Chile reforzó este lunes sus argumentos ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la disputa con Bolivia por el río Silala, y pidió al tribunal que declare ese sistema como un "curso de agua internacional".
En la segunda ronda de argumentos orales ante el CIP, Chile reiteró los argumentos que ya había presentado la semana pasada, y alegó que el país tiene derecho a la "utilización equitativa y razonable" de esas aguas de "acuerdo con el derecho internacional consuetudinario".
En la jornada de este lunes, Ximena Fuentes, agente (principal representante) de la delegación chilena en el caso, pidió a la CIJ que declare que "el sistema del río Silala, junto con sus partes subterráneas, es un curso de agua internacional".
También pidió que la CIJ se manifieste sobre el derecho de Chile al uso de "las aguas del sistema del río Silala, de acuerdo con el derecho internacional consuetudinario".
Fuentes también pidió que la CIJ exprese que Bolivia está obligada a tomar medidas para evitar la contaminación de las aguas, así como a cooperar y "notificar oportunamente a Chile sobre medidas que puedan tener un efecto adverso en recursos de agua compartidos".
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"Bolivia no tiene una respuesta jurídica coherente a las cuestiones planteadas", expresó la experta chilena.
La CIJ agendó para el miércoles una nueva audiencia en que Bolivia reforzará sus argumentos y podrá presentar nuevos cuestionamientos a la parte chilena, que tendrá oportunidad de responder el jueves.
La decisión final de la Corte puede aún tomar años en ser adoptada, pero es vinculante y ya no admite apelación.
Este caso se remonta al año 2016, cuando Chile presentó sorpresivamente una demanda en medio de otro diferendo entre ambos países ante la misma CIJ, en el que la parte boliviana pidió obligar a Santiago a negociar una salida soberana al mar.
En 2018, esta misma corte argumentó que Chile no estaba "legalmente obligado a negociar" una salida al mar con Bolivia.
Ante ese cuadro, el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, amenazó con reducir el flujo de agua del Silala hacia el desierto chileno de Atacama y con imponer tarifas para su uso.
Chile y Bolivia llevan décadas enfrentadas por demandas sobre el estatus de aguas fluviales y marítimas.
Las relaciones diplomáticas entre los dos países están rotas desde 1978, cuando fracasó el último intento de negociar un acceso de Bolivia al océano Pacífico.