DOS semanas antes del inicio de la campaña presidencial, decenas de millas de opositores mexicanos se manifestaron ayer por un "voto libre", al tiempo que la dirigente oficialista Claudia Sheinbaum, quien se enfrentará a la carta única de la oposición, Xóchitl Gálvez, formalizó su candidatura.
Vestidos de blanco y rosa, los detractores del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador colmaron el Zócalo, plaza principal de la Ciudad de México, en uno de cuyos costados se ubica el Palacio Nacional (sede del gobierno).
"Nuestra democracia no se toca", se leía en una pancarta desplegada en la tarima donde varios dirigentes pronunciaron discursos a menos de tres meses de los comicios del 2 de junio.
Mientras tanto Sheinbaum, física y exalcaldesa de la capital de 61 años, registró su aspiración ante el Instituto Nacional Electoral (INE) acompañada de cientos de simpatizantes.
"No hay una sola (encuesta) que no nos dé una ventaja de dos a uno, vamos a defender esta ventaja. No estamos confiados porque queremos un triunfo contundente", declaró en el acto Mario Delgado, presidente de Morena, partido de Sheinbaum y de López Obrador.
El dirigente recibe el 64% de las preferencias, según un consolidado de encuestas realizadas por la firma Oraculus, lo que afianza la posibilidad de que una mujer gobierne por primera vez México, segunda economía latinoamericana y con una cultura tradicionalmente machista.
"Tiene todo para ganar. Ya es necesario que gane una mujer preparada como es ella. Va a llevar al país a otra posición más arriba a nivel económico, político, administrativo, a nivel social", comentó Guadalupe Carreño, de 54 años.
En segundo lugar, con 31% de apoyo, se ubica la senadora de origen indígena Xóchitl Gálvez, candidata de una coalición de los partidos tradicionales PRI, PAN y PRD, que se presenta con una agenda de centroderecha.
Aunque las leyes mexicanas prohíben manifestaciones a favor de candidatos antes de la campaña, que comenzará el 1 de marzo, la protesta opositora de ayer se reunió a potenciales votantes de Gálvez, de 60 años.
La convocatoria fue promovida por medios docena de organizaciones civiles que aseguran haber congregado ciudadanos en un centenar de localidades del país y algunos del extranjero para denunciar la supuesta intervención ilegal de López Obrador en la campaña.
"Lo que queremos es que el gobierno no interfiera, que el crimen (organizado) no interfiera, que la sociedad pueda decidir libremente y que el árbitro electoral garantice cancha pareja", dijo a los periodistas Marko Cortés, dirigente del conservador Partido Acción Nacional (PAN). ).
"Las reformas que mandó el presidente (al Congreso) atacan a las instituciones independientes (...), es necesario venir a defenderlas", dijo AFP Jorge Reyes, estudiante de 18 años.
Se refiere a un paquete de enmiendas del gobierno que proponen desde un aumento en las pensiones hasta la eliminación de organismos descentralizados.
López Obrador, cuya popularidad supera el 60%, demostró la convocatoria como una "manifestación para defender la corrupción" y puso en duda que a sus organizadores les importa la democracia.
Los convocantes alegan que el gobierno hace propaganda, desvía recursos y utiliza a los beneficiarios de sus vastos programas sociales para favorecer a Sheinbaum.
Para el analista político Fernando Dworak, la movilización opositora estuvo limitada porque su única causa concreta es el "antiobradorismo", pero no ofrece una propuesta clara o atractiva frente a la del actual gobierno.
"Todo termina siendo reactivo y defensivo (...), abonan a la retórica del presidente" que dice "que son la oposición moralmente derrotada", declaró.
El experto cree que Gálvez necesita más que "antiobradorismo" para ganar a votantes que rechacen la continuidad que representa a Sheinbaum, pero tampoco quieren "el regreso de partidos tradicionales".
Un tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez del partido Movimiento Ciudadano (centroizquierda), va tercero al reunir el 5% de las preferencias, según Oraculus.