Intentan regular mercado mundial de armas | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Diciembre de 2014

Aunque no están todos los que son, el sólo hecho de que se haya cumplido  -en tan solo 18 meses-  la hoja de ruta de Naciones Unidas para la creación, firma y entrada en vigencia del Tratado sobre Comercio de Armas es un acontecimiento histórico.

 

Este  primer tratado internacional sobre el comercio de armas clásicas, de unos 85.000 millones de dólares y laboriosamente negociado en 2013 bajo la égida de la ONU, entró en vigor el pasado miércoles 24.

El tratado debía ser ratificado al menos por 50 estados. Actualmente, 130 países lo firmaron y 60 lo ratificaron ante la ONU en Nueva York.

El instrumento, aprobado en abril de 2013 por la Asamblea General de Naciones Unidas, busca dar sentido ético a un comercio de armas convencionales de más de 85.000 millones de dólares anuales.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, estimó  como "esencial" que los principales mercados de armas -entre ellos Estados Unidos- se adhieran al tratado. "Invito a aquellos que no lo han hecho todavía a hacerlo sin demora", dijo.

El alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, Zeid Ra'ad al Husein, también saludó esta etapa decisiva "para detener el flujo de armas que pueden ser usadas para cometer atrocidades".

Cada país signatario deberá ahora evaluar antes de realizar cualquier transacción (importación, exportación, tránsito o venta) si las armas comercializadas podrían ser utilizadas para evadir un embargo internacional o violar derechos humanos.

El tratado cubre pistolas, aviones y navíos de guerra, además de misiles. 

Los países que lo ratificaron deben todavía acordar de manera precisa su aplicación. Una primera reunión está prevista para febrero de 2015 y la primera asamblea de Estados parte debería realizarse en el otoño boreal.

El miércoles entró en vigor el Tratado,  solo 18 meses después de que se abrió a la firma, tras contar con 60 ratificaciones, diez más de las necesarias para entrar en vigor.

En septiembre, Argentina, Bahamas, Bosnia y Herzegovina, República Checa, Santa Lucía, Portugal, Senegal y Uruguay depositaran sus adhesiones en un encuentro  especial en la Organización de las Naciones Unidas (ONU.

El artículo 22 del tratado estipula que se convertirá en parte del derecho internacional 90 días después del depósito del instrumento de ratificación número 50.

"El TCA es uno de los acuerdos sobre armas que avanzó más rápidamente hacia su entrada en vigor", señaló un comunicado de la coalición Armas bajo Control.

La rapidez con que se recibieron las 50 ratificaciones mínimas necesarias  "muestra el enorme impulso del TCA y mucho compromiso político y voluntad", aseguró en días pasados Paul Holtom, del Centro para la Confianza, la Paz y las Relaciones Sociales de la británica Universidad de Coventry.

"Ahora el desafío es reflejar la voluntad política en la acción,… para asegurar que los Estados partes puedan cumplir, y estén cumpliendo, con sus obligaciones en virtud del TCA", señaló Holmes

¿Cuáles son los requisitos previstos en el TCA?

El derecho internacional obliga a los Estados partes del TCA a evaluar sus exportaciones de armas convencionales para determinar si existe el peligro de que se utilicen para exacerbar conflictos.

El artículo 6(3) del tratado prohíbe que los Estados autoricen transferencias de armas a sabiendas de que las mismas se emplearán en la comisión de genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra.

El artículo 7 impide esas transferencias si existe un riesgo primordial de que las armas se empleen para socavar la paz y la seguridad o cometer una grave violación del derecho internacional humanitario o de derechos humanos.

Además, el TCA obliga a los Estados partes a tomar una serie de medidas para prevenir el desvío de armas al mercado ilícito, así como elaborar informes anuales de sus importaciones y exportaciones de armas convencionales.

El tratado se aplica a ocho categorías de armas convencionales, que van desde los tanques de combate a las armas pequeñas y ligeras.

La entrada en vigor del TCA es, sin duda, una gran victoria para los activistas y las organizaciones no gubernamentales (ONG) que luchaban por la regulación del comercio de las armas desde hace más de una década.

En 2003, cuando Armas bajo Control lanzó una campaña mundial, "Malí, Costa Rica y Camboya fueron los únicos tres gobiernos que decían públicamente que apoyaban la idea de un tratado sobre el comercio de las armas", destacó Anna MacDonald, directora de la secretaría de la ONG.

Con frecuencia, los activistas señalaban que el comercio mundial de bananas era más regulado que el de las armas.

Las organizaciones de Armas bajo Control apoyaron el proceso del TCA con "una combinación de campañas, militancia, presión sobre los gobiernos" y "experiencia técnica sobre qué se podía hacer, cómo podía ser el tratado y cuáles disposiciones debía incluir", explicó.

El trabajo activista dio sus frutos, ya que el tratado entrará en funcionamiento mucho antes de lo que muchos esperaban.

Hasta su entrada en vigencia, 130 países habían firmado  el TCA y 160 votaron a favor de su aprobación en abril de 2013, en la Asamblea General de la ONU.

"No hay razones para no esperar que todos los que votaron lo firmen y en última instancia lo ratifiquen", destacó a comienzos  de mes MacDonald.

Pero otros afirman que los peores violadores de los derechos humanos no aceptarán el tratado. Por ejemplo, Siria fue uno de los tres Estados que votaron en contra de su adopción en la Asamblea General.

Sin embargo, MacDonald cree que una vez que bastantes países adhieran al TCA, los Estados reticentes sentirán una enorme presión política para cumplirlo.

El TCA sentará "un nuevo estándar mundial para las transferencias de armas, lo que hace políticamente muy difícil que los países que aún no lo firmaron ignoren sus disposiciones", aseguró.

MacDonald citó la Convención de Ottawa, que prohibió las minas terrestres antipersonales y que entró en vigencia en 1999, como un ejemplo.

Muchos de los mayores usuarios y exportadores de minas terrestres no adhirieron a la Convención de Ottawa, pero el estigma político vinculado a las mismas tras su aprobación hizo descender su uso.

Queda mucho trabajo para hacer  a medida que evolucione el sistema del TCA, pero su sola aprobación y entrada en vigencia es un paso decisivo e histórico para la comunidad mundial.

Los Estados deberán crear o actualizar los sistemas de control de las transferencias y los mecanismos de aplicación para regular las exportaciones, las importaciones y la intermediación, explicó Holtom.

"Llevará varios años antes de que veamos el impacto. Pero ahora debemos asegurarnos que el TCA se puede poner en práctica y que los Estados y otros actores importantes trabajen juntos para lograr su objetivo", subrayó MacDonald.

La primera conferencia de los Estados partes se llevará a cabo en México en 2015.

Los países participantes deben presentar su primer informe sobre las exportaciones e importaciones de armas el 31 de mayo de 2015, así como otro sobre las medidas que hayan adoptado para aplicar el tratado a finales de 2015, explicó Holtom.

El hecho de que el control del comercio de las armas esté en el tapete ya es histórico.

"Se trata de un instrumento que introduce consideraciones humanitarias en un área que tradicionalmente estuvo protegida por el lenguaje de la defensa y la seguridad nacional y por el secreto", dijo Holtom.

"Ahora tenemos que trabajar para su aplicación eficiente y buscar su universalización para que la regulación de los armamentos, como se expresa en la Carta de las Naciones Unidas, se convierta en una realidad de una vez por todas", dijo./EL NUEVO SIGLO  con IPS