Arabia Saudita asumió este domingo la presidencia rotatoria del G20 con la esperanza de mejorar su imagen internacional frente a las críticas sobre su balance en materia de derechos humanos.
El país petrolero puso en marcha en los últimos años un programa de reformas económicas y sociales que da más espacio a los derechos de las mujeres.
Pero las oenegé denuncian la represión de los críticos con el régimen, un año después de la muerte del periodista Jamal Khashoggi, muerto a manos de agentes sauditas en el consulado de su país en Estambul.
"Arabia Saudita empezó su presidencia del G20 que continuará hasta la cumbre de dirigentes en Riad el 21 y 22 de noviembre de 2020", indicó este domingo la agencia saudita SPA.
El país sucede a Japón en la presidencia de esta organización que reúne a las principales potencias económicas mundiales, entre ellas Estados Unidos, China o la Unión Europea.