El sector financiero se mostró partidario que ante el buen resultado de la inflación en julio, el Banco de la República baje nuevamente las tasas de interés y las ubique en 5,25%.
Para la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, ANIF, este significativo descenso de la inflación en su lectura anual se vio favorecido por el efecto estadístico del pico observado en julio de 2016, cuando se tuvieron registros del 9% anual. En ello incidieron el peor momento del fenómeno climático de El Niño y el paro de transportadores de mediados de 2016.
También se registró un significativo alivio en la inflación subyacente, sin alimentos, al ubicarse en 4,79% anual al corte de julio contra el 5,12% un mes atrás. De esta manera, se le ha abierto un margen adicional al Banco de la República para ahondar en su política monetaria contracíclica.
Condiciones para bajar
ANIF había mencionado que la condición para pensar en reducciones adicionales de la tasa, por debajo del valor del 5,5% fijado en la última Junta de julio, dependía del rompimiento de ese umbral del 5% en la inflación subyacente, lo cual acaba de ocurrir.
Así, es recomendable y esperable que el Emisor lleve su repo central hacia el 5,25% en su próxima reunión de agosto, dada la postración del sector real, donde todo parece indicar que la expansión del PIB-real del segundo trimestre fue tan mala como la del primero. Esto implicaría mantener la tasa repo-real cerca del 0,5% que hoy se tiene.
Cabe señalar que, a diferencia de lo expresado por la Junta en su último comunicado, ANIF considera que esta “repo-real” es bastante estimulante si se le compara con la tasa del 2% real que expresaba el propio Banrepública que sería “la tasa neutral” antes del colapso del PIB-real potencial hacia el actual 3%.
Ahora bien, mantener esa repo-real en 0,5% no hará mucha diferencia en términos del resultado del PIB-real de 2017, el cual se perfila más hacia el 1,5% que hacia el 2,5% que proyectaba el Gobierno hasta hace poco.
Esto se explica por tres factores, el primero la transmisión crediticia está operando de forma lenta en el caso de los hogares, por cuenta de tenerse cerca del 90% de los créditos de consumo expresados en tasa fija y no variable, atados a la DTF o al IBR; segundo los hogares están al tope de su endeudamiento, con apalancamientos hasta del 38% respecto de su ingreso disponible, luego los alivios en tasa ayudarán a frenar el deterioro de la cartera, pero no a impulsar el consumo; y tercero el impulso fiscal-agregado es contractivo.
Inflación podría subir
Para ANIF el propio Emisor deberá analizar la probabilidad de reversión parcial de esa baja en la “inflación subyacente” por cuenta de un efecto estadístico menos favorable durante septiembre-diciembre de 2017.
Además, el menor costo de los importados durante el primer semestre, con una apreciación promedio del 6% anual podría revertirse durante el segundo semestre, cuando cabe esperar una devaluación promedio cercana al 5% anual, consistente con niveles de TRM del orden de los $3.150 por dólar y un precio del petróleo Brent más cercano a los US$50 por barril que a los US$60.
A nivel microsectorial, la inflación de julio se contrajo principalmente en los grupos de esparcimiento, y vivienda, mientras tuvo leves incrementos en salud.
El grueso del descenso de la inflación total se explica por el buen comportamiento de los alimentos, bajando hacia 0,20% anual en julio frente a 15,71% un año atrás.
Por su parte, el Índice de Precios al Productor, IPP, reportó una inflación mensual del 1,17% en julio, consistente con deflaciones anuales del -1,18%.