El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, reiteró este viernes que no renovará a Paulo Abrao al mando de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y denunció una "campaña de desinformación" ante la ola de críticas por su decisión.
El brasileño Abrao, un reconocido jurista con experiencia internacional que es secretario ejecutivo de la CIDH, tiene decenas de denuncias administrativas en su contra, en un proceso que es confidencial.
Según Almagro, algunas de las quejas son por maltrato laboral, con lo que concuerda una persona que habló con la AFP bajo condición de anonimato, y que denunció que el acoso moral era tan intenso que la llevó incluso a tener ideas de suicidio.
La CIDH afirma que estas denuncias presentadas ante la Ombudsperson del organismo, Neida Pérez, deben seguir su curso legal, pero no son un impedimento para su renovación en el cargo, y denunció un "grave embate contra su independencia y autonomía".
La Comisión, un ente autónomo de la OEA, informó que la decisión interna de renovar a Abrao -cuyo mandato vencía el 15 de agosto- fue tomada por "unanimidad".
Pero Almagro volvió a manifestarse en contra este viernes en un comunicado. "Reitero, asimismo, que de ninguna manera incorporaré o reincorporaré a ninguna persona sobre la cual penden 61 denuncias", dijo en la nota, en alusión a las denuncias contra el brasileño.
La decisión de no renovar el mandato del jefe de la CIDH desató críticas de organizaciones de defensa de los derechos, pero también de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Pensamientos suicidas
En respuesta, Almagro denunció una "campaña de desinformación" destinada a hacer creer que la autonomía de la CIDH está en riesgo, y dijo que no participará en la elección del próximo secretario ejecutivo.
"Ese proceso corresponde y corresponderá a la CIDH", dijo el diplomático uruguayo y señaló que ha pensado mucho en "la situación de las víctimas de acoso laboral".
Una mujer que dejó la CIDH debido al acoso laboral sufrido y que no quiso ser identificada contó a la AFP que comenzó a chocar con Abrao por sus métodos de trabajo, y denunció que el jurista "miente" y que bajo su mandato detectó "arbitrariedades en los nombramientos".
La mujer dijo además que sufrió una campaña de acoso en su contra que la obligó a dejar el trabajo de sus sueños.
"Me ponían trampas, lo que empezó a volverme loca y ahí me deprimí. Estaba tirada en el sillón todo el fin de semana y empecé a tener ideaciones suicidas", contó la mujer que llevó estas denuncias a la Ombudsperson, que se encarga de tramitar las acusaciones.
Ella me contestó que claramente había una "técnica de acosadores, aislar a las personas, de una manera que la salud mental se les quiebra".
Bachelet dijo el jueves que la pugna corre el riesgo de minar la "independencia" de la CIDH y advirtió que "está causando daños a la reputación de la OEA".
El director para las Américas de Human Right Watch (HRW), José Miguel Vivanco, denunció el jueves que "usar una investigación administrativa como pretexto para socavar la autonomía de la CIDH, amenaza la credibilidad de una institución vital".