Un bombardeo diario con informaciones que van desde la visión que tienen los bandos involucrados tienen sobre la guerra hasta fake news (orquestadas y deliberadas con fines desconocidos) es lo que se divulga en el mundo desde el momento en que Rusia decidió la “operación especial” para según su argumento “desnazificar Ucrania”.
La desinformación se ha vuelto una constante. Es un fuego cruzado diario entre los países enfrentados y sus respectivos aliados, una “potente artillería” impulsada por las redes sociales, generando una “tercera guerra mundial” pero mediática.
Estos son algunos de los hechos denunciados sobre los que hay más dudas que certezas:
1. El significado y uso de la Z. Desde que inició la invasión, el pasado 24 de febrero, llamó la atención que en carros y tanques rusos apareciera dibujada una Z, en muchos casos dentro de una figura geométrica. Por su parecido con la esvástica utilizada por Hitler comenzó a especularse desde que era un símbolo de exterminio hasta un signo militar para evitar fuego amigo y codificar el lugar de la avanzada. Al poco tiempo se convirtió en un mensaje de apoyo de los rusos a sus soldados sobre el terreno volviéndose tan viral que del uso en uniformes deportivos pasó a verse en coches, vestimenta y hasta en el maquillaje de uñas. Las autoridades ucranianas pidieron a la comunidad internacional “criminalizar” la utilización de tal símbolo por considerarlo un “apoyo público a la agresión que ha implicado bombardeos y miles de asesinatos” de sus ciudadanos. Es hoy una Z que despierta odios y pasiones.
2. Bombardeos indiscriminados. Horror e indignación causaron las informaciones sobre bombardeos rusos a un hospital materno, una escuela y un teatro, todos en Mariúpol. En el primero fallecieron tres personas y 11 resultaron heridas pero, según el Kremlin en el lugar no había ni embarazadas ni personal médico ya que días antes fueron evacuados para convertirse en una base de operaciones de “extremistas del batallón Azov y otros combatientes radicales”. La escuela desocupada fue alcanzada por el impacto de un misil y, el teatro que según las autoridades ucranianas era un refugio antiaéreo para los civiles, para los rusos era un depósito de armas, quedó en ruinas. La primera información indicaba que había cientos de muertos, al otro día se informó del rescate, sanos y salvos de 300 personas y horas después que los fallecidos superaban ese número. A hoy la cifra de víctimas es incierta.
3. Toma a Kiev. Cuando inició la ofensiva, las informaciones de Occidente aseguraron que el plan ruso era tomarse Kiev, derrocar a Zelenski e instaurar un gobierno afín a los intereses de Vladimir Putin, lo que fue desmentido por el propio mandatario. A más de un mes de la guerra, con el anuncio de que se replegaría del norte del país (que incluye la capital), se indica que el objetivo del Kremlin está en el otro extremo, en el sur, para liberar Donbás. El viernes, las autoridades ucranianas alertaron que, pese a la retirada de las tropas rusas de Kiev y Chernígov, Moscú planea una nueva ofensiva a través de la cual conquistar Ucrania antes del 9 de mayo, Día de la Victoria en Rusia, que tradicionalmente y con demostración de poderío militar festeja junto a Bielorrusia y otras antiguas repúblicas soviéticas.
4. Espías en embajadas. En una acción coordinada en el marco de la guerra y como una sanción política por la misma, Estados Unidos y todos los países europeos decidieron expulsaron a la mayoría de diplomáticos rusos, lo que fue respondido consecuentemente por el Kremlin. Los gobiernos explicaron sus respectivas justificaciones que, aunque con lenguajes diferentes coincidieron en el motivo: espionaje. Así con frases como “operaciones de influencia que amenazan la seguridad nacional”, “sus actividades no cumplen con las normas internacionales de comportamiento diplomático”, “acreditados como diplomáticos que actúan secretamente como agentes de inteligencia” o “persona non grata” se argumentó la expulsión de representantes y funcionarios de decenas de legaciones diplomáticas, muchos de los cuales llevaban años en sus cargos.
5. Número de víctimas. Como en cualquier conflicto, el número de bajas de convierte en propaganda bélica y ‘arma de presión’. De allí que la disparidad en las cifras de los ‘partes de guerra’ hasta ahora entregados. Así, mientras el Ejército de Ucrania cifró en "cerca de 17.700" los soldados rusos muertos en combate desde el inicio de la guerra, lo que contrasta con el balance norteamericano que los cifra en siete mil y dista mucho más de la información oficial rusa que, con corte al pasado 25 de marzo, daba cuenta de 1.351 militares fallecidos, entre ellos tres generales y 3.825 heridos. Por su parte, Naciones Unidas indicó que hasta este viernes -y con la claridad de que el balance es mucho mayor- ha confirmado 3.257 bajas civiles en Ucrania: 1.276 muertos (entre ellos 54 niños) y 1.981 heridos.
