Luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, advirtiera que está 100 % listo para cerrar la frontera con México, el mandatario de ese país, Andrés Manuel López Obrador, advirtió este miércoles que “no nos conviene a nadie” tomar esa decisión. Insistió en que “no es lo más recomendable” y se declaró “optimista” respecto al futuro.
Trump urgió en Twitter durante la mañana de este miércoles al Congreso de EE. UU. a "reunirse inmediatamente" para eliminar "lagunas" en la frontera y repitió que su país atraviesa "una emergencia nacional" por la inmigración ilegal.
Sin embargo, López Obrador aseguró que "hay muy buena comunicación" con Estados Unidos. "Nosotros estamos ayudando, lo vamos a seguir haciendo para que se evite un conflicto (...) Vamos a procurar distender este ambiente", acotó.
El martes, Trump bajó momentáneamente el tono de sus amagos al decir a la prensa que México "ha empezado a detener a mucha gente en su frontera sur que llegaba de Honduras, Guatemala y El Salvador, realmente están deteniendo a miles de personas".
Al respecto, López Obrador dijo que su Gobierno "está actuando con mucha prudencia y sí se está buscando que se respete la ley" migratoria.
"Celebro que el Gobierno de Estados Unidos reconozca que nosotros estamos ayudando", destacó.
Sobre la lentitud del paso de personas y mercancías que se registra en la frontera con Estados Unidos, derivada de la reasignación de centenares de funcionarios fronterizos para tramitar la llegada de migrantes, López Obrador aseguró que "no hay problemas graves".
"Hasta ahora, les puedo decir que están abiertos los cauces, las garitas, no hay ningún problema", sostuvo.
Desde octubre pasado miles de migrantes, mayoritariamente centroamericanos, han recorrido México en multitudinarias caravanas con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir refugio, huyendo de la violencia y la pobreza en sus países.
A pesar de las políticas anti migratorias del Gobierno estadounidense, el flujo incluso ha subido. En marzo aumentó de un promedio de entre 50.000 y 55.000 migrantes a poco más de 100.000, según datos oficiales de ese país.
"Todas las opciones están sobre la mesa"
Varios funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicaron que se estaban preparando para la posibilidad de un cierre en algunos puertos de entrada debido al despliegue de efectivos para frenar la inmigración irregular, en un momento en que las autoridades esperan que las detenciones de migrantes alcancen las 100.000 personas por mes.
La secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen recortó un viaje a Europa para asistir a una reunión prevista en la mañana del martes sobre la crisis en la frontera.
Más temprano, la portavoz de la Casa Blanca Sarah Sanders advirtió que estas no son amenazas.
"Él está haciendo su trabajo como comandante en jefe de una forma seria para proteger al pueblo estadounidense", dijo Sanders de Trump.
Cerrar la frontera "no es nuestra primera opción", admitió la funcionaria, aunque agregó que "quizás es la mejor decisión".
Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional que pidió no ser identificado dijo a periodistas que todavía no se había tomado una decisión sobre el tema de la frontera.
"Ahora mismo todas las opciones están sobre la mesa", dijo el funcionario.
"El volumen de población vulnerable que está llegando es insostenible (...) La situación humanitaria no puede ser ignorada y la situación de seguridad no puede ser ignorada", dijo.
Trump dijo que los funcionarios mexicanos habían reaccionado en los últimos días a sus amenazas de la semana pasada frenando las caravanas de migrantes que huyen de la pobreza y de la violencia en los tres países del Triángulo Norte de América Central.
México "dio un gran paso en los últimos dos días", dijo, precisando que tendrían que seguir así para evitar un cierre de la frontera.
El presidente estadounidense también defendió su decisión de recortar "cientos de millones de dólares" en ayuda de Estados Unidos para Honduras, El Salvador y Guatemala, acusándolos de organizar las caravanas.
El lunes Nielsen ordenó una operación de emergencia en la frontera reasignando a 750 efectivos a tramos de la frontera donde llegan los migrantes.
Muchos de estos funcionarios fueron sacados de puertos de entrada oficiales, lo que enlenteció el tráfico de personas y de vehículos comerciales.
En el punto de entrada a Estados Unidos de Brownsville, en Texas, los retrasos alcanzaban las tres horas por segundo día consecutivo y en otras zonas llegaban a dos.