Los rebeldes sirios controlan una importante parte del este del país, a lo largo de la frontera con Irak, desde que este jueves se apoderaron de una ciudad estratégica de la región.
A partir de la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad, a principios de marzo de 2011, que luego se transformó en una guerra civil, la violencia ha dejado más de 40.000 muertos, en su mayor parte civiles, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una organización no gubernamental con sede en Gran Bretaña que se basa en las informaciones de una red de militantes y de fuentes médicas.
"La zona, que se extiende desde la frontera iraquí hasta el borde de Deir Ezzor, es actualmente el sector más importante que escapa totalmente al control del ejército", explicó a la AFP el presidente del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Los insurgentes también tomaron hace poco otra importante base del ejército de Bashar al Asad, la base 46, en el norte de Siria, a poca distancia de Turquía, pero perdieron la cercana base Jeque Suleiman, alrededor de la cual el ejército ganó terreno el miércoles, según el OSDH.
La base Jeque Suleiman es actualmente el único obstáculo para la "liberación" casi completa por parte de los rebeldes de una gran zona que va desde la fronetra turca hasta la ciudad de Alepo.
El ejército llevaba varios meses bombardeando desde la base 46 al norte, fiel a la revolución. Su caída es por lo tanto "una victoria importante", sin duda "la mayor" desde marzo de 2011, según el general insurgente Ahmad al Faj, pues ahora la autopista que va desde la frontera turca hasta Alepo está controlada por los guerrilleros.
El régimen, cuyo ejército debe enfrentar una rebelión cada vez más audaz, redujo sus ambiciones territoriales para concentrarse en el sur, Damasco, el centro de Siria y la región alauita, en el noroeste, señalan los analistas.
El objetivo del régimen, de acuerdo con numerosos expertos, es mantenerse en sus posiciones para tener una carta en sus manos cuando llegue la hora de las negociaciones.
Los vecinos de Siria temen que el conflicto se extienda, y Turquía pidió a la OTAN el despliegue de misiles de defensa antiaérea Patriot en su territorio.
Mientras tanto, el ejército sirio reanudó sus bombardeos contra el sur de Damasco y la campiña circundante, según el OSDH.
Un rebelde murió en combates contra las tropas regulares en la región de Damasco, de acuerdo con el OSDH. Esta fuente agregó que tres civiles murieron a causa de cohetes disparados contra Yabrud, en el norte de la provincia de Damasco, sin precisar el origen de esos tiros.
El diario del partido Baas (en el poder) afirmó en su edición del jueves: "La operación de purga de la región de Damasco entró casi oficialmente en su etapa final gracias a la eliminación de decenas de terroristas (...) en la Ghuta oriental en los últimos días."
Esta región de huertos es la principal base en la retaguardia de los insurgentes que tratan de efectuar operaciones en la capital siria. Desde el comienzo de la revuelta popular, el régimen sostiene que combate a grupos "terroristas" armados y financiados por el extranjero.
El miércoles, 122 personas murieron en diversos actos de violencia en todo el país: 46 soldados, 37 civiles y 39 rebeldes, según el OSDH.