Alerta temprana sobre la posibilidad de que Nayib Bukele se convierta en un dictador en El Salvador despertó, dentro y fuera de ese país, la decisión de Corte Suprema de Justicia de permitir la reelección presidencial inmediata.
Conocido como el presidente millenials, por su edad (40 años), informalidad en el vestir y el uso priorizado de las redes sociales (especialmente twitter) para comunicarse, Bukele acaba de cumplir dos años al mando, durante los cuales ha tomado decisiones tildadas de autoritarias y se apresta a presentar una ambiciosa reforma constitucional de grandes alcances -tanto en lo político como en lo social- lo que genera resquemores, especialmente en la comunidad internacional.
Hace dos años, este joven empresario quien había incursionado en la política como en 2012 como alcalde la Nuevo Cuscatlán y posteriormente de la capital, San Salvador, bajo la bandera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, llegó al poder del país centroamericano como independiente con su movimiento “Nuevas Ideas”, dando un puntillazo final al tradicional bipartidismo.
De entonces acá, aupado por la mayoría de su partido político sacó avante varias reformas que le permitieron, entre otros, cambios en el Tribunal Electoral y la Corte Suprema de Justicia, cuya sala constitucional fue la que el viernes en la noche dio vía libre a la reelección presidencial inmediata, modificando la norma que establecía que un mandatario en ejercicio debía esperar 10 años para volver a candidatizarse al cargo.
Bukele recién cumplió sus dos años de mandato con una popularidad de 84.7%, menos de seis puntos porcentuales con los que llegó al poder y que marcó un récord de 92.5% cuando cumplió los primeros 100 días de su quinquenio. El alto respaldo ciudadano tanto a él como a sus Nuevas Ideas presagiaba, tal como ocurrió, que arrasaran en las legislativas de febrero pasado. A hoy, junto a sus socios Gran Alianza Nacional (Gana) dominan el Congreso.
Esos altos números, también impulsados por su gestión ante la pandemia del covid-19, consolidan a Bukele como un fenómeno político con visos de ‘indestructibilidad’, máxime ahora cuando sin llegar si quiera a la mitad de su presidencia se le abre la puerta para otros cinco años más, que podrían ser hasta seis si se aprueba la reforma constitucional que develará el 15 de este mes, cuando se realizan los actos conmemorativos de los 200 años de independencia.
Vale recordar que La Sala de lo Constitucional del Alto Tribunal ordenó el viernes al Supremo que permita que "una persona que ejerza la Presidencia de El Salvador y no haya sido presidente en el período inmediato anterior participe en la contienda electoral por una segunda ocasión".
Si bien el mandatario salvadoreño no ha pronunciado palabra sobre la decisión que le favorece, si lo han hecho tanto detractores como Estados Unidos y organizaciones defensoras de los derechos humanos que consideran que la misma es ‘inconstitucional’, una muestra de que la democracia “va en declive” y hasta que en El Salvador se estaría siguiendo “el libreto” de interpretar a su acomodo la Constitución, tal cual lo han hecho el nicaraguense Daniel Ortega y el hondureño Orlando Hernández.
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Cuestionamientos
El primero en reaccionar ante el anuncio fue Estados Unidos, a través de su encargada de negocios en El Salvador, Jean Manes, quién consideró que la decisión de la Sala de lo Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia es "una muestra" de una "democracia en declive" en el país, lo que "daña" la relación con Estados Unidos.
"Esta decisión permite la reelección presidencial inmediata y es claramente contraria a la Constitución salvadoreña que establece que no está permitida", sostuvo la funcionaria vía twitter, al tiempo que advirtió del rechazo del gobierno de Estados Unidos a la medida, que abre la puerta a que Bukele pueda ser reelegido sin compás de espera, tal cual se establecía en la Constitución.
Agregó que el reciente fallo es el "resultado directo" de la decisión del 1 de mayo de la Asamblea Legislativa salvadoreña, aliada de Bukele, de "remover inconstitucionalmente a los magistrados en funciones de la Sala de lo Constitucional e instalar reemplazos leales al Órgano Ejecutivo".
