Líderes republicanos en el Congreso estadounidense se negaron este martes a aumentar los controles en la venta de armas tras la masacre en una escuela en Florida, mientras los estudiantes que sobrevivieron al ataque se preparaban para una difícil vuelta a clases.
El Congreso está bajo fuerte presión luego del tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, al norte de Miami, que dejó 17 muertos el Día de San Valentín.
El presidente de la Cámara baja, el republicano Paul Ryan, dijo que "muchas fallas" en el sistema permitieron al atacante Nikolas Cruz, de 19 años, adquirir legalmente un rifle de asalto AR-15 a pesar de numerosos indicios de problemas mentales y comportamiento violento.
"Hay muchas fallas. Desde la policía local (que no actuó) hasta el FBI que no siguió las pistas que obtuvo", dijo Ryan a periodistas.
"No deberíamos prohibir el uso de pistolas para ciudadanos respetuosos de la ley. Deberíamos enfocarnos en asegurarnos de que los ciudadanos que no deberían obtener armas no las consigan", señaló.
Este tema polariza a la sociedad estadounidense. Los defensores de las armas, secundados por la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), reclaman su derecho constitucional a andar armados.
Del otro lado, sobrevivientes de la masacre amparados por el ala demócrata lideran el movimiento #NeverAgain (nunca más) con el que buscan poner coto a los tiroteos masivos que ocurren con frecuencia en Estados Unidos.
El presidente Donald Trump propuso armar y entrenar a algunos maestros para que supuestamente puedan detener futuros ataques, una idea ampliamente rechazada por el cuerpo docente pero sobre la que Ryan se pronunció a favor.
Para Steve Scalise, el republicano número tres de la Cámara de Representantes, lo que se necesita es una mejor aplicación de la legislación existente.
"Cuando se contemplan nuevas leyes, creo que lo más importante que podemos ver es: ¿qué pasa con todas las leyes que ya están, que no se aplicaron, o que no se aplicaron correctamente?", dijo Scalise, sobreviviente de un tiroteo en junio de 2017 durante un partido de béisbol.
Seremos fuertes
Mientras en Washington se discute la legislación, los cerca de 4.000 estudiantes de la escuela en Parkland se preparan para volver a clases el miércoles, exactamente dos semanas después de la masacre de 17 personas.
"Seré fuerte. Estoy un poco nerviosa pero tenemos que ser fuertes en estas situaciones, porque somos familia y tenemos que estar juntos en esto", dijo a la AFP Jenna Korsten, una estudiante de 17 años que sobrevivió el ataque.
La cerca que bordea la institución está cubierta por peluches, velas y carteles que, con caligrafía infantil, ponen mensajes como "no a las armas".
En una esquina, las 17 cruces blancas con los nombres de los 14 estudiantes y tres empleados fallecidos están tan desbordadas de flores que el perfume se siente desde varios metros atrás.
A lo largo del día, vecinos de Parkland y visitantes de todo el país pasan por la escuela para dejar un tributo a las víctimas. Es el caso de Timothy St. Onge, un profesor jubilado de 65 años que vive al lado de la escuela Sandy Hook en Newton, Connecticut, y acudió a Parkland a dar su apoyo como guía de meditación.
Esa escuela primaria fue objeto de una masacre en 2012 en la que murieron 20 niños pequeños y seis adultos.
"Quería ser testigo de esto", dijo. "Quería ofrecer ayuda a algunos estudiantes, si quieren comenzar algún grupo de meditación. Tras el duelo inmediato, necesitarán algo de más largo plazo".
No aceptarán la inacción
Después del ataque, los estudiantes de Parkland iniciaron un debate nacional sobre las armas que, bajo el hashtag #NeverAgain, ha forzado a los políticos --muchas veces financiados por la NRA-- a abordar el tema.
"La opinión pública estadounidense alcanzó un punto de quiebre", dijo el senador demócrata Chris Murphy a periodistas. "No van a aceptar la inacción".
En tanto el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, comentó que quiere "un debate completo".
"Tenemos el imperativo moral de actuar por fin, y actuar de una manera verdadera, no haciéndole un guiño a la NRA", declaró.
En este sentido, el gobernador republicano de Florida, Rick Scott, propuso la semana pasada un paquete de medidas contrario a los placeres de la NRA.
También el Congreso de Florida discute esta semana varias medidas destinadas a limitar el acceso a las armas, aunque ni éstas ni el plan del gobernador contemplan prohibir la venta de fusiles semiautomáticos como el AR-15 con el que Nikolas Cruz acribilló a sus víctimas.