Conferencia Internacional de Donantes recaudó otros US$653 millones. Su distribución la determinarán los que contribuyeron con las naciones que acogen a los refugiados
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La comunidad internacional volvió a movilizarse para solventar la emergencia humanitaria que afrontan varios países latinoamericanos por la migración venezolana y prometió ayer US$653 millones, que aunados a otras donaciones previas y préstamos anunciados elevan las prometidas ayudas a US$ 2.790 millones de dólares.
Varios organismos internacionales como la Agencia de la ONU para los Refugiados de la Cruz Roja, Acnur, y la Organización Internacional de Migraciones, OIM, alertaron meses atrás que para atender esta crisis migratoria, la mayor registrada de la historia reciente de América Latina, como la calificó el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, se necesitan solo este año alrededor de US$1.410 millones. Pero, con la pandemia por el coronavirus la demanda de recursos es mayor.
De allí que los ojos de los países latinoamericanos estuvieran ayer concentrados en la conferencia internacional de donantes que con la coordinación de España realizó la Unión Europea y en la que se anunciaron más recursos para atender la emergencia que enfrentan más de 5 millones de venezolanos desarraigados por la crisis política, económica y social.
Por cercanía geográfica y generosa política de acogida (que va desde la prestación de servicios básicos de salud y educación hasta posibilidad de empleo), Colombia se convirtió en el mayor receptor de migrantes venezolanos, al menos 1.800.000. Sin embargo, la ayuda internacional recibida ha sido insuficiente.
“El Plan Regional de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela ha movilizado sólo el 4% de los US$1.400 millones de dólares necesarios para 2020. Eso es sólo 12 dólares por migrante. Es necesario fortalecer la conciencia mundial sobre esta crisis humanitaria", indicó la canciller Claudia Blum en la Conferencia de Donantes de ayer, al tiempo que dijo que la intención del gobierno colombiano es reforzar la salud, educación y la integración económica de los venezolanos en nuestro país.
Blum llamó la atención sobre el hecho de que las previsiones de la ONU son que los 5 millones de migrantes y refugiados venezolanos actuales pasen a ser 6,5 millones para finales de 2020, de los que 2,4 millones estarían en Colombia, 600 mil más que los actuales.
Señaló, así mismo, que el Gobierno colombiano se ha enfrentado a "grandes desafíos" a la hora de ofrecer a todos ellos servicios sociales básicos pero "no puede cubrir las necesidades solo, más ahora en la emergencia actual (Covid-19)".
El reconocimiento a la política colombiana de acogida e integración a la sociedad de venezolanos ha sido unánime, al igual que el consenso para que en la distribución de la ayuda financiera se priorice al país porque, según estimaciones de Acnur y OIM, necesita al menos US$782 millones este año para los migrantes venezolanos.
Dichas proyecciones también establecen que la ayuda financiera que requerirá Ecuador es de US$208 millones; Perú US$149 millones; Brasil, US$88 millones y Chile, US$35 millones.
Y si bien muchos venezolanos decidieron en el último mes volver a su país, especialmente desde Ecuador y Colombia porque la cuarentena impuesta por el coronavirus los dejó sin empleo (generalmente informal) y por ende, el sustento diario, ese número no sobrepasaría los 80 mil, de los cuales 55 mil (3% del total de migrantes) estaban en nuestro territorio.
Para responder, una vez más, a los urgentes llamados latinoamericanos sobre la crisis migratoria, la Unión Europea realizó ayer la Conferencia Internacional de Donantes, la que dijo fue un gran logro y una forma de corresponder a los países que generosamente han brindado acogida a los millones de ciudadanos que ante la grave situación de Venezuela debieron marcharse allí.
"Podemos estar orgullosos de lo que conseguimos", subrayó la canciller española, Arancha González Laya, mientras que Antonio Vitorino, director general de la OIM destacó que "América Latina y el Caribe respondieron desde el principio de la crisis migratoria con solidaridad, hospitalidad y generosidad", y por ello la comunidad internacional debe ayudar a la región y estar "a la altura del reto".
En cuanto a la distribución de los recursos prometidos ayer, la canciller González explicó que “los contribuyentes elegirán cómo canalizan su ayuda en la crisis de refugiados venezolanos, eligiendo el lugar de destino de su donación, entre los países latinoamericanos receptores de migración, y las organizaciones que gestionarán las ayudas para atender la situación humanitaria”.
Sin embargo, la Comisión Europea, que anunció más de US$150 millones, precisó que más de la mitad será promover la integración socioeconómica de los migrantes venezolanos en terceros países como Colombia, Perú y Ecuador y el restante para aliviar las necesidades básicas de los desplazados en zonas fronterizas y comunidades de acogida.
Al concluir la Conferencia, la canciller española agradeció el compromiso de los participantes, asegurando que la llamada de la solidaridad con Venezuela ha sido respondida "con entusiasmo". A su juicio, este momento tiene que servir de "acicate" para llegar a acuerdo políticos en el país, defendiendo la necesidad de un proceso "integrador" que lleve a la celebración de elecciones libres y justas.
"Nuestro compromiso no termina aquí, los que estamos en España tenemos más de 5 millones de razones que no vamos a olvidar", aseguró en alusión a la cifra de refugiados venezolanos.
Otros voceros europeos quisieron dejar en claro que la ayuda prometida es un claro mensaje de que “la crisis venezolana se ha olvidado” y que la región que ha acogido ‘generosamente’ los migrantes que “huyen del peor régimen totalitario de América Latina jamás conocido", como lo describió el canciller brasileño Ernesto Araújo, recibirá ayuda.
Ahora, más allá de los anuncios y las buenas intenciones, los países latinoamericanos esperan que se dé pronta y efectivamente la movilización financiera ya que se necesitan mayores recursos para enfrentar la pandemia, a la par que urgen mayores ayudas sociales básicas para los migrantes que se quedaron sin empleo. Y ahí, la pregunta del millón ¿cuánto se destinará a Colombia, que alberga el mayor número de refugiados venezolanos y con la perspectiva de que aumenten en pocos meses?