El Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó el martes a Walmart por su papel en la denominada crisis de los opiáceos, alegando que el gigante minorista surtió recetas incorrectamente y empeoró un desastre de salud pública.
El Gobierno acusa a Walmart de manejo irresponsable de pedidos, llenando miles de recetas "inválidas".
Las autoridades podrían incluso disponer hasta miles de millones de dólares en multas, en el litigio que siguió a una investigación de varios años, explicó el Departamento de Justicia en un comunicado de prensa.
"Como una de las cadenas de farmacias y distribuidores mayoristas de medicamentos más grandes del país, Walmart tenía la responsabilidad y los medios para ayudar a prevenir el desvío de opiáceos recetados", dijo Jeffrey Bossert Clark, director interino de la división civil del DOJ.
"En cambio, durante años hizo lo contrario: despachó miles de recetas no válidas en sus farmacias y no informó sobre pedidos sospechosos de opiáceos y otros medicamentos colocados por esas farmacias".
Walmart no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, pero la compañía minorista más grande del mundo, presentó en octubre su propia demanda contra el Departamento de Justicia en octubre en la que argumentó que la represión de Estados Unidos la puso en una posición sin salida y denunció el trato injusto del gobierno para hacerle responsable por el consumo excecivo de esos medicamentos de gran adicción.
Los farmacéuticos "deben tomar una decisión difícil" entre aceptar el criterio médico de un profesional y despachar la receta de opiáceos, o cuestionar el criterio profesional y negarse a entregarlo.