La presidenta argentina Cristina Kirchner dijo este martes que sectores financieros, industriales y políticos internos y externos intentan acabar con su gobierno e incluso que podrían atentar contra su vida.
"Quieren voltear al gobierno con ayuda extranjera. Y si me pasa algo, después de las amenazas recibidas, no miren hacia Oriente, miren hacia el Norte (Estados Unidos)", declaró en un enérgico discurso en la Casa de Gobierno.
Kirchner denunció en su reciente visita al Papa Francisco en Roma que policías le advirtieron de supuestas amenazas de muerte de activistas del Estado Islámico (ISIS), pero ahora corrigió el origen de la intimidación y dijo que viene "del norte", con "un ataque a la soberanía argentina".
"Después de ver las cosas que se están haciendo desde representaciones diplomáticas (denunciar inseguridad en Argentina), que no vengan a crearnos una historieta de que el ISIS me está buscando para matarme", sostuvo.
Al salir después a un patio interno de la Casa Rosada, le dijo a sus partidarios que "redoblen los esfuerzos de unidad y militancia" en defensa del gobierno.
"Pero no vamos a echar a nadie del país", subrayó en relación a los diplomáticos norteamericanos.
Kirchner dijo que el comunicado de Washington sobre una Argentina insegura "es una provocación".
"Dice (el departamento de Estado de EEUU) que están monitoreando todo de cerca. Y que quieren una Argentina próspera. Si quieren eso, que no le hubieran soltado la mano al país en 2001 (crisis y default). Y si tanto les preocupa la Argentina, ¿porque no dejan ahora que pague la deuda?".
La justicia neoyorquina bloqueó pagos de la deuda a raíz de incumplirse una sentencia en favor de fondos que en la jerga financiera se conoce como "buitres", financistas que según Buenos Aires cuentan con respaldo político en EEUU.
Sobre las presiones internas, dijo que "los productores de soja (principal cultivo) han perdido dinero a lo pavote" por no haber exportado granos hace unos meses "para especular", mientras que "los precios siguen bajando" con un tercio de la cosecha sin vender.
"Hay una maniobra de pinzas sobre Argentina hecha por los exportadores que perdieron dinero por impericia e idiotez. Y también los industriales de automotores que 'encanutan' (guardan) los autos y les dicen a los consumidores que no tienen. Lo que esperan es una devaluación", sostuvo.
En Argentina, con la economía golpeada por una tónica recesiva y escasez de dólares, la brecha entre el dólar oficial y el informal se ubica en torno al 80%, lo que desestabiliza la economía y las finanzas.
"Están presionando para que haya una devaluación y licuar los convenios de trabajo (30% anual de ajuste de salarios) que lograron (los sindicatos)", subrayó.
En reacción a este escenario, Kirchner anunció que se incrementarán los controles para evitar la fuga de dólares a través de operaciones bursátiles.