Que aceleren sus planes de recortes presupuestarios y de flexibilización del mercado laboral, entre otras reformas estructurales, a cambio de ampliarles los plazos para ajustar sus déficits públicos exigió la Unión Europea a España y Francia, lo que generó de inmediato una airada reacción de esos gobiernos.
Así, España tendrá hasta 2016 y Francia hasta 2015 para reducir su déficit público por debajo del 3%, según las recomendaciones macroeconómicas de la Comisión Europea (CE) divulgadas este miércoles, que reflejan un giro en la estrategia de Bruselas al pedir menos austeridad y más reformas para reactivar el crecimiento.
Esto le supondrá al gobierno de Mariano Rajoy un balón de oxígeno de 45.000 millones para los próximos dos años. Francia deberá reducir su déficit a 3,6% en 2014 y 2,8% en 2015, tras cerrar el año con un 3,9% de su PIB.
El Ejecutivo comunitario accedió además a ampliar hasta el 6,5% el tope de déficit para España para este año, dos décimas superior (equivalentes a unos 2.000 millones de euros) al 6,3% que había pedido el Gobierno español.
"España ha emprendido un programa convincente de reformas", consideró el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Asuntos Monetarios, Olli Rehn, en una rueda de prensa.
Pero a cambio Bruselas intensificó la presión para que ambos países aceleren la reforma laboral y de las pensiones a las que se comprometieron, además de modificar el sistema tributario.
"La corrección duradera de los desequilibrios presupuestarios se basa en la aplicación creíble de ambiciosas reformas estructurales que aumenten la capacidad de ajuste e impulsen el crecimiento potencial y el empleo", recordó la Comisión.
España evitó de momento un proceso correctivo por sus desequilibrios macroeconómicos, que le hubiera implicado una multa de hasta 1.000 millones de euros.
La UE exigió a España que acelere la reforma laboral ante un desempleo "crítico". El país, que tiene un desempleo de más del 27% de su población activa, debe "finalizar la evaluación de la reforma del mercado de trabajo de 2012, abarcando todos sus objetivos y medidas en julio de 2013 a más tardar", sentenció la CE.
"Es objeto de especial preocupación el acentuado aumento del índice de desempleo juvenil al 56%", indicó.
En materia fiscal, Bruselas instó a Madrid a una "revisión sistemática del sistema tributario para marzo de 2014". Esto incluye la posibilidad de subir el IVA a algunos productos.
El país, donde la brecha social no deja de aumentar, inmerso en una recesión desde finales de 2011, tendrá que "adoptar y aplicar las medidas necesarias para reducir el número de personas con riesgo de pobreza o marginación social".
Desde que llegó al poder a finales de 2011, Rajoy emprendió drásticas medidas de austeridad y un aumento de la presión fiscal para ahorrar 150 millones de euros y sanear el desequilibrio en las cuentas públicas españolas, que entonces registraban un déficit del 9,4%.
Estas medidas, que según muchos analistas han frenado la recuperación económica, han disparado el desempleo, además de la indignación de muchos ciudadanos.
El primero en reaccionar a las exigencias europeas fue el presidente francés Hollande quien dijo que "la Comisión (Europea) no tiene que dictar a Francia lo que debe hacer. Lo único que tiene que decir es que Francia debe restablecer sus cuentas públicas".
Agregó que “en lo que respecta a las reformas estructurales, sobre todo las reformas de las jubilaciones, somos nosotros, exclusivamente, quienes debemos decir cuál será el buen camino para alcanzar el objetivo”./AFP