Partidarios del exboxeador francés filmado cuando golpeaba a unos gendarmes durante una protesta de los "chalecos amarillos" se mostraron indignados el jueves después de que se prolongara su detención, mientras un fondo de apoyo para los dos policías heridos superó el millón de euros.
La justicia decidió el miércoles prolongar la detención de Christophe Dettinger, un excampeón de peso ligero, hasta su juicio el 13 de febrero.
En la audiencia, este empleado de las autoridades locales de Essone, al sur de París, aseguró "arrepentirse" de sus acciones.
Después de que salieran a la luz las imágenes de Dettinger, de 1,92 metros de altura, asestando puñetazos a dos gendarmes el sábado en París y tumbando a uno de ellos al suelo, las autoridades emprendieron su búsqueda, pero él se entregó a la policía el lunes.
Un fondo para sufragar los costos de su defensa superó los 117.000 euros (135.000 dólares) el martes.
- Apoyo a la policía -
El ministro del Interior, Christophe Castaner, señaló a los partidarios de Dettinger por "haber perdido la cabeza", acusándoles de "sufragar la violencia".
Un fondo rival para los dos policías heridos abierto por un miembro del partido conservador Los Republicanos superó el millón de euros el jueves.
El exboxeador dijo en el tribunal haber "acudido pacíficamente" el sábado junto a su familia para el octavo fin de semana de protestas nacionales contra las políticas del presidente Emmanuel Macron.
Dijo haber "perdido el control" únicamente tras ver que la policía "pegaba a un joven y a una mujer en el suelo con palos".
Pero el tribunal le negó la libertad bajo fianza, al estimar que existía un riesgo de fuga, después de que Dettinger se escapara el sábado por el puente sobre el Sena en el que pegó a los policías.
La decisión suscitó las protestas entre partidarios de los "chalecos amarillos".
El activista Remi Gaillard acusó al gobierno de doble rasero, denunciando la brutalidad del Estado y citando por ejemplo las imágenes de un capitán de policía pegando a unos manifestantes durante el fin de semana.
Un grupo de "chalecos amarillos" colgó en Twitter un video de una manifestante en el suelo durante la agresión de Dettinger, para demostrar que actuó para defenderla.
- 'No quiere ser un héroe' -
La abogada de Dettinger, Laurence Leger, aseguró que el exboxeador no busca "ser ningún héroe, ni un símbolo o un portavoz de los chalecos amarillos".
Pero el representante de los dos policías heridos lo acusó de haber actuado "metódicamente".
Las protestas del sábado marcaron una nueva escalada de este movimiento iniciado contra el alza de los precios de los carburantes, pero que acabó convirtiéndose en una revuelta contra la desigualdad social, exacerbada según sus partidarios por el gobierno de Macron.
Los daños físicos, entre autos incendiados y tiendas vandalizadas, son cuantiosos. Y casi el 60% de los 3.200 radares de velocidad en las autopistas francesas fueron dañados desde que se inició el movimiento, según Castaner.
Más del 75% de los sondeados en una encuesta publicada el miércoles condenó la violencia producida durante las protestas de los "chalecos amarillos", cuyo apoyo cayó 10 puntos en un mes, hasta el 31%.
El primer ministro Edouard Philippe anunció que planeaba una nueva ley para prohibir que los altercadores ya conocidos puedan participar en las protestas.
Macron trató en diciembre de apaciguar la revuelta con un paquete de medidas de 10.000 millones de euros para las personas con ingresos más bajos.
Pero los manifestantes consideran que las medidas son insuficientes para reducir la desigualdad social y permitir una mayor participación de las clases bajas en la marcha del país.