El país asiático ordenó cerrar todos los clubes y bares luego de aparición de 34 nuevos casos en Seúl en tan solo dos días y en Alemania se informó de un aumento de la tasa de infección.
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EL descuido puede llevar a perder, en pocos días, meses de extremo cuidado sanitario enfrentando el Covid-19 y pasar del temor a la certeza de que este letal enemigo invisible es duro de matar.
Eso es lo que ha podido comprobar Corea del Sur y algunas regiones de Alemania, en menos de una semana.
El primero de estos países, tras ser considerado un modelo en la gestión de la crisis por la pandemia. Se conoció como “bal-bali” que significa “rápido, rápido” y consistió básicamente en un diagnóstico masivo y asilamiento inmediato de los contagiados.
Ese testeo masivo, mediante pruebas moleculares (RT-PCR), casi al mismo tiempo en que la Organización Mundial de la Salud declara la pandemia, llevó a Corea del Sur, a tener una de las cifras de mortalidad más bajas del mundo, al igual que un altísimo registro de personas recuperadas.
Así, en la bitácora global sobre el impacto del virus, dicha nación registraba hasta hace dos semanas, 10.840 casos, de los cuales 9.610 se recuperaron y 256 fallecieron. Los contagios activos estaban en fase final de tratamiento. El pico de la pandemia lo marcó a finales de febrero, con 909 afectados en solo 24 horas.
A la par del tratamiento se intensificó la realización de pruebas y a 17 de marzo ya había realizado 280 mil, es decir, 5.200 por millón de habitantes, lo que fue creciendo exponencialmente para cerrar marzo con un cubrimiento de gran parte de sus 51.6 millones de habitantes.
Tras enfrentar con éxito la fase de mitigación, es decir, frenar con éxito la velocidad de contagios, y mientras registraba cada día un mayor número de recuperados, el Gobierno decidió dar paso a la fase de estabilización, levantando progresivamente el confinamiento y dando vía libre no solo a la vida productiva sino también la social, con la observancia de ciertos protocolos y apelando a la responsabilidad ciudadana.
Sin embargo, todos estos logros de casi cinco meses ya que como se recordará desde inicios de enero Wuhan informó sobre los casos de la neumonía atípica y letal,, la que posteriormente se llamó Covid-19 y se declaró pandemia, están a punto de revertirse.
Tras cuatro días de retornar a la normalidad, Corea del Sur volvió a sorprender al mundo al informar este sábado que había ordenado el cierre de todos los clubes, bares y discotecas por la aparición de 18 casos de coronavirus, registrados en Itaewon, uno de los distritos de vida nocturna más concurrido de Seúl.
Más de dos docenas de casos están relacionados con un hombre de 29 años que dio positivo a Covid-19 después de pasar tiempo en cinco clubes y bares de dicho distrito de entretenimiento el pasado fin de semana.
Las autoridades sanitarias anticiparon que es muy seguro un nuevo aumento en las infecciones, y se estima que alrededor de 7.200 personas visitaron los cinco establecimientos identificados.
De los 18 nuevos casos surcoreanos reportados el sábado 2 de mayo, 17 estaban vinculados a Itaewon, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur. Al día siguiente reportó otros 17 contagios.
"El descuido puede conducir a una explosión de infecciones", dijo el alcalde de Seúl, Park Won-soon, al ordenar el cierre completo de las actividades de entretenimiento, agregó que la orden seguirá vigente indefinidamente y pidió a quienes visitaron esos clubes y bares que se presenten voluntariamente.
El salto en las nuevas infecciones se produce cuando la vida cotidiana en Corea del Sur ha comenzado lentamente a volver a la normalidad, y el gobierno ha flexibilizado las reglas de distanciamiento social el miércoles pasado.
El presidente del país, Moon Jae-in, dijo el ayer que los nuevos casos habían "creado conciencia de que incluso durante la fase de estabilización, situaciones similares pueden surgir nuevamente en cualquier momento".
