La inflación brasileña se volvió a acelerar en setiembre para ubicarse en 7,31% en 12 meses, un récord en seis años y muy por encima del máximo de tolerancia oficial, pese a pronósticos del gobierno sobre una reducción de los precios al consumo.
La inflación fue de 0,53% en setiembre y el acumulado de enero a setiembre ya suma 4,97%, informó el oficial Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La meta oficial del gobierno es una inflación anual de 4,5%, con un techo de tolerancia 6,5%.
Las autoridades brasileñas insisten en que la inflación comenzará a retroceder hacia el final del año, pero hasta ahora no se vislumbra un descenso.
El Banco Central (BC) aprobó en agosto un polémico recorte de la tasa básica de interés, de 12,5% a 12%, al considerar que la inflación estaría bajo control y con el objetivo de animar el crecimiento, que está en desaceleración.
El BC acaba de reducir de 4% a 3,5% la previsión del Producto Interno Bruto (PIB) para este año. El temor del gobierno es que el impacto de la crisis en Europa y Estados Unidos empeore la situación.
"El Banco Central se equivocó: apostó a que habría desaceleración debido al empeoramiento de la situación de la zona del euro, pero eso no se cumplió, la situación económica brasileña continúa positiva, con el empleo y el crédito en alza, y eso estimula la inflación", expresó el economista jefe de la calificadora Austin Rating, Alex Agostini.
Para el especialista, el aumento de los precios no está fuera de control. "Todavía hay instrumentos para controlar la inflación. El Banco Central y el gobierno necesitan una postura clara, dando más prioridad al control de la inflación", señaló.
AFP