Como ya se presagiaba por indicadores líderes, las cifras del sector industrial no fueron buenas en 2012 cuando la producción apenas creció 0,7 por ciento, de acuerdo al informe de la ANDI.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), que el gremio realiza con Acicam, Acoplásticos, Andigraf, Anfalit, Camacol y la Cámara Colombiana del Libro, en el 2012 las ventas totales crecieron 2.3% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno crecieron 2.1%.
Indica el informe que este resultado se vio afectado negativamente por el mantenimiento en la refinería de Barrancabermeja de Ecopetrol a principios del 2012. Sin embargo, aislando esta situación del comportamiento del resto de la industria manufacturera, los resultados de producción y ventas ascienden a 1.0% y 2.5% respectivamente.
A nivel sectorial, también se observa un comportamiento desfavorable, que se generaliza a buena parte de los subsectores. Al finalizar el 2012 el indicador de uso de la capacidad instalada se situó en 76.5%, nivel similar al promedio de la EOIC (76.4%).
Señala el análisis que los indicadores de demanda (inventarios y pedidos) si bien se mantienen por encima del promedio histórico, reflejan una tendencia desfavorable en los últimos meses. En efecto, en diciembre de 2012, el 82.7% de la producción calificó sus pedidos como altos o normales, frente a un indicador del 92% en igual mes de 2011. Por su parte, el porcentaje de la producción que reportó sus inventarios como altos fue de 16.3%.
Al finalizar el 2012, el 65.1% de los encuestados calificó la situación de la empresa como buena, nivel más de diez puntos por debajo del reportado en el año inmediatamente anterior (74%) y las mejores expectativas son reportadas por el 33.8% de las empresas (frente a 45.3% en diciembre de 2011).
Explica la ANDI que en Colombia, como en el resto del mundo, el 2012 fue un año difícil para la industria manufacturera. Estas dificultades se explican tanto por factores externos como internos. En lo externo, la crisis internacional estuvo marcada por una creciente incertidumbre, un proceso de desaceleración y un comercio internacional poco dinámico.
La situación fue particularmente difícil para la manufactura, sector con alta apertura exportadora, ya que con la desaceleración del comercio internacional, las empresas no sólo enfrentan una demanda deprimida por sus productos, sino una competencia más agresiva en los mercados mundiales. En lo interno, además del debilitamiento de la demanda y los altos costos de algunas materias primas, también es necesario destacar el impacto de la revaluación del peso colombiano sobre las exportaciones y los bienes que compiten con importaciones.
Esta compleja situación manufacturera se refleja en los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta, donde al cierre del 2012 terminamos con unos bajos crecimientos en producción y ventas, unos pedidos en desaceleración y un clima de los negocios que se ha venido deteriorando. Asimismo, preocupa el comportamiento del empleo en el sector manufacturero donde ya se detecta una desvinculación de trabajadores. En efecto, de acuerdo con los resultados de la Gran Encuesta Integrada de Hogares del DANE, el empleo manufacturero que venía con una buena dinámica desde mediados del 2010, a partir de julio de 2012 empieza a registrar tasas negativas, observándose una caída de -3.6% en el empleo manufacturero en el trimestre octubre-diciembre 2012, comparado con igual lapso de 2011.
En el 2013 la situación no es menos compleja: el crecimiento mundial se mantendrá alrededor del 3.5%, donde las economías desarrolladas apenas crecerán al 1.4% y América Latina 3.9%, según los últimos pronósticos del FMI. El comercio internacional también mantendrá una baja dinámica con un crecimiento del 3.8%, donde las importaciones de las economías avanzadas sólo lo harán a tasas del 2.2%.
Es decir, las empresas continuarán enfrentando una demanda deprimida en los mercados internacionales acompañada de una competencia más agresiva, que se percibe tanto en el mercado mundial, como a través de los productos importados en el mercado interno. Igualmente pesarán en contra nuestra, los altos costos y nuestras grandes limitaciones en materia de competitividad.