Inflación desbordada, una guerra perdida | El Nuevo Siglo
Jueves, 7 de Abril de 2016

CON LA mayor inflación anual de los últimos diez años (7,98%), el manejo del costo de vida parece que es una guerra perdida, no solo para el Gobierno sino para la política monetaria que ha implementado el Banco de la República.

En marzo, el Índice de Precios al Consumidor, IPC, subió 0,94% y reflejó que el rumbo de la inflación no va a ceder como lo pronosticaba el Gobierno sino que por el contrario seguirá subiendo.

El impacto del fenómeno del Niño y la fuerte devaluación del peso están rompiendo todos los pronósticos. No en vano el costo de vida de los colombianos se ha incrementado considerablemente, sobre todo por alimentos, bienes básicos, servicios, transporte, educación y salud.

Desde que el Banco de la República comenzó en septiembre de 2015 a modificar su política monetaria cuando las tasas de interés estaban en 4,25% y decidió hacer aumentos escalonados de 0,25 puntos porcentuales, la inflación anual estaba en 5,35%.

Pero luego de ocho meses de incrementos, las tasas de intervención que el Banco de la República cobra al sistema financiero están en 6,50% y la inflación en 7,98%.

Los principales motivos para el incremento de los tipos de interés para el Emisor, están en frenar la inflación y evitar que la demanda de los colombianos se desborde, sobre todo frente a los créditos. Pero nada de esto se ha cumplido, ya que a pesar del aumento de los intereses, los colombianos siguen endeudándose y comprando.

Variaciones

El economista José Manuel Restrepo dice que “se debe revisar la variación a 12 meses o incluso a tres meses en los últimos 10 o 15 años. Si se hace ese ejercicio se encuentra, según los datos del DANE, que sólo la variación mensual en este año es la peor de los últimos ocho años, que la variación de este trimestre es la más alta de los últimos 10 años, y que la de los últimos 12 meses es la peor en 10 años”.

Restrepo también asegura que el problema de fondo con la inflación son los alimentos, debido a que la sequía provocada por el fenómeno del Niño ha afectado el agro y golpeado al consumidor final. La medida que ha adoptado el Emisor para atacar la inflación ha sido subir las tasas de interés. Sin embargo, para el rector esta estrategia no estaría dando los resultados esperados, pues “aunque para frenar la inflación seguro va a tener que subir duro las tasas de interés, el problema es que va a ahorcar el mediano crecimiento que está teniendo la economía en este momento”.

Durante los últimos 12 meses llama la atención que en los estratos bajos subió más el costo de vida: 8,49%, es decir, un poco más de medio punto que para el total de la población colombiana.

En los estratos socioeconómicos con ingresos medios, el costo de vida fue 7,79% más alto y entre los colombianos de mayores ingresos, la inflación registró un alza de 7,50%.

Los alimentos

El precio de los alimentos, en ese mismo periodo, es el que ha estado presionando más el bolsillo de los colombianos. En este lapso han subido 12,35%, mientras que solo en el tercer mes del año se incrementaron 1,62%.

Sin duda, los alimentos continúan explicando la mayor parte de las presiones sobre los precios al consumidor, pero se suman otras fuentes de alzas en otros grupos de gasto, lo cual reflejaría la existencia de efectos en segunda ronda.

De acuerdo con los analistas del Bancolombia, la alta volatilidad del tipo de cambio, sumado a otros factores, ha permitido que el traspaso de la depreciación del tipo de cambio a la inflación sea moderado y no haya finalizado todavía.

Además, dada la persistencia prolongada de los choques de oferta y la activación de efectos de segunda ronda en la inflación, existen riesgos al alza sobre nuestras proyecciones de fin de año.

En este sentido, la tasa de interés del Emisor se ubica en el nivel más negativo desde diciembre de 2002, lo cual refleja que, a pesar de los incrementos ejecutados hasta ahora, la política monetaria continúa siendo expansiva.

Ante esta situación, los expertos señalan que “son previsibles incrementos adicionales en la tasa de intervención del Banco de la República en los próximos meses. Las decisiones de política monetaria dependerán de la nueva información sobre la actividad real y financiera, pero principalmente de la evolución de las expectativas inflacionarias de los agentes, la inflación mantiene su estacionalidad histórica, pero refleja mayores presiones alcistas que en 2015.

Señalan que en marzo de 2016 los precios al consumidor registraron un aumento mensual de 0,94%, superior a la expectativa del consenso de analistas (0,68%), y a nuestra estimación (0,80%). Es importante mencionar que el resultado de marzo de 2016 es inferior al del mes pasado (1,28%), pero superior al contabilizado en el mismo periodo de 2015, cuando los precios variaron 0,59% mensualmente. Lo anterior refleja que las mayores presiones inflacionarias podrían ocurrir en los primeros meses del año como es tradicional, pero en una magnitud superior a lo observado en 2015”.

La más alta

Aseguran los investigadores que la inflación anual alcanza el nivel más elevado desde 2001. La inflación total anual llegó a 7,98%, superior al dato de febrero (7,59%) y 498 puntos básicos por encima de la meta puntual de inflación del Emisor (3,0%),  lo que representa el nivel de inflación más elevado desde octubre de 2001. Así mismo, la inflación en el primer trimestre del año alcanzó 3,55%, 115 puntos básicos más que el dato del primer trimestre del año pasado.

Para la entidad financiera, los alimentos es lo que explica con el 45%, la inflación desbordada anual. En las variaciones mensuales las principales presiones inflacionarias se concentraron en comunicaciones (2,28%), alimentos (1,62%), salud (1,19%), y otros gastos (1,05%) que marcaron variaciones superiores al IPC total. Por su parte, se observó disminución de los precios de diversión (-0,96%). Conviene mencionar que los precios de los alimentos han aumentado 12,35% anual, manteniéndose como el principal propulsor de la inflación en el país, al explicar casi el 45% de la variación anual del IPC total. A ello se suma el aumento de los precios de la vivienda, grupo que ha explicado un 25% de la inflación anual.

