UN INSISTENTE llamado al trabajo bipartidista para aprobar sacar adelante ambiciosas iniciativas como el Plan de Infraestructura, la ley migratoria, una reforma a la policía, un reajuste al salario mínimo, nuevos controles a la tenencia de armas y al Plan para familias estadounidenses, entre otros, hizo el presidente Joe Biden anoche durante su primer discurso ante el Congreso, en vísperas de cumplir sus primeros 100 días de mandato.
Ante menos de 200 parlamentarios de ambas bancadas, algunos invitados especiales y escoltado por dos mujeres, su vice Kamala Harris y la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el mandatario norteamericano habló durante 1 hora y diez minutos haciendo un balance general de sus logros de gestión para después explicar su ambicioso proyecto de infraestructura que, según expresó, será el gran generador de millones de empleos, y adecuará desde puentes y carreteras hasta las tuberías de plomo obsoletas que se mantienen en miles de hogares lo que les impide “tener agua potable”. Posteriormente se refirió al que llamó Plan para las familias estadounidenses, centrado en educación, cuidado infantil y salud para terminar pidiendo a los congresistas, tanto demócratas como republicanos, un entendimiento mínimo para iniciativas claves como las arriba mencionadas.
Biden inició su discurso diciendo que “Estados Unidos está en movimiento otra vez…Hace 100 días que recibí una Nación que estaba en crisis y con la casa en desorden. En este tiempo y gracias a ustedes, el Congreso, aprobamos el Plan de rescate y estamos viendo ya los resultados. El primero de ellos fue enfrentar la pandemia y actualmente hemos suministrado más de 220 millones de dosis. Dirigimos nuestros recursos federales a 40 mil farmacias y 70 miles centros comunitarios para llegar con las vacunas a la población más necesitada así como a la que estaba más alejada de los centros urbanos. Hoy, cualquier mayor de 16 años es elegible para ser vacunado…Hoy, el 70% de los mayores de 65 años están inmunizados contra el virus y los informes sanitarios evidencian que desde enero las muertes por el covid-19 han caído en un 80%”.
Agregó que si bien falta mucho camino y trabajo para vencer el virus, si se ha tenido un gran progreso y, dijo, “este es uno de los logros logísticos más grandes del país”.
Posteriormente resaltó que también gracias a ese plan de rescate, el Gobierno ha girado 160 millones de cheques con ayudas sociales de US$1.400 para las personas que lo necesitan, al igual que se han mantenido la entrega de alimentos y los préstamos a pequeños comercios para que puedan reabrir y pagar a sus empleados.
Respecto a la situación de la economía, dijo que desde enero se han creado 1.3 millones de empleos en tan solo 100 días, más que lo ha hecho cualquier otro presidente y dijo que las perspectivas son buenas. De esta forma recordó que el Fondo Monetario Internacional, FMI, pronostica que la economía de Estados Unidos va a crecer 6% este año, que sería el crecimiento más rápido de las últimas cuatro décadas.
A renglón seguido dijo que el Plan de Infraestructura que hace trámite en el Congreso y que prevé inversiones por US$2 billones, está orientado a crear "millones de empleos", de los cuales el 75% no requerirán de grado universitario. "Yo sé que algunos de ustedes en casa se preguntan si estos empleos son para ustedes, ustedes se sienten dejados atrás y olvidados en una economía que está cambiando rápidamente", afirmó Biden, quien destacó que será el generador de trabajo más grande desde la segunda guerra mundial.
Y en ese momento fue cuando pidió, de nuevo, un trabajo bipartidista no sólo para aprobar dicha iniciativa sino para que se eleve el salario mínimo por hora a US$15, porque ello beneficiará directamente a millones de ciudadanos que de esta forma mejorarán su calidad de vida.
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El eje central de su discurso fue el Plan para las familias estadounidenses que contiene una "inversión histórica" de US$1.8 billones en educación y en la infancia. Se financiará, según explicó el presidente Biden, quitando los recortes de impuestos que su antecesor hizo a los más ricos y aumentando los mismos.
“Es momento de poner fin a los beneficios fiscales y terminar con los resquicios que permiten a los más ricos pagar menos”, dijo, aunque enfatizó que ninguna persona que gane menos de 400.000 dólares al año pagará más impuestos.
