Anexar Cisjordania, difícil jugada en ajedrez político | El Nuevo Siglo
Foto Anadolu
Domingo, 5 de Julio de 2020
Redacción internacional

UNA variedad de factores obligaron al Primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a aplazar sus planes de anexar cerca del 30% de la ocupada Cisjordania, después de que les había asegurado a los líderes de los asentamientos que el proceso iniciaría el 1 de julio.

Expertos creen que las razones principales detrás del retraso incluyen una falta de apoyo firme por parte de Estados Unidos, la oposición de las fuerzas de defensa israelíes y de la diáspora judía, así como por la segunda ola de contagios de Covid-19 que ha tenido fuertes consecuencias económicas para Israel.

El plan, que es rechazado de plano por los palestinos, es visto por Netanyahu como una "oportunidad histórica" y se cree que podría inicialmente anexar los principales asentamientos judíos en los que habitan unos 430.000 israelíes, pero que cuentan con una población de alrededor de 3 millones de árabes palestinos quienes reclaman todo el territorio de Cisjordania como un derecho histórico y es, junto con la Franja de Gaza, esencial para cualquier pretensión de un Estado independiente futuro.

Netanyahu por su parte, también apela a la historia y menciona que su presencia allí, especialmente en el Valle del Jordán, es vital para su seguridad.

Especialistas consideran que el plan de anexión ha llevado a que se presenten diferencias entre Jared Kushner, asesor del presidente estadounidense, quien se ha opuesto recientemente al plan, argumentando que pondría a los países vecinos en una situación embarazosa y al embajador de EU en Israel, David Friedman, quien lo defiende.

Si bien los embajadores de Omán, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU), estuvieron presentes cuando se anunció el llamado “Acuerdo del siglo” de Trump, Kushner confiaba en obtener también el respaldo de Arabia Saudita, Egipto y Jordania. Sin embargo, en medio de la crisis del coronavirus, altos funcionarios de estas naciones advirtieron que con este hecho sus relaciones retrocederían.

Jordania ya ha confirmado que se presentaría un conflicto que, aunque puede que no sea militar, conducirá a un enfrentamiento diplomático con un impacto económico enorme.

Adicionalmente una ruptura en las relaciones con los países del Golfo afectaría otros de los proyectos de Kushner en la región, incluidos otros aspectos del plan.

Al respecto el asesor sostiene que una anexión unilateral molestará a los aliados árabes y eliminará la influencia que EU ha construido a lo largo de los años. Adicionalmente un funcionario de los EAU, aseguró que la anexión destruiría las relaciones que Netanyahu ha establecido con el mundo árabe.

El embajador Friedman, por su parte, mantiene una opinión diferente y considera que la anexión puede hacerse pacíficamente, como sucedió luego de que EU trasladara su embajada de Tel Aviv a Jerusalén sin que hubiera la oposición que se había previsto.

Una sección de la administración estadounidense, que respalda a Friedman, cree algunos países de la región, que dependen en gran medida de EU, apoyarán la iniciativa, pero que debe desarrollarse pronto ya que si Trump no es reelegido en noviembre, los demócratas no permitirían que siguiera adelante.

Dado que el apoyo de EU es una condición previa para la implementación del acuerdo y existen diferencias dentro de la Administración, se hizo necesario que Netanyahu “no apresurara las cosas” y anunciara la prórroga.

Las reacciones negativas de los aliados árabes y el temor que pude producir en la Casa Blanca una ola de protestas, ha llevado a que se emitan algunos mensajes algo contradictorios y el apoyo al plan no sea contundente.

Por otra parte al interior de Israel también hay posiciones encontradas. Mientras que el partido Azul y Blanco del aliado de Netanyahu, Benny Gantz, no ha manifestado una posición definitiva, dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se oyen voces que se oponen al plan.

El funcionario señaló que si bien los oficiales de las FDI no han hablado abiertamente del tema, prominentes generales se han opuesto a la anexión y han pedido que se detenga. Del mismo modo, la diáspora judía tampoco la apoya, pero aclara que en caso de que el gobierno de Tel Aviv decida seguir adelante, lo protegerla de cualquier medida punitiva.

Se asegura que la oposición de las FDI al plan de Netanyahu radica en que produciría un colapso de la Autoridad Palestina, se tendría que reanudar el control militar de las áreas palestinas y administrarlas diariamente y es lo que menos quieren, aseguró uno de sus miembros.

La diáspora también está preocupada por la reacción de la UE y los demócratas en EU. Creen que, dado que no están conformes con la idea, comiencen su relación con el pie izquierdo, en caso de que lleguen al poder. Aunque la diáspora elogia la actitud arriesgada de Netanyahu, cree que, en este momento, a la opinión pública israelí le preocupa principalmente el manejo de la pandemia y sus consecuencias. Dudan que el mandatario pueda abordar los problemas apremiantes que enfrenta y seguirá adelante con el plan de anexión antes de que tenga que entregar el poder al ministro Gantz el próximo año.

Así las cosas Netanyahu, que quiere consolidar su legado y cumplir con la principal promesa electoral, podría acoger alguno de los siguientes cuatro escenarios frente al plan para anexar Cisjordania.

Citar a la oposición palestina, árabe e internacional y a falta de un acuerdo con la administración estadounidense sobre el mapa de anexión, seguir posponiendo la medida. En este escenario el premier israelí mantendrá el tema sobre la mesa, pero sin establecer una fecha específica para ello. En esta posibilidad pondría poner en marcha la anexión en cualquier momento, muy probablemente antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.

También podría tratar de llegar a un acuerdo con la administración de Trump sobre una anexión por fases y comenzar con los bloques de asentamientos cercanos a Jerusalén como Maale Adumim, Gush Etzion o Ariel, lo que significaría llevar a cabo el proceso “paso a paso” y no el 30% de Cisjordania a la vez.

Un tercer escenario para el Primer Ministro israelí sería el de ignorar la oposición internacional, anexar el 30% del territorio ocupado bajo el plan del “Acuerdo del Siglo” y asumir las consecuencias que se deriven de ese hecho.

Finalmente Netanyahu podría sorprender a muchas personas en todo el mundo al anexar más del 30% de Cisjordania en un intento de apaciguar a los colonos israelíes y consolidar la seguridad y el territorio judíos.