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6. Crímenes de guerra. La Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, abrió el 3 de marzo una investigación sobre las acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania, la que se vislumbra compleja y prolongada porque deberá estudiar puntualmente cada caso para determinar si se verifico tal delito. Luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tildara a Putin como “un criminal de guerra”, “dictador asesino” y “matón puro”, tanto su gobierno como Naciones Unidas, la OEA y varios países europeos señalaron que el ejército ruso ha cometido crímenes de guerra en Ucrania por “informes creíbles de ataques indiscriminados y ataques dirigidos deliberadamente contra civiles, así como otras atrocidades". Beth Van Schaack, la embajadora general estadounidense para la Justicia Penal Global, dijo que su país está recopilando pruebas para presentarlas en cualquier proceso que en tal sentido se abra. Sin embargo, Estados Unidos, Ucrania y Rusia no hacen parte de este tribunal.
7. ¿Veneno a negociadores? A comienzos de semana, el diario estadounidense The Wall Street Journal reveló que el oligarca ruso Roman Abramovich, mediador ruso para el conflicto, así como dos negociadores ucranianos habían sufrido síntomas que apuntaban a un posible "envenenamiento”. Horas después el Kremlin desmintió tal afirmación, señalando que “forma parte de la guerra de información” contra Rusia. Al mismo tiempo confirmó que Abramovich desempeña un papel de mediador en las conversaciones con la contraparte ucraniana, sin ser miembro oficial de la delegación. Desde Ucrania no hubo pronunciamiento alguno.
8. El misterio sobre Wali. Se sabe su origen al igual que su trabajo, pero se desconoce su nombre y su actual paradero. Se trata del canadiense de 40 años, considerado el mejor francotirador del mundo, que semanas atrás viajó a Ucrania para enfrentar las tropas invasoras. Medios rusos como Russia Informa comunicaron hace pocos días que “Wali fue eliminado a los veinte minutos de haber entrado en la guerra en Mariupol”, pero portales ucranianos, como Ukraine News UK, y del resto del mundo, como el Daily Mail, afirman que el francotirador mató a 11 rusos y es considerado un “héroe”. Hoy no se sabe donde está, ni siquiera si está vivo.
9. Armas químicas y nucleares. El presidente Biden y la Otan advirtieron de una dura y proporcionada respuesta a Rusia si decide usar armas químicas y/o nucleares en la guerra. El Kremlin, por su parte, acusó al mandatario de querer "desviar la atención" del programa de armamento químico y biológico estadounidense en Ucrania, bajo el cual hasta se contempló utilizar aves migratorias para propagar agentes patógenos. Ambos países desmintieron la existencia de tal proyecto y Rusia hizo lo propio sobre la posibilidad de emplear tanto esas armas como de apoderarse de las centrales nucleares.
10. Sacar a Putin. Considerada como una “metida de pata” y pese a la apresurada aclaración de la Casa Blanca de que Estados Unidos no busca un “cambio de régimen” en Rusia, la declaración del presidente Joe Biden quién en su visita a Polonia, tras tildarlo de ‘carnicero’ expresó que "Putin no puede permanecer en el poder” desdibujó el mensaje de su país sobre Ucrania. Y aunque posteriormente dijo que “no me retractaba de nada porque expresó una indignación personal" y no "una política" a favor de un cambio de régimen, no sólo dio argumentos al Kremlin para cuestionar la real política norteamericana, sino que a nivel interno reavivó las negativas experiencias de Irak, Afganistán y Libia.
11. ¿Putin, mal informado y solo? Eso es lo que se deduce de la información de inteligencia norteamericana según la cual “tenemos información de que Putin cree que el ejército ruso lo engañó, lo que ha provocado una tensión continua con su estado mayor", al igual que “sus asesores le han ocultado tanto el mal desempeño de las tropas y el impacto de las sanciones en la economía”. Moscú no tardó en responder indicando que “es preocupante que Estados Unidos “no entienda al presidente Putin y el mecanismo de toma de decisiones porque cuando hay tal grado de incomprensión, se toman decisiones equivocadas que luego tienen graves consecuencias"./Redacción internacional