"Esto demuestra una estrategia clara para socavar la independencia judicial y eliminar un contrapeso clave al poder ejecutivo", ha criticado, para recordar que "un principio fundamental de la democracia son los tres poderes del Gobierno".
De este modo advirtió que un "debilitamiento" de la independencia del Poder Judicial es "muestra" de una "democracia en declive" en El Salvador, que "daña" la relación bilateral que Estados Unidos "se esfuerza" por tener con el Ejecutivo de Bukele, añadió.
Los jueces que tomaron la decisión fueron impuestos por la nueva Asamblea Legislativa tras la destitución de los magistrados anteriores, algo que fue en su momento muy criticado por organizaciones y la comunidad internacional como un paso más hacia el autoritarismo. También fue destituido entonces el fiscal general Raúl Melara.
Los anteriores magistrados de la Sala Constitucional sostenían que el artículo 152 prohibía la reelección de quien "haya desempeñado la presidencia de la república por más de seis meses consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del periodo presidencial".
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Por esto, un presidente debía esperar dos períodos para postularse nuevamente.
En tal sentido, Manes agregó que la reciente decisión “evidencia una estrategia clara para socavar la independencia judicial y eliminar un contrapeso clave al poder ejecutivo".
Por su parte el director para las Américas de la ONG Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, sostuvo que la democracia en El Salvador "está al borde del abismo".
"La Sala de lo Constitucional de El Salvador, que Bukele coptó en mayo de este año, acaba de permitir que Bukele se presente a una reelección", ha lamentado en una publicación en su perfil de Twitter, en la que ha añadido que este "mismo libreto" fue el que "usaron Daniel Ortega -presidente de Nicaragua- y Juan Orlando Hernández -presidente de Honduras-".
Por su parte el director de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), Saúl Bolaños manifestó que "Se han violado buena parte de artículos pétreos de la Constitución", entre ellos el 88, el cual consigna que "la alternabilidad en el ejercicio de la presidencia de la república es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y sistema político establecidos. La violación de esta norma obliga a la insurrección".
"Estamos ahora sí en una era más oscura, nos falta vislumbrar cuáles van a ser las acciones que esta administración tome en el acto conmemorativo del 15 de septiembre", advirtió de su lado Laura Andrade, directora del Instituto de Opinión Pública de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
Como reseñamos, ese día en la celebración de la independencia, el vicepresidente Félix Ulloa entregará a Bukele el proyecto de una reforma constitucional que además amplía el mandato presidencial en un año.
Espaldarazo
La luz verde para una reelección inmediata de Bukele fue aplaudida de inmediato por su partido “Nuevas Ideas”, así como por gran mayoría de la población que considera que está haciendo un buen gobierno, con alto con varios proyectos sociales.
El Tribunal Supremo Electoral informó que "dará cumplimiento" a la resolución de la Corte. “Se acatarán las disposiciones que establece la opción de inscripción del presidente para un segundo término, si éste así lo desea y si un partido político legalmente inscrito lo postula para dicho cargo", sostuvo en un comunicado.
En las calles salvadoreñas es palpable el respaldo mayoritario a la gestión presidencial, lo que se ve reflejado en las encuestas y opiniones espontáneas que destacan el acelerado plan de vacunación y la construcción de un moderno hospital como dos hechos claves para enfrentar la pandemia del coronavirus que a la fecha registra menos de 100 mil afectados, de los cuales el 85% se recuperaron, mientras que 2.952 fallecieron.
El mandato Bukele finaliza el 31 mayo de 2024 y por ello es prematuro que tome alguna decisión. De su gestión que se sabe se centrará en la economía, que tuvo una contracción el año pasado de 7.9%, y que uno de sus grandes cambios será la irrupción del bitcoin en las negociaciones, al igual que las propuestas sociales que van desde reconocer el aborto terapéutico hasta la aceptación de diferentes tipos de familia, dependerá que mantenga el alto aval ciudadano que le posibilite otros cinco o seis años más.