Las autoridades chinas han dado este jueves la orden de cierre de Urumqi, la capital de la región de Xinjiang y hogar de la marginada minoría uigur, ante la aparición de 17 nuevos casos después de casi cinco meses sin registrar contagios.
Los casos -- seis con síntomas, once asintomáticos -- han llevado al cierre de la única línea de metro de la ciudad, donde viven 3,5 millones de personas, y restricciones a las entradas y salidas del aeropuerto.
Durante las últimas horas la ciudad ha sido también escenario de tensas escenas en los supermercados por las compras de emergencia, y varios de los distritos están ya completamente confinados. La última vez que la región constató un caso fue hace 149 días.
Las autoridades locales del Partido Comunista chino han asegurado que harán todo lo posible para "cortar de raíz los vectores de contagio, fortalecer el control de los lugares más abarrotados, gestionar la situación en las localidades más despobladas y controlar rigurosamente la situación en los hospitales", informa el 'South China Morning Post'.
En total, son 1.998 los casos importados que se han confirmado en China en las últimas horas, mientras que los casos totales ascienden hasta 83.622.
Tampoco se ha tenido constancia en las últimas horas de ninguna muerte a causa de la COVID-19, por lo que el balance de víctimas mortales se mantiene en 4.634.
Por su parte, 78.737 personas han logrado recuperarse de la enfermedad en China, 18 de ellos en las últimas 24 horas. No obstante, 251 personas continúan bajo atención médica, tres de ellos en estado grave.
Asimismo, el Ministerio de Salud de China ha confirmado que 3.651 personas que han mantenido un contacto estrecho con pacientes contagiados siguen bajo observación médica, después de que 46 hayan concluido ese proceso en las últimas horas.