidos por Biden en las presidenciales de noviembre (306 contra 232).

Esa obligación constitucional es un mero trámite, pero el rechazo de Trump a los resultados lo convertirán este año en algo distinto. 

Aunque varios pesos pesados republicanos, incluido su líder en el Senado Mitch McConnell, admitieron la victoria de Biden, el presidente saliente aún puede contar con el apoyo de decenas de congresistas. 

Tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, esos parlamentarios prometieron expresar el miércoles sus acusaciones de fraude. 

El miércoles, los ojos estarán puestos en el vicepresidente Mike Pence que, según el protocolo, será el encargado de declarar ganador a Biden en el Congreso. 

"Espero que nuestro gran vicepresidente no nos decepcione", dijo Trump al respecto. "Si nos decepciona, lo querré menos", añadió. 

Una gran manifestación de apoyo a Trump ha sido convocada para el miércoles en la capital estadounidense.