El ultraderechista Jair Bolsonaro y el candidato del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Fernando Haddad, se afirman como favoritos para disputar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, según una nueva encuesta divulgada este lunes.
Bolsonaro, que convalece en una unidad de cuidados intermedios en Sao Paulo por una puñalada recibida en un mitin, tiene 28,2% de intenciones de voto en la primera vuelta del 7 de octubre, señala el sondeo realizado del 12 al 15 de septiembre por el instituto MDA para la Confederación Nacional de Transportes (CNT).
En segundo lugar, con 17,6%, se sitúa Haddad, designado la semana pasada como candidato en sustitución del encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, indica el estudio, llevado a cabo con un universo de 2.002 entrevistados.
En tercero y cuarto lugar llegan el centro-izquierdista Ciro Gomes, con 10,8%, y el exgobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, considerado como el más favorable a las políticas de ajuste reclamadas por los mercados, con 6,1%.
En la segunda vuelta, el 28 de octubre, solo Ciro Gomes derrotaría a Bolsonaro (37,8% a 36,1%, con 19,6% de votos en blanco o nulos y 6,5% de indecisos).
El excapitán del Ejército y nostálgico de la dictadura militar (1964-85) vencería en cambio a Haddad por 39% a 35,7% (18,2% de nulos y 7,1% de indecisos).
Ambos resultados son sin embargo virtuales empates técnicos, por situarse dentro del margen de error de la encuesta, de 2,2 puntos porcentuales.
Un sondeo de Datafolha publicado el viernes pasado daba en la primera vuelta 26% de intenciones de voto a Bolsonaro y 13% tanto a Haddad como a Gomes y detectaba una mejora de los resultados de Bolsonaro en la segunda vuelta.
Brasil está tentado por dos "aventuras populistas", lamentó el lunes Alckmin, del PSDB, que en un eventual segundo turno sería derrotado por Bolsonaro por 38,2% a 27,2% (con 26,3% de votos en blanco o nulos y 7,8% de indecisos).
El impresionante crecimiento de Haddad gracias al respaldo de Lula, favorito hasta que la justicia electoral invalidó su candidatura el 1º de septiembre, parece topar en una segunda vuelta con el rechazo que genera su mentor, que purga doce años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
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Los mercados se inclinan por Bolsonaro
Bolsonaro, que ahora lidera los sondeos de la primera vuelta con comodidad, también tiene un fuerte índice de rechazo, a causa de sus declaraciones misóginas, homófobas y racistas.
Pero está consiguiendo un aliado imprevisto en los mercados, cada vez más resignados a la idea de que Alckmin se quede fuera de la segunda vuelta.
El índice Ibovespa de la Bolsa de Sao Paulo operaba en alza de 1,68% una hora antes del cierre, alentado por la perspectiva de una derrota del candidato del PT.
"El Ibovespa reacciona de manera abiertamente favorable a Bolsonaro", apuntó André Perfeito, de la consultora Spinelli.
El dólar, que la semana pasada tocó récords históricos frente al real, cedió el lunes algo de terreno y se negociaba a 4,123 reales, frente a 4,167 al cierre del viernes.
Bolsonaro, un nuevo converso a las privatizaciones, prometió convertir en superministro de Economía al ultraliberal Paulo Guedes, un 'Chicago Boy'.
Sergio Vale, analista de MB Associados, piensa que el mercado se hace ilusiones sobre la capacidad de Bolsonaro y Guedes de imponer un programa ultraliberal sin una mayoría legislativa.
El Partido Social Liberal (PSL) del dirigente ultraderechista tiene apenas 9 diputados (de un total de 513) y no se espera una renovación en profundidad del Legislativo en los comicios generales de octubre.
"Es ilusorio, hay muchas dudas sobre lo que puede suceder" y con "su perfil autoritario no conseguirá avanzar mucho" en el Congreso, afirmó Vale. "En ese caso, acabará siendo tan impopular como cualquier otro", agregó.
El presidente saliente Michel Temer, que controlaba más de la mitad de las dos Cámaras, no consiguió llevar adelante la polémica reforma del sistema de jubilaciones, considera esencial para sanear las cuentas públicas. Y se ha convertido entre tanto en el más impopular de los jefes de estado brasileños desde la restauración de la democracia.