El alcalde de Rio de Janeiro, Marcelo Crivella, un expastor evangélico, fue detenido este martes en una investigación sobre un supuesto esquema de sobornos en la alcaldía carioca, en un nuevo episodio de corrupción en la ciudad "tarjeta postal" de Brasil.
Según imágenes del canal GloboNews, Crivella, que está a nueve días de terminar su mandato, fue detenido antes de las 06H00 de la mañana (09H00GMT) en su casa del acomodado barrio de Barra de Tijuca y trasladado a las dependencias policiales para prestar declaración.
Antes de ingresar en la Ciudad de la Policía, Crivella, vestido con un traje azul y usando mascarilla, dijo a los periodistas: "Fui el alcalde que más actuó contra la corrupción en Rio de Janeiro. Pido justicia".
En ese mismo operativo fue detenido el empresario Rafael Alves, a quien se acusa de ser el jefe del esquema y hermano de Marcelo Alves, expresidente de la agencia municipal de turismo Riotur.
También fue detenido Mauro Macedo, extesorero de la campaña de Crivella y primo de Edir Macedo, el fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD, neopentecostal), de quien Crivella es sobrino.
Según la investigación, que empezó en 2018 con la delación de un cambista, empresas que querían cerrar contratos con Riotur daban cheques al empresario Rafael Alves.
Un mandato polémico
El alcalde de la "cidade maravillosa" termina de este modo su mandato marcado por innumerables polémicas, dado que el 1 de enero cederá el cargo a Eduardo Paes (MDB, centro-derecha), quien lo derrotó en las elecciones de noviembre por casi 30 puntos de ventaja (64% a 36&).
Durante la campaña, en la cual Crivella recibió apoyo del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, el alcalde insistió en que Paes iría a la cárcel por supuestos hechos de corrupción.
Durante todo su mandato, Crivella, de 63 años, fue objeto de varios procedimientos de destitución por malas prácticas y gestión deficiente.
El último fue motivado por un escándalo denunciado por TV Globo y apodado "Guardianes de Crivella", un esquema mediante el cual funcionarios públicos intimidaban a los periodistas mientras hacían reportajes frente a los hospitales municipales, desbordados por la pandemia de coronavirus.
El estado de Rio, con su capital homónima de 6,7 millones de habitantes, están entre las regiones más afectadas por la pandemia que ya dejó más de 187.000 muertos en Brasil.
Crivella también fue acusado de mezclar política y religión y de favorecer a los miembros de su iglesia.
En julio de 2018, según el diario O Globo, habría prometido durante un encuentro con pastores evangélicos que los fieles de la IURD tendrían prioridad para ser operados de cataratas en clínicas municipales.
La fiscalía abrió recientemente una investigación por presunto uso de la Iglesia Universal para lavar dinero procedente de la corrupción.
En su gestión, Crivella dio la espalda a grandes eventos turísticos marcados por los excesos de alcohol y la sensualidad, como el carnaval, un imán de divisas.
Crivella será reemplazo por el presidente de la Cámara Municipal de concejales, Jorge Felipe (DEM, centro-derecha) hasta que Paes asuma el 1 de enero.
La corrupción crónica de Rio
Esta detención suma otro oscuro episodio al historial del estado de Rio de Janeiro, de 16,5 millones de habitantes, virtualmente quebrado y en permanente crisis de seguridad.
Actualmente el gobernador, Wilson Witzel, está destituido temporalmente por sospechas de corrupción en el área de la salud en plena pandemia de coronavirus.
Con Witzel, cinco de los seis gobernadores de Río en funciones desde 1998 han tenido problemas con la justicia, y cuatro de ellos fueron presos en algún momento.
El caso más emblemático es el de Sergio Cabral (2007-2014), preso desde 2016 y condenado a cerca de 300 años de cárcel en diferentes casos de corrupción, incluido uno relacionado con las obras de remodelación del estadio Maracaná para el Mundial 2014.