¡Basta de ajuste a los pobres! fue la consigna de una multitud que marchó en Buenos Aires para rechazar un plan de austeridad que impulsa el gobierno de Mauricio Macri a cambio de obtener más auxilio del FMI para estabilizar su frágil economía.
Varias columnas de manifestantes confluyeron este miércoles en la céntrica Avenida 9 de Julio en una protesta multitudinaria y pacífica que incluyó decenas de ollas populares a metros del Obelisco.
Con sus zapatillas rotas y embarradas, Jorge Abona es un docente de 28 años que enseña en un bachillerato de adultos de Ezeiza, periferia de Buenos Aires, donde "falta de todo", describe.
"Queremos decirle a este gobierno que frene el plan de ajuste", afirma Jorge que además colabora en un comedor del Frente Popular Darío Santillán, uno de los varios movimientos sociales que sostienen comedores, guarderías y cooperativas en barrios empobrecidos.
En voz baja, pero con firmeza, Jorge reclama: "Cada vez se acercan más personas que están sin trabajo a buscar un plato de comida porque no llegan con el alimento para sus chicos".
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Más austeridad
El gobierno de Macri negocia contra reloj los términos de un severo ajuste para bajar su déficit fiscal del 3,9% en 2017 a cero en 2019.
Eso es lo que prometió lograr ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de que acepte adelantar unos 35.000 millones de dólares del crédito por 50.000 a tres años que firmó en junio.
El primer tramo de 15.000 millones de ese acuerdo se esfumó en medio de los esfuerzos del gobierno por contener una corrida cambiaria que lo obligó a subir al 60% la tasa de interés de referencia enfriando la economía que caerá 1% este año.
Un equipo del FMI, liderado por Roberto Cardarelli, se encuentra en Buenos Aires para seguir las conversaciones con el gobierno para "trabajar en torno al fotalecimiento del programa respaldado por el FMI", dijo un portavoz del organismo.
Macri redujo a la mitad su gabinete y anunció más austeridad. "No podemos gastar más de lo que tenemos" dijo al lanzar un recorte cuyos alcances se develarán en el proyecto de Presupuesto que debe girar al Congreso esta semana.
Con la producción industrial en picada (-5,7% interanual en julio) y una inflación anual proyectada en 40%, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne admitió que "la recesión va a ser más pronunciada que la esperada".
Basta de ajuste
"Si pagamos la luz no comemos", reza un cartel que lleva una mujer menuda y de piel curtida mientras se acerca a una olla popular a pedir una ración de arroz con carne.
"No somos golpistas pero falta un año para las elecciones,¿cómo vamos a llegar?" se pregunta Graciela Trento que a los 49 años depende de la beneficencia para alimentar a sus dos hijos.
"Sería mejor para nosotros que somos pobres que el gobierno se vaya ahora para que no siga haciendo tanto daño. Sufrimos todos los días", relata al señalar que el precio de los alimentos se ha ido a las nubes.
Como consecuencia de la crisis "la pobreza va a aumentar", reconoció Macri la semana pasada. El índice de pobreza fue de 25% al cierre de 2017, la cifra más reciente.
La moneda cayó 50% desde enero y empujó los precios internos reduciendo el poder adquisitivo de los salarios.
A esta escalada se suman sucesivos aumentos del precio del combustible y de los servicios públicos, antes subsidiados.
Varios sindicatos han renegociado aumentos anuales que habían sido pautados al 15% a comienzos de año y quedaron rebasados por la inflación.
La CGT principal central obrera llamó a una huelga nacional de 24 horas para el 25 de este mes, pero otros sindicatos piden adelantarla y extenderla bajo la consigna "Aumenta todo, menos los sueldos".
Docentes, personal del Estado y de la salud están en plan de lucha.
"Hay mucha necesidad, por eso las marchas son masivas" explica Lucía Quinteros en medio de la manifestación. "Vamos a hacer una por semana y una todos los días si es necesario, siempre en paz, para decirle basta de ajuste, ¡no damos más Dios mío!.