En varios países del Continente, la oposición de los respectivos gobiernos ha usado la emergencia del coronavirus para avivar las contradicciones políticas
________________
En varios países de la región, la emergencia generada por el coronavirus en vez de aplazar las disputas políticas, para dar una lucha conjunta contra la pandemia, lo que ha hecho es exacerbarlas.
Uno de esos casos es el de Bolivia, donde en los últimos días se ha desatado una pugna entre el Movimiento al Socialismo (MAS) –partido del expresidente Evo Morales, actualmente refugiado en Argentina– y el gobierno interino de Jeanine Áñez, que es a la vez candidata de la derecha en las elecciones presidenciales que se debían llevar a cabo este mes, pero fueron aplazadas de forma indefinida.
La pugna se exacerbó el fin de semana luego que el Congreso boliviano, controlado por el MAS, aprobó una ley que llama a elecciones para renovar el Ejecutivo y Legislativo en un plazo de 90 días y que Áñez se negó a validar. “En defensa de la vida y la salud de los bolivianos, rechazo las elecciones que ha convocado el MAS”, trinó Áñez.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) había sugerido a la Asamblea que definiera una nueva fecha de elecciones, en un rango entre el 28 de junio y el 27 de septiembre.
Liberación selectiva de presos
Una intensa polémica se ha generado en Argentina por la decisión de liberar presos para prevenir contagios masivos y muertes por coronavirus en las cárceles del país.
La semana pasada se registró un protesta con cacerolas, organizada desde las redes sociales y medios de comunicación e impulsada por dirigentes de la oposición al gobierno del presidente peronista Alberto Fernández.
Al responder a los reclamos, Fernández afirmó que los arrestos domiciliarios temporarios los dicta pura y exclusivamente el poder judicial. “Nadie está de acuerdo con sacar a violadores o asesinos a la calle”, dijo la ministra de Justicia, Marcela Losardo, en declaraciones al canal C5N.
Oposición legislativa
El duro enfrentamiento entre el gobierno del presidente salvadoreño Nayib Bukele y el Congreso, que en mayoría es opositor, ha continuado durante la crisis. Hace dos semanas, la Asamblea Legislativa reprochó la conducta de Bukele, quien al advertir la víspera de la posible existencia del nuevo coronavirus en un salón del parlamento provocó el desalojo de los congresistas y el fin abrupto de la sesión plenaria. “Ante los mensajes irresponsables” del presidente Bukele, “utilizando la pandemia Covid-19”, la Asamblea “rechaza la conducta” del gobernante, dijo en un comunicado.
Decisiones cuestionadas
En medio de fuertes críticas de la oposición por el manejo de la crisis que tiene a Brasil como el país de la región con más casos y fallecidos, el presidente Jair Bolsonaro, ha redoblado su apuesta para disminuir las medidas de restricción.
“La destrucción de los empleos por parte de algunos gobernadores es irresponsable e inadmisible. Vamos a pagarlo caro en el futuro”, declaró el Jefe de Estado, el domingo pasado en una manifestación realizada por sus simpatizantes. En Brasil, las medidas de confinamiento son competencia de los gobernadores estatales, que las imponen localmente, de forma más o menos estricta.
En días pasados se generó una aguda controversia política tras la renuncia de Sergio Moro, uno de los ministros estrella de Bolsonaro, quien dimitió luego del despido de uno de sus colaboradores más cercanos, el jefe de la Policía Federal Mauricio Valeixo.
“El cambio al frente de la Policía Federal sin ningún motivo real es una injerencia política que resta credibilidad a mí y al Gobierno”, dijo Moro en rueda de prensa cuando dimitió el 24 de abril.
Las declaraciones de Moro llevaron al Fiscal general a reclamar la apertura de una investigación sobre el Presidente, autorizada inmediatamente por el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
Crisis como arma política
En Nicaragua, la negativa a paralizar las actividades del país por la propagación del virus ha enfrentado al gobierno de Daniel Ortega con la oposición. El mandatario reiteró que no tomará esa medida porque eso “destruirá al país”, y acusó a sus opositores de promover esa medida con fines políticos.
“Si nosotros le decimos a la gente quédate en casa, por esa vía se destruye el país, y los que han estado con ese discurso, son los mismos que hicieron hundir al país en abril del 2018”, dijo Ortega, en alusión a las protestas antigubernamentales que estallaron en abril de ese año.
Además, abogó para que se suspendan las sanciones impuestas por Estados Unidos a altos funcionarios de su administración en el contexto de la crisis política.
Reasignación presupuestal
Una controversia generó tras la presentación de un proyecto que envió el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados para que le permitan reasignar el presupuesto por la emergencia.
Los partidos opositores PAN y PRI expresaron su rechazo en duros términos a la iniciativa. “La iniciativa del Presidente para adueñarse del presupuesto es un atajo en su ruta de imponernos una dictadura. Simboliza el desprecio presidencial a nuestra Constitución, la que juró cumplir y hacer cumplir”, afirmó el congresista Héctor Yunes, del PRI.
“Momento de sumar”
En Chile, también, las medidas del Ejecutivo han sido cuestionadas por la oposición. El ministro de Salud, Jaime Mañalich, cuestionó el rol que consideró “poco constructivo” que ha tomado la oposición durante la pandemia.
“Entiendo el interés de dañar, de oponerse, de criticar, pero este es el momento de sumar. Yo creo que si no se produce ese entendimiento, en el sentido de que este no es un momento para mezquindades, no es un momento para cuentas cortas, sino que es (para) enfrentar con claridad un desafío histórico para nuestro país, que va a marcar un antes y un después, y se sigue estando en una dinámica de no colaboración, de oposición. Creo que al final los que pierden son todos los chilenos”, dijo.
En respuesta, el senador opositor Guido Girardi afirmó que el Gobierno “no hace lo que debería estar haciendo”.