¿Cómo mantener a una población que cada vez es más longeva cuando el número de personas en edad laboral no aumenta? Ese es el interrogante a resolver por países en el mundo y que ahora se abre en China, al conocerse datos claves del censo demográfico decenal.
Pekín acaba de anunciar que su población es de 1.411 millones de habitantes, de los cuales el 18.7% (es decir algo más de 264 millones) tiene más de 60 años y, su gran mayoría están jubilados o por fuera del mercado laboral, creciendo en 5.44% frente a la medición demográfica de la década pasada. En el otro extremo el segmento que está en edad de trabajar, (entre los 15 y los 59 años) son el 63.35%, pero lo más preocupante es el descenso que ha tenido, ya que son casi siete puntos porcentuales menos en el periodo de referencia.
En este escenario, China no sólo se vuelve cada vez más longeva sino que se estaría en vía de entrar al grupo de países que, en el mediano plazo, tendrán un exceso de longevos frente al de jóvenes y personas activas laboralmente como ocurre desde hace años en Japón y Corea del Sur.
Vivir más y mejor (lo que implica salud, estabilidad económica y hasta acompañamiento) es una premisa global. De allí que gobernantes y gobernados emprendan acciones diarias para tal fin. Ello aupado a los avances tecnológicos, estilos de vida, hábitos alimentarios y de autocuidado han llevado a que la expectativa de vida sea alta en casi todo el mundo. En este aspecto el Top 10 lo encabeza Japón con 83.9 años, seguido de Suiza 882,9), España (82,83), Singapur (82,.80), Liechtenstein (82,66), Italia (82,54), Noruega (82,54), Noruega (82,51), Australia (82,50), Islandia (82,47) e Israel (82,41).
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En estas mediciones que periódicamente realizan tanto la Organización Mundial de la Salud y otros organismos como la Cepal, China aparecía -en 2018- con una esperanza de vida de 76.7 años, siendo más alta la de las mujeres que la de los hombres, una tendencia generalizada en el planeta. Y, de seguro habrá subido algo más de entonces a la actualidad.
China, que tiene cada vez más jubilados en comparación con los trabajadores activos, registró en los últimos diez años el crecimiento demográfico más débil en décadas, hasta el punto de ser pronto superada por India.
La Oficina Nacional del Censo de China dio a conocer el resultado del censo terminal que realizó con visita puerta a puerta, por todo el país y para lo que empleó a siete millones de voluntarios. Calificado por la misma como los resultados más fiables que las investigaciones demográficas anuales basadas en estimaciones, señala que la población aumentó 5.38% en la última década, siendo la progresión más baja de los años 60’s e inferior a las proyecciones oficiales.
Las razones de esta ralentización en el crecimiento demográfico del que ostenta la ‘corona’ como el país más poblado del mundo son muchas y variadas. Disminución en el número de bodas, aumento de jóvenes y adultos más solos encerrados en sus viviendas, menores nacimientos producto de la pandemia del covid-19, los costos de la vivienda y la educación, así como la fecundidad cada vez más tardía de las mujeres que priorizan su realización profesional a la vida de hogar han sido determinantes para que la tasa de natalidad cayera a 10.48 por cada 1.000 habitantes. Fueron 12 millones de nacimientos frente a los 14,65 millones en 2019, el registro más bajo desde que se fundó la China comunista en 1949.
Vale recordar que hace cinco años el régimen chino dio un impensable giro en su política de familia al flexibilizar la política del hijo único que imperó por décadas en un esfuerzo por controlar la explosión demográfica. Así se autorizó a las familias a tener un segundo, pero un vasto sector de la población, por factores económicos principalmente se decidió por un núcleo pequeño e, inclusive, no tener descendencia.
Ante el aumento de población longeva frente a esta reducción de más joven y la caída en la natalidad, el Parlamento adoptó recientemente un plan para aumentar progresivamente la edad de jubilación durante los próximos cinco años.
"El mayor envejecimiento de la población ejerce una presión continua sobre el equilibrio demográfico a largo plazo", admitió la Oficina Nacional de Estadísticas al presentar el resultado del censo decenal en su informe que también refleja otras cifras preocupantes como el de la llamada población ‘flotante’ o migrantes internos. Son las personas de zonas rurales empleadas en ciudades pero que tienen poca o nula protección social y que ascendió a casi 376 millones, casi un 70% más que hace 10 años.
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En total, China tiene 1.411,78 millones de habitantes, sin contar a los residentes de Hong Kong y Macao, ni a los extranjeros que viven en las 31 provincias y regiones autónomas. Y, según expertos, si se mantiene la tendencia mostrada en el censo, antes de lo previsto dejaría de ser el país más poblado del mundo. Lo superaría India que, según proyecciones de la ONU, debió superar, el año pasado, los 1.380 millones ya que crece a una media de 1% anual.
Hasta ahora China preveía que la curva de crecimiento de la población alcanzara una máxima en 2027, cuando India la superaría. La población china comenzaría entonces a disminuir hasta los 1.320 millones de habitantes en 2050. Ayer, el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas Ning Jizhe confirmó que se acercaba el "pico", pero no adelantó una fecha. La población total debería ser superior a los 1.400 millones "durante un cierto tiempo", se limitó a decir.
La epidemia "ha aumentado la incertidumbre de la vida cotidiana y la preocupación ante el nacimiento de un hijo", reconoció el funcionario.
En cambio, el gobierno logró al parecer atenuar el desequilibrio entre sexos inducido por la preferencia tradicional por los niños y que, a veces, lleva a la eliminación de los fetos de sexo femenino.
China registró el nacimiento de 111,3 niños por cada 100 niñas, una proporción en baja de 6,8 puntos con relación a 2010.
Otro de los análisis que hace el informe es que ha aumentado la proporción de grupos de minoría étnica al 8,89 por ciento, lo que supone un aumento del 10,26 por ciento con respecto a la cifra de 2010.
Los resultados del censo, publicados con varias semanas de atraso, suscitan dudas entre algunos observadores, como el demógrafo Yi Fuxian, de la Universidad de Wisconsin en Madison (Estados Unidos)., quien sostuvo que la población china viene disminuyendo desde 2018 y no superaría los 1.280 millones de habitantes.
Y agrega que Pekín estaría manipulando las cifras para evitar "un terremoto político" y no desanimar a los inversores extranjeros, afirma.
Pero más allá de los datos lo que debe estar preocupando al régimen de Pekín es el desequilibrio, cada vez mayor, entre el aumento de longevos frente a la reducción de jóvenes y adultos, la población económicamente activa, quienes aportan económicamente -como en cualquier lugar del mundo- para el sostenimiento de los jubilados.