El Chapo Guzmán sobornaba a fiscales, policías mexicanos y hasta a la Interpol, dijo un testigo clave en el juicio del capo, que también relató como en una película el origen del cartel de Sinaloa y sus sangrientas guerras con otros narcos.
Jesús "el Rey" Zambada, empleado del cartel durante dos décadas hasta su arresto en 2008 y hermano del capo narco Ismael "Mayo" Zambada García, co-fundador del cartel junto al Chapo, detalló en el tercer día del juicio en Nueva York los exorbitantes costos de proteger el narcotráfico.
Durante tres horas, paso a paso como si fuese un filme, el Rey contó como nació la sociedad entre el Mayo y el Chapo, y cómo empezó la guerra del cartel de Sinaloa con el cartel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix.
Zambada, que se declaró culpable de traficar cocaína y otros cargos, puede ser sentenciado a cadena perpetua. Pero contó que a cambio de su colaboración, el gobierno pedirá al juez que reduzca su pena, y también le ayudó a traer a su familia a Estados Unidos "para que no sufran atentados contra su vida".
- 300.000 USD mensuales en coimas -
El Rey, que controlaba la actividad del cártel en Ciudad de México, contó que pagaba personalmente sobornos al comandante de la Procuraduría General de la República (PGR) en la capital mexicana, a la policía federal de caminos, que controla asimismo puentes y aeropuertos, a la policía judicial federal, estatal y municipal y "a Interpol también".
"Los sobornos para funcionarios en Ciudad de México eran unos 300.000 dólares por mes", contó al jurado Zambada, de 57 años, que vestía traje de presidiario azul y camiseta naranja.
Zambada dijo que también pagó por 2004 un soborno de 100.000 dólares al general Gilberto Toledano, a cargo del estado de Guerrero, a pedido del Chapo.
"Yo iba a importar cocaína de Colombia por el estado de Guerrero (...) y el Chapo me dijo 'ahí está el general Toledano, es amigo mío, vaya a verlo y dele 100.000 dólares de mi parte'", contó el Rey.
El Rey contó cómo nació la sociedad entre su hermano Mayo Zambada, próximo al capo Amado Carrillo Fuentes, y el Chapo, cercano a Juan José "Azul" Esparragoza.
Y cómo "La Federación" -que luego pasaría a llamarse cartel de Sinaloa y que también integraba a otros narcos como los Beltrán Leyva- entró en una violenta guerra con el cartel de Tijuana dirigido por los hermanos Arellano Félix, que querían absoluto control de esa frontera.
- Un reguero de muertos -
Pero el Chapo estaba dispuesto a combatir a los Arellano Félix, relató al recordar una noche fatal de 1992 en una discoteca de Puerto Vallarta llamada Christine's.
Su hermano Mayo, dijo, ya le había dicho que el Chapo quería matar allí a Ramón Arellano Félix, jefe de los sicarios del cartel de Tijuana, que era uno de sus mayores enemigos.
Finalmente Ramón pudo escapar en medio del tiroteo, pero el Chapo dejó un reguero de muertos, algunos pistoleros del cartel de Tijuana y otros clientes del lugar.
Finalmente, se acordó realizar una reunión de paz entre ambos carteles. Por el cartel de Sinaloa fueron Carrillo Fuentes y el sobrino del Rey, Vicente Zambada Niebla, pero los Arellano Félix no aceptaron sus términos "y estuvieron a punto de matarlos".
"Fue ahí que Amado dijo que ahora todos empezaríamos a pelear contra los Arellano Félix, toda la organización, y ahí empezó una guerra muy fuerte" que dejó "muchos muertos".
"Comencé a luchar"-
El Rey aseguró que él no mató a nadie, pero que en 1994 o 1995 dos sicarios de los Arellano Félix intentaron matarlo, disparándole a quemarropa en una tienda. Le abrieron "una zanja" en la cabeza, que comenzó a sangrar profusamente.
"Caí al suelo, pero no quedé inconsciente. Salté con mi pistola en la mano y comencé a luchar. Se sorprendieron porque pensaron que yo estaba muerto", contó el Rey, que hirió a uno de los sicarios, aunque estos escaparon.
Contó que los Arellano Félix mataron a su hermano Vicente en la puerta de su casa, aunque éste no estaba en el negocio de la droga.
El Chapo, de traje oscuro y corbata, escuchó con atención el relato de su exaliado y hoy colaborador del gobierno, que comenzó el miércoles de tarde y debe continuar todo el día.
Extraditado a Estados Unidos hace 22 meses, el Chapo, de 61 años, es acusado de enviar más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos durante un cuarto de siglo. Si es hallado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
La defensa asegura que el Chapo es el chivo expiatorio de "corruptos" gobernantes mexicanos y de agentes de la DEA, y que el verdadero jefe del cartel de Sinaloa era el Mayo Zambada.
Pero el Rey asegura que el Chapo y su hermano Mayo eran socios y jefes.