De otro lado el traspaso de la depreciación del tipo de cambio a la inflación se sigue acelerando. El rubro de transables ha aumentado 7,38% en el último año, producto del traspaso de la depreciación del tipo de cambio a la inflación. En este sentido es importante resaltar que la alta volatilidad del tipo de cambio ha permitido que la depreciación cambiaria no se haya transmitido completamente a los precios al consumidor. Una simple medida de traspaso de la depreciación al grupo de los bienes transables es el cociente entre la inflación anual de este grupo y la variación anual de la tasa de cambio nominal, indicador que se ubica en 31,5%, mayor que lo contabilizado en marzo de 2015 (12,3%).

Las presiones

Asimismo, en 2015 las principales presiones inflacionarias se observaron en los alimentos y en los transables. Sin embargo, la prolongada persistencia de una elevada inflación, junto con el deterioro de las expectativas inflacionarias de los agentes económicos, podría estar generando efectos de segunda ronda en la inflación.

En este sentido, los precios de los bienes no transables aumentaron 4,83% anual, cuando en el mismo periodo de 2015 su variación llegaba a 3,56%. Lo anterior también puede explicarse en la medida en que, a pesar de que se ha desacelerado, la demanda interna mantiene una dinámica positiva. En el mismo sentido, la inflación anual básica se ubica en 6,2%, el más elevado registro desde febrero de 2004.

 En este contexto, el fenómeno climático también impacta a los bienes regulados. Este grupo registró una variación anual de 7,24%, 89 puntos básicos por encima del dato de enero (5,02%) y 400 puntos básicos más que el del mismo mes de 2015 (3,25%).

Los servicios que presentaron la mayor variación anual fueron gas (26,9%), energía (14,91%), acueducto, alcantarillado (7,1%) y transporte (8,45%). Los tres primeros subgrupos han resultado afectados por la persistencia del fenómeno climático, lo cual ha implicado dificultades y mayores costos en la generación de energía. En contraste, los combustibles presentaron un descenso de 4,7%, producto de la baja cotización internacional del petróleo y completaron 15 meses consecutivos de variaciones anuales negativas.

Sostienen los analistas que “existen riesgos alcistas sobre nuestro escenario de pronóstico de inflación de fin de año. Luego de conocerse el reporte de inflación de marzo de 2016, consideramos que los riesgos sobre nuestro escenario de inflación de fin de año se sesgan al alza”.

La oferta

Aseguran los expertos que “en la medida en que los choques de oferta que experimenta la economía han persistido más tiempo que lo previsto y con una mayor intensidad, en especial el impacto del fenómeno del Niño, el cual podría llevar a que la normalización en los precios de los alimentos no se concrete tan rápido como lo contemplado en las proyecciones. Así mismo, algunos indicadores líderes sugieren que la demanda interna continúa en expansión.  Lo anterior indica que nuestro escenario base de inflación esperada para el final de 2016 en 4,4% luce menos probable que el alcista de 5,4%”. 

Frente a lo que sucede con la política monetaria, indica que la tasa de intervención del Emisor en términos reales alcanzó en marzo -1,37%,  lo que corresponde al nivel más bajo desde diciembre de 2002, y se ubica en terreno expansivo o de impulso a la actividad económica. A ello se suma que luego del reporte de inflación las expectativas de los agentes frente a la inflación se deteriorarán. De esta manera, la autoridad monetaria elevaría en 25 puntos básicos hasta 6,75% su tasa de intervención en la reunión de abril y podría continuar su ciclo hasta un nivel de 7%. La probabilidad de que el Emisor eleve más allá del 7% la tasa de referencia en los siguientes meses dependerá principalmente de la evolución de las expectativas de precios y de los indicadores de actividad real y financiera.

 

El desplome de las exportaciones

Entre enero y febrero de 2016, las exportaciones registraron una disminución de 31,1%, pasando de US$6.035,9 millones en 2015 a US$4.156,3 millones en 2016.

El grupo que más contribuyó a la variación fue combustibles y productos de las industrias extractivas con una reducción de 45,2% al pasar de US$3.383,1 millones en 2015 a US$1.853,2 millones en 2016. Este comportamiento se debió principalmente a la disminución de 49,6% en las ventas externas de petróleo, productos derivados del petróleo y productos conexos. Las toneladas exportadas del grupo de combustibles y productos de las industrias extractivas presentaron una disminución de 5,1%.

Asimismo, en febrero de 2016 las ventas externas del país pasaron de US$3.133,1 millones en febrero de 2015 a US$2.297,4 millones en el mismo mes del año en curso, lo que significó una disminución de 26,7%.

El grupo de combustibles y productos de las industrias extractivas cayó 44,8%, pasando de US$1.794,0 millones FOB en febrero de 2015 a US$990,3 millones en el mismo mes de un año después.

Las toneladas exportadas de petróleo, productos derivados del petróleo y productos conexos disminuyeron 8,6%, acompañados de una variación negativa del precio internacional del petróleo. No obstante el volumen exportado de carbón registra un aumento de 16,6%.

El grupo de manufacturas registró una disminución de 12,4%, al pasar de US$665,0 millones FOB en febrero de 2015, a US$582,8 millones FOB en febrero de 2016. Este comportamiento se explicó por la caída en las ventas externas de vehículos de carretera (-35,4%), aceites esenciales y resinoides y productos de perfumería (-28,0%), plásticos en formas primarias (-17,6%) y maquinarias especiales para determinadas industrias (-60,4%).