“Esto no estará terminado hasta que esté realmente terminado", dijo Moon durante un discurso por su tercer aniversario de asumir el cargo. Y con una inédita popularidad a raíz del manejo de la epidemia, que inclusive llevó a que su partido lograra una aplastante victoria en las recientes parlamentarias.
Moon insistió en que es necesario mientras se mantiene el estado de alerta no bajar la guardia y, sobre todo, que haya una gran responsabilidad ciudadana.
En Alemania
El rebrote del Covid-19 alertado la semana anterior por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se está volviendo certeza no solo con lo ocurrido en Corea del Sur, sino con casos registrados en Alemania, otro Estado que ha sido reconocido por su ejemplar manejo ante la pandemia.
El Instituto Nacional de Virología Robert Koch, encargado del monitoreo de la pandemia, informó ayer sobre un aumento de la tasa de infección, por encima de la considerada potencialmente peligrosa, de 1 a 1,1. Esta tasa, llamada de "reproducción", mide la media de personas que alguien infectado por covid-19 contaminará de su lado. Un índice menor a 1 sugiere que la cantidad de infecciones en el país tiende a disminuir, en tanto que por encima de este número señala un alza. Esta cifra pasó de 0,7 a más de 1 en apenas unos días.
No obstante, el instituto advirtió que todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero en un informe indicó que las cifras de infección deben "ser controladas muy de cerca en los próximos días".
Por otra parte, se anunció que se superó el tope fijado de 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes en tres cantones del país. Bares y restaurantes pudieron abrir el sábado en el Estado de Mecklembur-Pomerania, a orillas del mar Báltico, si bien los camareros debían llevar mascarilla y los clientes, respetar la distancia social. Pero de mantenerse la tendencia de nuevos contagios, de seguro volverán al confinamiento.
Alemania registraba ayer un total de 169.218 contagios, con 667 nuevos casos en las últimas 24 horas, lo cual, no obstante, es relativamente bajo respecto al promedio de las últimas semanas.
Desescalada en otros países de Europa
Varios países europeos, como Francia y España, vivieron ayer su último día de confinamiento, entre alegría y miedo a un nuevo repunte de contagios.
En Francia y España, que figuran entre los países más golpeados por la covid-19, la mayoría de habitantes podrán recuperar una tímida normalidad, como ya hicieron antes italianos y alemanes.
Las zonas más afectadas, como Madrid y Barcelona, tendrán que esperar a que la situación sanitaria mejore.
En Francia, donde se contabilizan más de 26.000 fallecidos, el desconfinamiento también será por regiones. En las últimas 24 horas, el país registró el balance diario de fallecidos más bajo desde que empezó el confinamiento, el 17 de marzo, con 70 decesos. Está prevista la reapertura parcial de las escuelas, una medida que suscita preocupación en las familias.
Por su parte, los británicos podrán salir a hacer ejercicio de forma "ilimitada", conducir a lugares alejados y tomar el sol a partir del miércoles, según el plan de desescalada progresiva presentado ayer por el primer ministro, Boris Johnson.
El mandatario advirtió que el plan presentado será "condicional" y que su aplicación dependerá de los resultados, en el segundo país más castigado del mundo por la covid-19, que mató a más de 31.500 personas.
Ante las graves consecuencias económicas del confinamiento, el gobierno llamó a sectores como la construcción o la manufactura a retomar el trabajo el lunes, mientras que comercios y las escuelas no abrirán hasta "el 1 de junio como muy pronto".
La reapertura de cafés y restaurantes tendrá que esperar, como mínimo, hasta julio, indicó Johnson.
Asimismo, se impondrá una cuarentena de 14 días para las personas que entren en el país, excepto las procedentes de Irlanda.
Finalmente, parece que las cifras del coronavirus no solo mundiales sino en su país vencieron el escepticismo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien decidió cancelar una parrillada multitudinaria que había convocado frente a la sede gubernamental./Redacción internacional.