El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció un plan de inversión de unos 7,7 billones de pesos (unos 572.500 millones de dólares) en infraestructuras hasta el fin de su mandato en 2018, incluidas las del estratégico sector de hidrocarburos.
"El desarrollo de infraestructura es la forma más tangible y concreta de transformar una nación", dijo Peña Nieto en la presentación del llamado Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018.
Este plan se enfocará en potenciar los sectores de comunicaciones y transportes, energía, hidráulico, salud, desarrollo urbano, vivienda y turismo, describió el mandatario.
De esa inversión total, 2,8 billones de pesos (208.178 millones de dólares) se destinarán a infraestructuras para el sector energético, a los que se debe sumar otro 1,1 billón de pesos (81.784 millones de dólares) proveniente del sector privado, señaló en su intervención el secretario (ministro) de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
El gobierno espera dinamizar este sector con la controvertida reforma energética aprobada el año pasado, que abrió por primera vez en 75 años este nacionalizado sector a la inversión privada tanto nacional como extranjera. Esta legislación, no obstante, aún debe ser reglamentada con leyes secundarias.
Coldwell señaló que con esta reforma "se pondrá en marcha el conjunto de proyectos más ambicioso de los últimos tiempos" y que el programa de inversiones proyectado permitirá aumentar la producción de crudo del nivel actual de 2,5 millones de barriles diarios "a 3 millones de barriles diarios hacia 2018".
El gobierno construirá además "10.000 kilómetros de gasoductos" durante el mandato de Peña Nieto (2012-2018), añadió Coldwell al mencionar que también se invertirá en la infraestructura de refinación y petroquímicos, entre otros.
El gobierno de Peña Nieto trata de incrementar la decaída producción petrolera del gigante estatal Pemex, que aporta más de un tercio de los ingresos públicos de México, un país con cerca de la mitad de sus 118 millones de habitantes en la pobreza./AFP