La violencia en Siria, devastada desde hace más de dos años por un conflicto sangriento, impidió a los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), encargadas de la destrucción del arsenal químico sirio, de acceder a dos sitios, anunció a la OPAQ el lunes.
Los inspectores "concluyeron sus actividades de verificación sobre 21 de los 23 sitios declarados por Siria", indicó la OPAQ en un comunicado, subrayando que "ambos sitios, que deben aun ser objeto de inspección, no lo han sido por razones de seguridad".
Los inspectores debían revisar todos los 23 sitios para el domingo, fecha límite en la que Siria debía también haber entregado a la OPAQ un programa detallado para la destrucción de su arsenal.
Este "plan general de destrucción" fue entregado el jueves a la OPAQ.
"La misión conjunta en Siria de la OPAQ y de la ONU busca que las condiciones de seguridad necesarias sean cumplidas para que los inspectores puedan llegar sin riesgo al sitio", agregó la OPAQ, sede en La Haya.
La organización, que recibió el premio Nobel de la paz a inicios de octubre, está encargada de supervisar la destrucción del arsenal químico sirio luego de una resolución histórica de las Naciones Unidas.
Esta resolución 2118 ordena la destrucción del arsenal químico sirio de aquí a mediados de 2014.
El Consejo ejecutivo de la OPAQ utilizará la declaración sometida el jueves para fijar de aquí al 15 de noviembre las diferentes fechas límite para la destrucción del arsenal químico de Siria, convertido oficialmente en Estado miembro de la convención el 14 de octubre.
La resolución de la ONU fue adoptada en medio de un acuerdo ruso-estadounidense de desmantelamiento del arsenal químico sirio, que alejó la amenaza de un ataque estadounidense, esgrimido luego de un ataque químico el 21 de agosto cerca de Damasco.
Este ataque fue imputado por Estados Unidos y sus aliados al régimen sirio. Pero Siria, apoyada por Rusia, niega ser el responsable y declaró que se trató de una provocación de la rebelión.
Según expertos, Siria poseería más de 1.000 toneladas de armas químicas, entre ellas 300 toneladas de gas mostaza.
La misión de desarme químico de Siria es extremadamente ambiciosa y peligrosa: por primera vez en la historia de la OIAC, una misión es efectuada en un país en plena guerra civil.