Las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán intensificaron el fuego de artillería, en particular en Stepanakert, capital separatista, y en Ganyá, la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán.
Ambas partes acrecentaron sus declaraciones belicosas, ignorando los llamados internacionales a una tregua y reprochándose mutuamente la responsabilidad del conflicto.
Desde el viernes, Stepanakert, la principal ciudad de Nagorno Karabaj, fue objeto de ataques que obligaron a la población a esconderse en sótanos y refugios. La ciudad se había quedado sin electricidad ayer, pero al mediodía el servicio fue restablecido.
Los residentes se escondieron en los refugios existentes, como la cripta de una iglesia, donde varias familias esperaban en un ambiente de resignación.
De acuerdo con el ministerio de Relaciones Exteriores de la autoproclamada república, hay "civiles muertos y heridos" en ambas ciudades.
El presidente de esta, Arayk Harutyunyan, anunció que, como represalia, sus fuerzas se centrarían ahora en atacar las infraestructuras militares de las "grandes ciudades" de Azerbaiyán, situadas a mayor distancia del frente, y pidió "a los civiles que abandonen inmediatamente esas ciudades".
Rusia, por su parte, se manifestó "preocupada" por el aumento de víctimas civiles en Karabaj.
"Las fuerzas azerbaiyanas están apuntando a objetivos civiles", dijo por su parte el portavoz del ministerio de Defensa de Armenia, Arstroun Hovhannissian.
Azerbaiyán afirmó haber herido gravemente al presidente de la autoproclamada república y tomado Jebrail, una ciudad azerbaiyana con 9.000 habitantes, desde la década de 1990 controlada por separatistas armenios, aunque se encuentra fuera del territorio de Karabaj. La parte armenia negó ambos anuncios inmediatamente.
El ministerio de Defensa de Azerbaiyán anunció que la segunda ciudad más grande del país, Ganyá, "está bajo el fuego de las fuerzas armenias". Bakú acusó a Armenia de disparar, lo que Ereván niega.
El portavoz de la presidencia de Karabaj, Vagram Pogossian, afirmó que los ataques eran separatistas y que el aeropuerto militar había sido "destruido". "Este es solo el primero", proclamó.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán dijo por su parte que, desde el comienzo de los combates, el 27 de septiembre, se habían conquistado 14 pueblos, así como un macizo montañoso calificado de estratégico, el Murovdag.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, reafirmó que solo una retirada de las fuerzas armenias de los "territorios ocupados" podría poner fin al conflicto.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, estimó que Armenia se enfrenta a "quizás el momento más decisivo de su historia" e hizo un llamamiento a la movilización para la "victoria".
Nagorno Karabaj, poblada principalmente por armenios, hizo secesión de Azerbaiyán tras la caída de la Unión Soviética, lo que dio lugar a una guerra a principios de los años 1990 con 30.000 muertos.