Explicó que este Plan gira en torno a cuatro grandes temas: acceso a una mejor educación, cuidado infantil de caridad, crédito a familias y la aprobación de 12 semanas de permiso remunerado y con cubrimiento médico, que es básicamente una licencia de maternidad o paternidad bien para dedicarse al cuidado de los hijos o padres mayores.
Argumentó el mandatario que será grande la inversión en educación preescolar, guarderías, educación superior y otros puntales que, según el gobierno constituyen la base para la reconstrucción de la clase media. Y dijo que 12 años de educación universal ya no son suficientes para competir en el siglo XXI. Por ello propuso dos años más de prekinder y dos años en la educación superior o técnica.
El proyecto vislumbra un recorte fiscal de 800.000 millones de dólares para las personas de menores ingresos y un billón de dólares para inversiones. Para el presidente este plan va a generar una "economía fuerte e inclusiva para el futuro".
En la parte final de su discurso, Biden se refirió a la agenda internacional, específicamente de las conversaciones que ha tenido con el mandatario ruso, Vladimir Putin y el chino Xi Jinping, reafirmando que hay puntos de encuentro y cooperación en algunos temas como el cambio climático.
De igual forma pidió al Congreso debatir el proyecto que presentó sobre una reforma migratoria y que si bien no quieren aprobar toda la iniciativa al menos avalen las medidas para los “dreamers”, impulsen unos inaplazables ajustes, sin cambiar la Constitución, a la tenencia de armas y una reforma de la policía.
En esta última instó a que ojalá se pudiera aprobar a más tardar el próximo mes, cuando se cumple el primer aniversario de la muerte de George Floyd, el estadounidense negro que murió a manos de un agente blanco que lo asfixió el pasado 25 de mayo.
"Necesitamos trabajar juntos para encontrar consenso. Hagámoslo el próximo mes, para el primer aniversario de la muerte de George Floyd", dijo Biden, que destacó que esta es una oportunidad real de lograr progresos, un poco más de una semana después de que el expolicía Derek Chauvin fuera condenado por asesinato por el incidente que desató protestas no vistas en décadas.
Finalizó insistiendo en que “tenemos que unirnos…trabajar juntos para convertir las crisis en oportunidades y los reveses en fortalezas” porque, agregó, “Los Estados Unidos siempre se levantan y queremos liderar la competencia en este siglo XXI”.
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Las principales medidas
Alza de impuestos: Elevar la tasa máxima del 37% al 39,6%, un giro de 180º respecto a la política adoptada por su antecesor en la reforma tributaria de 2017. Esta propuesta solo afectará al 1% de los hogares más ricos.
Fin a lagunas fiscales. Biden quiere, en primer lugar, aumentar los impuestos sobre los ingresos del capital (ventas de acciones, bienes raíces, ...) para el 0,3% más rico de los estadounidenses. La tasa impositiva sobre estos ingresos casi se duplicaría, del 20% al 39,6%. Cerca de 500.000 hogares se verán afectados por este aumento de impuestos.
También prevé eliminar la posibilidad, para los más ricos, de evadir impuestos pasando sus activos a sus herederos, "lo que agrava las desigualdades", que los socios de fondos de alto riesgo paguen impuestos "como cualquier otro trabajador", sin poder hacer uso de las actuales lagunas fiscales y modificaciones que afectarán a los inversores inmobiliarios más ricos y a las grandes empresas que informan pérdidas comerciales.
Créditos a familias. El monto del crédito fiscal otorgado por niño se incrementará de 2.000 dólares a 3.000 o 3.600, dependiendo de la edad del niño. El proyecto también prevé perpetuar el aumento del préstamo fiscal otorgado para el cuidado de los niños, previsto en el plan de estímulo adoptado a principios de marzo.
Más acceso a la educación. Quiere poner sobre la mesa 200.000 millones de dólares para que todos los niños puedan ir a la guardería a partir de los tres años. Muchos centros públicos actualmente solo los aceptan a partir de los cinco años. También quiere invertir 109.000 millones de dólares para ofrecer dos años de matrícula a todos los estudiantes en las llamadas universidades comunitarias. Se prevé incrementar la ayuda a los estudiantes de bajos ingresos y dedicar 9.000 millones a los profesores.
Cuidado de niños. Las familias de clase trabajadora y clase media gastarán un máximo del 7% de sus ingresos en el cuidado de los menores de 5 años. También quiere conseguir en diez años que se garantice la baja por maternidad, paternidad o enfermedad de doce semanas.