El régimen y los rebeldes proseguían sus intensos combates este viernes en Deir Ezzor, en el este de Siria, donde un grupo yihadista ejecutó a 10 soldados, al día siguiente de la muerte de un general de los servicios de inteligencia.
Mientras tanto, la ONU y Estados Unidos siguen presionando para que se celebre el mes próximo en Ginebra una conferencia de paz, a pesar de las divisiones de la oposición.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, viajará de nuevo a Europa para preparar la llamada conferencia Ginebra-2, y el emisario de la ONU para Siria, Lakhdar Brahimi, iniciará el sábado en Egipto una gira regional con el mismo fin.
En el terreno, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dio parte de intensos combates en la principal ciudad del este del país, Deir Ezzor, desde el jueves por la noche.
La ciudad fue bombardeada por aire el viernes por la mañana. El OSDH, con sede en Londres, indicó que hubo heridos y casas dañadas, sin dar un balance preciso.
Los bombardeos aéreos se produjeron tras el avance de los rebeldes en el barrio de Rashdiya, hasta ahora controlado por las fuerzas del régimen. En ese mismo barrio mataron el jueves al general Jamaa Jamaa, jefe de los servicios de inteligencia militar de la región.
También en el barrio de Rashdiya, combatientes del Frente al Nosra, ligado a Al Qaida, capturaron y ejecutaron a diez soldados, según el Observatorio.
En el norte del país, al menos doce personas murieron este viernes víctimas de un bombardeo de las fuerzas gubernamentales contra una ciudad kurda de la provincia de Alepo.
"Doce kurdos, entre ellos seis niños (...) han muerto en un bombardeo de las fuerzas gubernamentales", en la ciudad de Tal Aran, indicó el OSDH.
En esta misma provincia, al menos 20 soldados y siete combatientes rebeldes murieron, como consecuencia de un ataque de insurgentes contra una base de la fuerza aérea en el suroeste de Alepo.
A pesar de la violencia, el viceprimer ministro sirio, Qadri Jamil, dijo el jueves que los días 23 y 24 de noviembre podría celebrarse una conferencia de paz en Ginebra. El objetivo de Washington y Moscú es que el gobierno y la oposición se sienten en la misma mesa.
Kerry participará el martes en Londres en la reunión de "Los amigos de Siria", que reúne a los países que apoyan a la oposición (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Egipto y Jordania).
El principal escollo es que la oposición siria está muy dividida sobre la cuestión de si debe sentarse a negociar en la misma mesa que el gobierno sirio. La coalición opositora votará al respecto en una reunión prevista los días 24 y 25 de octubre en Estambul.
Además de los participantes, otro problema importante es el orden del día. El régimen descarta la dimisión del presidente Bashar al Asad como parte de una transición política. Pero la oposición en el exilio, apoyada por los occidentales, se niega a que el presidente sirio continúe en el cargo.
A pesar de la creciente inseguridad, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que llegó a Siria el 1 de octubre, anunció que había verificado 14 de las más de 20 instalaciones que planea inspeccionar.
Chipre anunció este viernes que aprobó la creación de una base en su territorio, destinada a estos expertos de la ONU encargados de supervisar la destrucción del arsenal químico de Siria.
Chipre ya sirvió como zona de tránsito para los expertos en desarme que trabajaron en Irak hace diez años.