Las autoridades de México llevan años urgiendo a Estados Unidos a que promulgue una ley de control de armas como la que presentó el miércoles el presidente Barack Obama, pues argumentan que los cárteles de las drogas utilizan rifles de asalto estadounidenses en sus disputas territoriales.
Sin embargo, analistas revelaron que por ahora, las medidas propuestas por el mandatario repercutirán muy poco en la ola de asesinatos mafiosos en la que se encuentra sumergido México, pues los cárteles han acumulado un arsenal de tipo militar que supera al de las policías locales.
Funcionarios mexicanos y algunos analistas han relacionado la creciente violencia en México con el fin en 2004 de una prohibición de la comercialización de rifles de asalto en Estados Unidos, argumentando que esto permitió que las bandas criminales traficaran fácilmente poderosas armas que compraban del lado norte de la frontera que divide a ambos países.
La semana pasada, el flamante embajador de México en Estados Unidos, Eduardo Medina Mora, aseguró que existe una "correlación estadística" entre la fecha en que expiró la prohibición y la creciente "potencia de fuego de grupos criminales", en su país.
La Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos otorga a los estadounidenses el derecho a poseer armas, y la "regulación que en su caso se adopte, no está, no estuvo, no debe estar diseñada para armar a grupos criminales extranjeros", dijo a periodistas.
Algunos activistas también culparon a la endeble ley sobre armas de Estados Unidos de contribuir a la violencia, que dejó más de 70.000 muertos en el sexenio del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), según cifras del actual gobierno.
Más de 54.000 mexicanos firmaron una petición que fue entregada a la embajada de Estados Unidos esta semana, urgiendo a su gobierno a hacer más restrictivas las leyes sobre armas y calificando de "ilegal e inmoral" el tráfico armamentístico en México.
Tras la matanza ocurrida en diciembre en una escuela de Connecticut (noreste de EEUU), que dejó un saldo de 20 niños y seis adultos muertos, Obama propuso reinstaurar la prohibición de rifles de asalto y cargadores de alta capacidad, así como llevar un registro de todas las ventas de armamento en el país.
"Me parece que limitar las armas de asalto, incluyendo cargadores de municiones y otro tipo de armas de corte militar, tendrá ciertamente un impacto", dijo a la AFP Arindrajit Dube, profesor de Economía de la Universidad de Massachusetts (noroeste de EEUU).
Sin embargo, acotó que tomará tiempo que una nueva prohibición de rifles de asalto tenga efecto en México, aunque minimizaría progresivamente las reservas. "Esto al menos restaría las (armas) de reemplazo", añadió.
Dube es coautor de una investigación que halló que las poblaciones mexicanas fronterizas con Texas, Arizona y Nuevo Mexico registraron un más alto índice de homicidios y ataques con armas después de 2004 con respecto a aquellas que colindan con California, un estado que tiene su propia prohibición de rifles de asalto.
Esta investigación atribuyó al menos 238 muertes adicionales por año en pueblos que se localizan a 160 km de la frontera tras el fin de la prohibición.
Un reporte de 2012 de la estadounidense Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) muestra que 68% de las cerca de 100.000 pistolas decomisadas y reportadas por las autoridades mexicanas entre 2007 y 2011 vinieron de Estados Unidos.
Sin embargo, algunos analistas dudan que exista una relación entre el fin de la prohibición de rifles de asalto en Estados Unidos y el alza de la violencia en su vecino del sur, e incluso acusan a Calderón, cuyo mandato finalizó en diciembre, de transferir la culpa a Estados Unidos por el fracaso de sus propias políticas.
Georgina Sánchez, una consejera mexicana sobre política de armas, dijo que la propuesta de Obama tendrá un impacto en el mercado armamentístico, pero matizó diciendo que ya hay demasiadas armas en manos de criminales.
"La violencia no va a disminuir automáticamente con esta legislación", que aún debe ser aprobada por el Congreso estadounidense, añadió.
Aunque México tiene leyes sobre armas más restrictivas que Estados Unidos, incluyendo su prohibición de armas de alto calibre, Sánchez estima que 15 millones de armas están circulando en México, un país de 112 millones de habitantes.
"México es el país con más retraso en el continente en términos de control de armas", y existe un alto índice de corrupción en las aduanas de la frontera de 3.200 km que divide a Estados Unidos de México, aseguró Sánchez.
Según ella, las autoridades mexicanas deben emprender una campaña de educación que transforme la fascinación cultural por las armas de su país.
Samuel González, consultor privado de seguridad y exprocurador antidroga, opina que las autoridades mexicanas deberían denunciar a los comerciantes de armas estadounidenses que con conocimiento de causa venden armas a criminales.
Sin embargo, aún en el caso de que el Congreso de Estados Unidos reinstaure la prohibición de rifles de asalto, dijo, los cárteles se las arreglarán para encontrar vendedores en otros países, "pues conseguir cocaína es más difícil que conseguir armas".
AFP.