Varios líderes del Partido Republicano se pronunciaron tras las denuncias de fraude electoral lanzadas por Donald Trump, apoyando la solicitud de un recuento de votos.
"Contar cada voto es el corazón de la democracia. Ese proceso suele ser largo y, para los que se postulan, frustrante", dijo Mitt Romney, al tiempo que agregó que "Los votos se contarán. Si se alegan irregularidades, se investigarán y, en última instancia, se resolverán en los tribunales".
Los más acérrimos de Trump se unieron en bloque para respaldarlo, como Lindsey Graham, reelegido el martes tras una difícil campaña en Carolina del Sur.
"Estoy aquí esta noche para apoyar al presidente Trump como él me apoyó a mí", dijo .
Su colega Ted Cruz fue más iracundo: "Puedo decirles que el presidente está enojado y yo estoy enojado, y los votantes deberían estar enojados", dijo al presentador Sean Hannity, que conduce un programa en Fox News.
El poderoso y hábil líder del Senado, Mitch McConnell, lanzó lo que parece ser un llamado a la calma y la razón: "Cada voto legal debe ser contado. Cualquier boleta presentada ilegalmente no debe serlo. Todos los partidos deben vigilar este proceso. Y los tribunales están ahí para aplicar la ley y resolver disputas".
El senador Marco Rubio, rival de Trump en las primarias de 2016 pero que desde hace cuatro años se sumó al trumpismo como casi todo su partido, se pronunció recordando una serie de principios democráticos.
Otros políticos republicanos fueron más tibios en sus declaraciones, como el senador de Pensilvania, Pat Tommey. “El discurso del presidente anoche me molestó mucho porque hizo acusaciones muy, muy serias sin, por lo pronto, sin alguna evidencia que las sustente. No tengo conocimiento de ningún fraude importante”.
Mientras en Twitter, el congresista de Texas, Will Hurd, pidió que se contaran todas las boletas y su colega Adam Kinzinger, crítico habitual de Trump se limitó a señalar que “esto se está volviendo una locura", evidenciando el desasosiego ciudadano por la incertidumbre electoral, cuatro días después de la jornada en las urnas.