El presidente sirio, Bashar al Asad, afirmó que su gobierno ha "salido victorioso de la batalla" contra los opositores, que sin embargo se anotaron su mayor éxito en dos años de rebelión tomando la ciudad de Raqa y capturando a su gobernador.
En unas declaraciones publicadas este martes por el diario libanés prosirio Al Ajbar, Asad dijo que sus oponentes, apoyados por potencias extranjeras, estaban luchando por sobrevivir, y afirmó que las fuerzas gubernamentales están ganando la batalla.
"La conspiración contra Siria toca a su fin", dijo el diario, citando a políticos árabes que se reunieron últimamente con Asad en Damasco.
Estos últimos contaron que Asad parecía sentirse "muy cómodo".
"Hubo éxitos significativos y su importancia estratégica es clara incluso para aquellos en la región y el mundo que elaboran planes irrealizables contra la seguridad de Siria", añade el diario, citando la conversación de Asad con sus visitantes.
Según Al Ajbar, el presidente sirio estimó que "las contradicciones en el seno de la oposición en el exilio eran la prueba de su fracaso".
El régimen, que se enfrenta a una revuelta armada, estima que la guerra en Siria es el resultado de un complot contra su país.
Sin embargo, la víspera de la publicación de estos comentarios, los rebeldes se anotaron una importante victoria al tomar la ciudad de Raqa (norte), capital de la provincia homónima, y capturar a su gobernador, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Un vídeo grabado por rebeldes y difundido este martes por el OSDH muestra al gobernador de Raqa, Hasan Jalili, sentado en medio de insurgentes al lado de Suleimán Suleimán, el secretario general provincial del partido Baas, en el poder en Siria.
"Lo único que queremos es deshacernos del régimen", les dice en el vídeo un rebelde no identificado a los detenidos, sentados en silencio con trajes oscuros y camisas azules celestes. La autenticidad del video no pudo verificarse por el momento.
"Es uno de los dirigentes del régimen de mayor rango capturados por los rebeldes" desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, afirmó Rami Abdel Rahman, director del OSDH, una ONG que cuenta con una red de informantes en el país.
"Raqa sufrió mucho por la corrupción del gobernador", estimó.
Los insurgentes conquistaron el lunes la mayor parte de los barrios de Raqa, pero las tropas y los milicianos prorrégimen opusieron resistencia durante la noche cerca de la sede de los servicios de inteligencia militar, añadió la fuente.
"Hay refuerzos del ejército camino de Raqa. Está por ver si podrán llegar a la ciudad o no", dijo Rahman.
El diario prorrégimen Al Watan por su lado describió lo sucedido en Raqa como la prueba de cómo "el terrorismo se extiende" en la ciudad.
"El ejército y las fuerzas de seguridad están librando intensas batallas en la ciudad de Raqa, donde miles de hombres armados llegaron" del campo, escribió el diario.
"Hombres armados están saqueando casas e instituciones privadas y públicas, aprovechando el caos", añadió.
Antes del conflicto, Raqa tenía 240.000 habitantes. Pero unos 800.000 desplazados internos, procedentes de otras regiones del país, encontraron refugio en esta localidad en los últimos meses, por ser una de las más tranquilas.
Por otro lado, estallaron enfrentamientos en los focos de resistencia rebeldes en Homs, en el centro de Siria, informó el OSDH, en el tercer día de un asalto del ejército y de las milicias prorrégimen para reconquistar los enclaves rebeldes de la ciudad, conocida como la "capital de la revolución".
Un activista en el casco antiguo de Homs, bastión rebelde asediado por el ejército desde hace ocho meses, dijo que había muchas bajas en los dos bandos. "Es un diluvio de balas. Todo está en llamas en el casco viejo", describió este militante que dice llamarse Abu Bilal.
Según la ONU, unas 70.000 personas han muerto en el conflicto sirio, que a mitad de este mes cumplirá dos años.