El naufragio de una nueva embarcación de migrantes frente a Libia es "un recordatorio terrible" del riesgo de la travesía y de la necesidad de que la Unión Europea (UE) actúe en el Mediterráneo, indicó la jefa de la diplomacia europea.
"El naufragio de un barco en la costa de Al Khoms, que puede haber costado la vida de 100 personas, es un recordatorio terrible de los riesgos a los que se enfrentan los que emprenden estos peligrosos viajes hacia Europa", lamentó Federica Mogherini en un comunicado.
La ex canciller italiana abogó por la búsqueda "de alternativas seguras y dignas a las peligrosas travesías marítimas" y por "reasentamientos y retornos voluntarios fuera de Libia para evitar nuevas pérdidas de vidas humanas".
Además, la jefa de la diplomacia europea reclama, en el comunicado conjunto con los comisarios de Vecindad, Johannes Hahn, y de Migración, Dimitris Avramopoulos, "capacidades de búsqueda y salvamento adecuadas" para la UE.
La llegada de migrantes desde las costas libias provoca disputas en el club comunitario.
El ministro del Interior italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, prohibió este viernes el desembarco a 135 inmigrantes rescatados en el Mediterráneo, que permanecerán en un barco de la guardia costera italiana hasta que se llegue a un acuerdo en Europa para su reparto.
Salvini, que aplica la línea de mano dura contra la migración, anunció personalmente que "no dará autorización" para el desembarco hasta que Europa no se comprometa concretamente a recibir a todos los migrantes a bordo.
El jefe de la ultraderechista Liga y hombre fuerte del gobierno italiano ordenó el cierre de los puertos de su país para los barcos que rescatan a los náufragos.
"Francia y Alemania no pueden decidir sobre las políticas migratorias ignorando las demandas de los países más expuestos, como nosotros y Malta", advirtió.
Por su parte el ministerio del Interior precisó que el gobierno "ha solicitado oficialmente a la Comisión Europea" que coordine las operaciones para la distribución entre los países de los migrantes que se encuentran actualmente a bordo.
La Guardia Costera intervino esta semana para ayudar a dos barcazas que se encontraban a la deriva con migrantes a bordo y que fueron rescatados por pescadores tunecinos e italianos.
Por su parte, los países de Europa del Este, por su parte, se niegan a participar en la asistencia a los solicitantes de asilo.
Por iniciativa de Francia, catorce países europeos acordaron poner en marcha un "mecanismo de solidaridad" destinado a repartirse los migrantes rescatados en el Mediterráneo para permitir su desembarco en Italia.
Recuperan 62 cadáveres
Entre tanto los servicios de rescate libio anunciaron que habían recuperado del mar los cuerpos de 62 migrantes tras el naufragio el jueves de su embarcación ante Joms, puerto situado a 120 km al este de Trípoli.
"Unidades de la Media Luna Roja libia consiguieron rescatar 62 cuerpos de migrantes", dijo a la AFP Abdel Moneim Abu Sbeih, un responsable de esa organización.
Cerca de 145 personas fueron rescatadas con vida tras el naufragio, y se teme que 110 estén desaparecidas, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
"Los cuerpos siguen llegando a las costas, no es posible dar un balance definitivo", indicó Abu Sbeih.
Los migrantes zarparon aparentemente a bordo de tres lanchas amarradas entre si, según la organización Médicos sin Fronteras (MSF).
Supervivientes aseguraron que a bordo había como mínimo 400 personas, según explicó a la AFP el jefe de la misión Médicos sin Fronteras, Julien Raickman