El escape de gas nauseabundo de una planta química de Ruán (Normandía, noroeste de Francia) suscitaba el martes inquietud en una amplia región de Francia, desde Normandía hasta París, pero también en Inglaterra, pese a las declaraciones tranquilizadoras de las autoridades.
El escape empezó el lunes por la mañana en la empresa Lubrizol, situada en Ruán, unos 110 km al oeste de París, a raíz de una reacción química imprevista en una cuba de mercaptano.
Este gas, llamado también metanotiol, es un producto nauseabundo utilizado para "perfumar" el gas de uso doméstico inodoro a fin de que sea posible detectar los escapes y evitar accidentes.
"Es un horror, creía estar dentro de una garrafa de gas", contó Nathalie, un ama de casa que vive cerca de la fábrica, clasificada de alto riesgo industrial. Manon, una estudiante que estaba en un cine del centro de Ruán, sintió "un olor fétido", como de "huevos podridos", dentro del cine. Otro habitante, Christophe, dijo que sintió la garganta irritada y dolores de cabeza durante la noche.
Sin embargo, las autoridades francesas afirmaron rápidamente que las emanaciones no eran tóxicas y que el gas en cuestión era "de muy baja concentración".
Pese a ello, las autoridades regionales anunciaron que el Plan Particular de Intervención, que se aplica en caso de accidente industrial susceptible de sobrepasar el marco de una fábrica, fue puesto en marcha el martes en Ruán.
La aplicación de ese plan tuvo como primera consecuencia la anulación de un partido de fútbol de la Copa de Francia que debía oponer los equipos de Ruán y de Marsella el martes por la noche.
"No queremos encontrarnos con 10.000 espectadores a dos kilómetros de la fábrica sin ninguna capacidad para confinarlos o evacuarlos si fuese necesario", declaró a la AFP Florence Gouache, alta funcionaria regional.
La nube atravesó el Canal de la Mancha
La ministra francesa de Ecología, Delphine Batho, partió precipitamente de Berlín, donde participaba a las ceremonias de conmemoración del 50 aniversario del Tratado franco-alemán del Elíseo, para trasladarse a Ruán.
Empujada por los vientos, la nube de gas llegó la noche del lunes hasta París, donde el olor era perceptible todavía la madrugada del martes.
Y atravesó incluso el Canal de la Mancha hasta llegar a Inglaterra, donde la policía afirmó que había recibido un gran número de llamados para señalar el "olor a gas".
En Francia, tanto en Normandía como en la región parisina, los servicios de socorro recibieron miles de llamados de gente que señalaba el olor y daba cuenta de náuseas y de dolores de cabeza.
La empresa Lubrizol, especializada en la fabricación de aditivos para lubricantes, combustibles y pinturas, indicó el martes por la mañana que tenía "grandes esperanzas" de que el incidente se solucionara en el día. Las actividades de la planta fueron totalmente detenidas el lunes por la noche por decisión de las autoridades regionales.
Lubizon pertenece a Berkshire Hathaway, consorcio del influyente empresario estadounidense Warren Buffett.
"Todo el mundo dice que no hay que entrar en pánico, pero se dijo lo mismo sobre la nube de Chernobyl", declaró a la AFP Patricia Cousteau, ama de casa que se dijo "inquieta por sus cuatro hijos".
Todas las fuentes interrogadas por la AFP descartaron que el mercaptano tenga consecuencias para la salud. Una fuente de los servicios de socorro señaló que "puede haber algunos casos aislados de intolerancia al producto, pero ahora estamos sobre todo ante una reacción psicológica debida al olor".
Sin embargo, el metanotiol es oficialmente un producto clasificado como "tóxico por inhalación" y "peligroso para el medio ambiente". Según el Instituto Nacional francés de Investigación y de Seguridad (INRS), se han señalado casos de intoxicación aguda entre los trabajadores expuestos directamente a las emanaciones.
En baja concentración, las consecuencias eventuales son irritación de los ojos, de las mucosas respiratorias y de la piel, precisó el INRS.
AFP