CUALQUIER aplazamiento del Brexit tendrá un "costo" económico y político, advirtió el negociador europeo Michel Barnier, quien urgió al gobierno británico a justificar debidamente una eventual solicitud de prolongación.
"Una prórroga es una prolongación de la incertidumbre. Tiene un coste político y económico", afirmó en rueda de prensa en Bruselas Barnier tras una reunión de los ministros de Asuntos Europeos sobre el Brexit, sin su par británico.
Reino Unido debe abandonar la Unión Europea (UE) el 29 de marzo. Y, a diez días de la fecha, la atención se centra en una carta que la primera ministra británica, Theresa May, podría enviar a sus 27 socios solicitando una prórroga del Brexit.
Un portavoz de Downing Street señaló que May iba a enviar una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, solicitando una extensión que no precisó, pero que sus socios deberán acordar por unanimidad.
Los mandatarios "necesitarán un plan concreto de Reino Unido" antes de tomar su decisión, dijo Barnier, que planteó algunas preguntas, como por ejemplo: "¿Una prórroga aumenta las posibilidades de ratificación del acuerdo?".
Otro de los escenarios apuntados por el negociador europeo fue una revisión de la Declaración Política, que acompaña el acuerdo del Brexit y sienta las bases de la futura relación entre Reino Unido y sus todavía socios.
La Declaración Política "podría hacerse más ambiciosa en los próximos días, si una mayoría de la Cámara de los Comunes así lo desea", aseguró Barnier, dejando entrever que, de apostar por esta vía, se necesitaría una extensión corta.
Esto podría solventar el actual bloqueo en el Parlamento británico, después que su presidente John Bercow asegurara que la 'premier' británica no puede presentar el "mismo" acuerdo del Brexit que los diputados británicos ya rechazaron.
En caso de una prórroga "larga", es decir más allá del 30 de junio y que obligaría a Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo, Barnier dijo que debería estar vinculada a "un acontecimiento o un proceso político nuevos".
"¿Cómo podemos asegurarnos de que, al final de una posible prórroga, no volvamos a estar en la misma situación que actualmente?", se preguntó el negociador europeo, que subrayó que la UE ya está preparada para "un Brexit sin acuerdo".
Según el diario británico The Sun, May planearía pedir un aplazamiento de 12 meses, pero otros medios hablaban de un plazo de dos años aunque con la posibilidad de acortarlo a tres meses si el acuerdo es finalmente aprobado.
Un largo aplazamiento implicaría que Reino Unido participe en las elecciones europeas de mayo y podría acabar desembocando en un segundo referéndum sobre la salida británica del bloque.
May sigue contando, según la prensa, con la presión que esto pone en los euroescépticos opuestos a su acuerdo para lograr una aprobación in extremis del texto la próxima semana.
Así, la dramática decisión del presidente de los Comunes simplemente retrasaría un poco más un proceso que se arrastra desde hace meses provocando creciente exasperación en la parte europea.
Desde Berlín, la canciller alemana Angela Merkel afirmó estar dispuesta a "luchar hasta el último minuto" para que Reino Unido salga de la UE de forma ordenada. "No tenemos mucho tiempo pero aún nos quedan unos pocos días", afirmó.
Desde Dublín, Tusk y el primer ministro Leo Varadkar "coincidieron en que ahora debemos ver qué propuestas surgen de Londres" antes de la cumbre del jueves, según un comunicado del gobierno irlandés. Mientras tanto, "prosiguen los preparativos para un Brexit sin acuerdo, que tendría graves consecuencias para todos los interesados".