El Súper martes de mañana, 3 de marzo, en 14 estados de EU revelará lo que quieren los electores demócratas y el ‘día después’ no despejará las dudas en la cúpula sobre el norte político a seguir
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POR la variedad ideológica de la población de los estados en juego, la incorporación a última hora del centrista Michael Bloomberg, el oxígeno que recibió el exvicepresidente Joe Biden con su aplastante triunfo en Carolina del Sur y el renovado favoritismo del izquierdista Bernie Sanders para esta jornada, el Súper Martes de hoy en 14 estados se convierten en decisivo test programático para los demócratas.
El peso de la mega cita electoral de la jornada que casi en simultánea se realiza en 14 estados un territorio del país (Samoa Americana) no está dado únicamente por el número de delegados en juego, un total de 1.357 delegados de los 1.991 que garantizan la nominación final en la convención, sino porque la variopinta demográfica se pronunciará frente a dos corrientes claramente definidas: el “socialismo democrático” como lo llama el propio Sanders y el centro que encarnan Biden y Bloomberg, por lo pronto los que se perfilan con más chance para convertirse en el rival del presidente Donald Trump.
A sus 78 años y por segunda vez consecutiva en liza por la nominación demócrata, Sanders se ha convertido en el ‘favorito’ de los electores más jóvenes y los latinos, quienes con un notable hartazgo frente a las propuestas del establecimiento lo consideran como el hombre que realmente puede generar un cambio.
El veterano senador de Vermont habla claro sobre los temas que interesan a estos sectores poblacionales especialmente el cambio climático, el costo de la salud, las deudas estudiantiles y las desigualdades económicas. Ante todo ello ha prometido reformas sustanciales bajo el paraguas de su izquierda progresista.
Y esas posiciones lo han puesto de nuevo en las encuestas para la jornada de hoy, no solo en el influente estado de California -que regresa a este Súper Martes- y donde los sondeos vaticinan que se haría con los 415 delegados en juego, sino en la mayoría de los estados que hoy votan.
Una encuesta reciente del Instituto de Políticas Públicas de California mostró a Sanders adelante con 32% de la intención de voto, con 53% de apoyo entre los jóvenes votantes entre 18 y 44 años y los latinos.
Desde el inicio de las primarias en Iowa, Sanders ha ido acorralando a Biden hasta obligar al exvicepresidente a agarrarse a la trascendental victoria obtenida en Carolina del Sur este pasado sábado para mantener sus opciones de victoria. Y es por ello que la jornada de hoy será una ‘prueba ácida’ para su precandidatura.
Ideológicamente distanciado de Sanders por su ubicación en el centro del espectro político, la tendencia prevalente en las candidaturas demócratas desde hace años, y representante de las élites del partido, Joe Biden redobla esfuerzos para arañar el voto latino, especialmente en California y Texas, algo que no se vislumbra factible ya que, en ambos estados el claro favorito es Biden, aunque en segundo, ese sector demográfico estaría con la también candidata progresista Elizabeth Warren.
Sanders, según las últimas encuestas de la cadena CBS/YouGov publicadas el domingo, ganaría en ambos con un 30 por ciento aproximado de los votos (el número de delegados que se asigna es proporcional al porcentaje de voto). Biden va segundo en ambos estados, con un 19% y un 26%, respectivamente.
La encuesta destaca los puntos fuertes de Sanders y Biden. El primero, especialmente popular entre los jóvenes, los hispanos y la clase trabajadora. El segundo es el preferido de los votantes de raza negra que le encumbraron en Carolina del Sur: seis de cada diez depositaron su voto a su favor.
Si bien estas primeras votaciones palidecen ante las de la jornada de hoy -hasta ahora, Sanders solo tiene 58 delegados por los 50 de Biden- la recopilación de las encuestas hasta este momento mantiene el favoritismo del veterano senador.
Un tercer factor que juega duro en esta cita electoral es el exrepublicano y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien renunció a participar en las cuatro primarias ya realizadas (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur) para hacerse contar hoy en los 14 estados y Samoa, para lo cual gastó US$500 millones en publicidad. Las encuestas sobre intención de voto, a nivel nacional, lo posicionan en un tercer lugar (14.4%), seguido muy de cerca por Warren, (12.4%). El primer lugar lo tiene Sanders con 29.2% y el segundo Biden con 18%.
Este Súper Martes también será clave para determinar el impacto que tendrá en el electorado el retiro del más joven de los precandidatos, Pete Buttigieg, quien tras su pobre desempeño en Carolina del Sur decidió dar un paso al costado. Figuraba, a nivel nacional, con un 10% en la intención de voto y habrá de verse sus seguidores hacia qué lado de la balanza se inclinarán. Caso contrario al de la senadora Amy Klobuchar, quién también abandonó este lunes la carrera no sin antes anunciar su respaldo a Biden.
Es por todo ello que la cúpula demócrata está atenta al gran test electoral de hoy, que aunque no garantizará la nominación final para ninguno de los participantes, si decantará los dos o tres que tienen verdadero chance de hacerse con ella.
Y dada la envergadura dela votación, la junta electoral responsable de entregar los resultados de lo que ocurra en Alabama, Arkansas, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont, Virginia y Samoa Americana han pedido paciencia para conocer los mismos.
Muchos analistas políticos norteamericanos consideran que la batalla final por la nominación presidencial demócrata será entre Sanders y Biden. Igual destacan que el primero cabalga la ola del sector del electorado que ha apostado por abrazar la polarización reinante en la política estadounidense en lugar de elegir la moderación que representa Biden, en quien perciben los mismos rasgos sistémicos que vieron en Hillary Clinton, derrotada por Trump hace casi cuatro años.
Esta polarización ha encendido las alarmas de la cúpula demócrata que si bien tienen como norte impedir “cuatro años más” del presidente republicano en la Casa Blanca no están seguros de si Sanders sea el indicado para hacerlo. Y más allá de ello, porque su plataforma programática se aleja bastante del marco conceptual que tradicionalmente ha esgrimido el partido.
Y si bien “el día después” aclarará el panorama político demócrata persistirá la duda sobre cuál es el que tenga la verdadera fuerza electoral y el carisma para derrotar a Trump, máxime cuando las encuestas no ayudan en ese sentido. Algunas han colocado como vencedor a Sanders o a Biden en el duelo por la Casa blanca, pero las directivas del Partido no se muestran confiados y recuerdan lo ocurrido en la debacle de hace cuatro años de la favorita Hillary Clinton frente al actual mandatario.
Además porque Trump, para bien y para mal, es una figura establecida y rara vez se ha producido la derrota de un mandatario en la revalidación al cargo. De igual forma el presidente ha ido minando a los contendientes con fuertes críticas en las redes sociales y su base del 30 por ciento de votantes sigue irreductible, con el pleno respaldo del Partido Republicano entero contra viento y marea.
La opción pragmática de los demócratas sería la de escoger a un candidato capaz de derrotar a Trump con seguridad en dos o tres estados clave para garantizar la victoria en el colegio electoral. Biden podría ser ese candidato, pero los demócratas distan de ser un frente unido.
Sin duda el partido que tiene como emblema al burro tiene esa “encrucijada en el alma” y el Súper Martes de hoy será un claro indicativo de lo que quieren las bases y parece ser muy distante de lo que tradicionalmente ha planteado y busca la dirigencia demócrata. El “día después” podría traer nuevas y profundas dudas sobre su norte político.