La decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de no modificar las tasas de intervención y dejarlas en 4,5 por ciento como ha sucedido en los últimos 8 meses, no genera mayores cambios en la política monetario como sucedió hace un mes.
Sin embargo, la determinación de hoy sugiere que la trayectoria de menor crecimiento en 2015 y el hecho de que las expectativas de inflación para 2016 se ubiquen cerca del 3,0%, ahora tienen para la autoridad monetaria una mayor relevancia que los incrementos recientes en el IPC y las expectativas en el costo de vida en el corto plazo.
En los próximos meses se espera que la inflación continúe por encima del 4% y que finalice el año en 3,85%. En adelante, si las expectativas de inflación de cierre de 2015 continúan corrigiendo a la baja y las de mediano plazo se mantienen dentro del rango meta, la autoridad monetaria tendrá un margen de maniobra suficiente para mantener inalterada la tasa de intervención.
Consideramos que solo en un escenario en el que las expectativas de inflación de mediano plazo se alteren y el ajuste de la economía a su nueva realidad se interrumpiese, la autoridad estaría dispuesta a incrementar su tasa de referencia. Por lo pronto, el escenario base en términos de política monetaria sigue siendo de estabilidad por un largo tiempo.
De otro lado, la reciente caída del precio del petróleo ha afectado negativamente los términos de intercambio del país, efecto que no ha sido contrarrestado totalmente por la caída de los precios de las importaciones. Creemos que el deterioro de los términos de intercambio en el inicio de 2015 afectará el ingreso nacional de manera persistente. En efecto, es probable que estos no retornen a sus niveles de años previos, en los que promovieron el crecimiento de la inversión y en general de la demanda interna a tasas superiores al promedio histórico. Por lo tanto, para el Emisor esto implicaría que la economía colombiana crecerá a tasas inferiores a las registradas en los años previos.
En su decisión, la Junta resaltó la moderación de la demanda interna y su dinámica superior al 4%, producto especialmente de la inversión. En el frente externo se puntualizó la mayor dinámica de las importaciones frente a las exportaciones, lo cual restó al crecimiento.
Asimismo, el ajuste de la economía frente al cambio en las condiciones externas se ha reflejado en un menor crecimiento del consumo y la inversión y ello se mantendría en el segundo trimestre de este año. Es así, como la caída en el precio del petróleo ha afectado a la economía, al reducir el ingreso nacional, lo cual conlleva a una desaceleración del crecimiento de la demanda interna por la vía del consumo y la inversión.