Esta fue una semana clave para el futuro de la presidencia de Pedro Castillo en Perú. Si bien es cierto que al mandatario se le han venido sumando investigaciones en su contra, en los últimos días tres hechos confluyeron, poniendo en duda su futuro en el poder.
Sin precedentes, la casa presidencial fue allanada en busca de la cuñada del presidente, Yenifer Paredes (quien ese mismo día se entregó), por su presunta participación en una red de corrupción y lavado de activos; el martes se divulgó un informe del Congreso que recomendó procesar al Presidente por traición a la patria (a razón de una declaración que hizo sobre abrirle mar a Bolivia), y el jueves en horas de la tarde la Fiscalía le abrió una nueva investigación, la sexta en su contra.
Pasado el momento de pensar si concluirá su mandato, hoy las preguntas que se hacen los analistas internacionales están más relacionadas con los eventuales escenarios de su salida del gobierno (sea por vacancia, destitución, renuncia o judicialización) y por supuesto con quién lo sucedería.
El interrogante no es fácil de responder, pues si bien algunos se inclinan a pensar que la jugada que se está adelantando en los altos círculos es la de agotar los panoramas hasta que se convoque nuevamente a elecciones presidenciales el año entrante, otros consideran que para el Legislativo esta no es una opción, en tanto que no quieren que su mandato sea de corto año y medio (las elecciones serían para Presidencia y Congreso).
EL NUEVO SIGLO habló con el profesor asociado de la Facultad de Gestión y Alta Dirección de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Miguel Córdova, quien explicó los limitados escenarios que hay, en medio de un país que para cualquier efecto lleva más de un año de desgobierno.
EL NUEVO SIGLO: ¿En caso eventual de renuncia o destitución, la vicepresidenta no es una opción?
MIGUEL CÓRDOVA: No. La vicepresidenta, Dina Boluarte, tiene las mismas cualidades y fortalezas del presidente Castillo. Sería muy difícil que el país pudiera salir adelante con ella. Recordemos que a mediados de junio la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso la acusó de una infracción constitucional y pidió que fuera inhabilitada por 10 años para ejercer cargos públicos.
Lo que me parece a mí que están tratando de hacer es convocar nuevamente a elecciones generales pero no es una salida fácil. Ahí hay un entrampamiento porque este es un escenario que no goza de la simpatía ni de la ciudadanía ni del Congreso.
Y, por otra parte, es muy delicado no contar con un vicepresidente como Martín Vizcarra cuando Pedro Pablo Kuczynski Godard renunció. Vizcarra era una persona con alianzas, relativamente preparado pese a que después se le descubrieron unas irregularidades, pero se pudo trabajar con él y le dio continuidad al gobierno. Hoy esa no es una opción.
ENS: ¿Por qué ve difícil la salida a la que otros analistas han apostado, de convocar nuevamente a elecciones generales?
MC: Porque de hacerse elecciones generales eso implicará que son elecciones no solamente de presidente y vicepresidente, sino también de los congresistas, y te puedo asegurar que hay una mayoría de parlamentarios que no están muy dispuestos a tener solamente un año y medio de servicio o menos. Ellos esperan por lo menos cinco años de servicios y de ingresos, así que ahí puede haber complicaciones grandes. Pero sin presidente y vicepresidente es lo más probable que ocurra: que se llame a elecciones generales.
ENS: Pero si el vicepresidente no puede asumir o también renuncia, ¿el cargo no lo asumiría el presidente del Congreso?
MC: Efectivamente, el cargo lo asume el presidente del Congreso y debe convocar a elecciones generales, es decir, para presidente, vicepresidente y también congresistas. La última vez que tuvimos estos cambios se nombraron diferentes mesas directivas para asumir la presidencia del Congreso ante la crisis política, con lo cual resultó como presidente Francisco Sagasti, desde noviembre de 2020 hasta julio de 2021.
No obstante, este fue un escenario distinto porque, en primera medida, había un término para la presidencia muy cercano y él asumió el gobierno solo por un poco más de seis meses. La prontitud con la que nos vemos abocados a analizar estos escenarios no tiene precedentes y ningún presidente había estado en oficio tan poco tiempo y eso es lo que llama la atención y genera mucha incertidumbre en el país.
ENS: ¿Qué alternativas quedan entonces si la vicepresidenta no es una opción y no es primera opción del Congreso convocar nuevamente a elecciones generales para el año entrante?
MC: Hay un par de alternativas si se mantiene esta trampa de “o renuncia o elecciones”, o si el Congreso no le da vacancia al Presidente y yo creo que sería que Pedro Castillo sea destituido justamente por los delitos que ha cometido. Que una de las seis investigaciones que hay en su contra se traduzca en una denuncia y condena efectiva. Esta alternativa está en manos del poder judicial. Día a día están investigando pero no es un trabajo a corto plazo. Por el contrario, se puede demorar.
Y la otra opción que sería a corto plazo es la de la movilización de la ciudadanía. Como lo hizo el país en casos anteriores (y debo decir que por cosas mucho menores), a la población se le vio una movilización rápida que en esta ocasión no estamos viendo. En esta oportunidad, por lo menos al día de hoy, no hay indicios de que se esté gestando una movilización a gran escala.
ENS: ¿Cuánto tiempo cree que le quede?
MC: Si seguimos la opción legal, podría dejar de estar en oficio a finales de este año o principios del entrante.
Falta de gobernabilidad
ENS: ¿En Perú se ha gobernado? ¿Se ha adelantado algún ítem de la agenda de gobierno cuando hubo cambio de mandato?
MC: Esa pregunta nos lleva a pensar en el desfase que tiene la acción de un gobierno de turno con sus resultados. Lo que se cosecha los primeros dos años de gobierno es mucho del trabajo del gobierno anterior y el presidente Castillo aún está en esa etapa, en la que, por ejemplo, la inflación ha subido pero no se ha disparado.
Con relación a ese desfase yo creería que los mayores efectos de la ineficiencia del gobierno de turno los vamos a comenzar a ver en unos cuatro a cinco años, cuando no tengamos nada que cosechar. Lo poco que se ha sembrado ha sido muy cortoplacista.
ENS: ¿Puede dar un ejemplo?
MC: En Perú la agricultura es uno de los sectores que más mueve la economía y los puestos de trabajo, y con el alza de fertilizantes a nivel mundial los agricultores están en un serio problema. Entonces, ¿qué pasa? Se les dio un subsidio para que pudieran acceder a fertilizantes pero el enfoque que se le dio a estos apoyos fue de corto plazo; fue un enfoque más operativo que estratégico. Medidas populistas.
Se les dieron subsidios para que mantengan su subsistencia, pero no fue un subsidio con el que se pueda generar mayor capital de trabajo para aumentar la productividad de la tierra y tecnología a mediano y largo plazo. Al Gobierno le falta mucha visión y ahora está enfocado en defenderse, así que esto lo veremos en un par de años.