Con éxito avanza la alianza entre la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) para trabajar de la mano en desarrollo del III Censo Agropecuario Nacional que se realiza en el país.
El acuerdo que espera brindar una mejor identificación de la población indígena en el país y que se asemeja a una consulta previa, incluye la identificación de rutas para el acceso a territorios indígenas que no han sido incluidos en los registros del DANE.
Según la ONIC, el proceso “garantiza la participación de los pueblos indígenas mediante acuerdos que garanticen que la información estadística recolectada en la operación censal, conserve la pertinencia, calidad y cobertura necesaria para la toma de decisiones con enfoque diferencial”.
Lo anterior permitirá revisar y concertar los objetivos, contenidos y herramientas de los censos que se realizarán en territorios indígenas.
Además de esto se estableció la participación como censistas y supervisores en el proceso de habitantes de los pueblos indígenas.
Los participantes son avalados por las organizaciones indígenas, y deben conocer el desarrollo de la actividad agropecuaria en su territorio, teniendo en cuenta el alcance del Censo.
Para esta labor la ONIC dividió en cuatro regiones el país (Occidente, Norte, Centro-Oriente y Orinoquia) y estableció una asamblea nacional con las organizaciones afiliadas a la Organización.
Talleres
Previo al Censo, el DANE realizó talleres con varias comunidades para la identificación de rutas.
En estos espacios participativos se construyeron mapas que permitirán llegar a una imagen colectiva del territorio, su espacio geográfico, cultural, social, económico e histórico, a través de lo cual se identifican las rutas de acceso, medios de transporte.
En total se realizaron ocho talleres en los departamentos de Chocó, Nariño y Valle del Cauca, en los cuales participaron comunidades indígenas y pueblos afrocolombianos.
Los grupos étnicos que participaron de estos talleres fueron: Embera, Embera Chamí, Embera Katío, Embera Dobida, Tule, Wounaan, Emperara Siapidara, Awá, Waunan, Nasa, Paez, Nasa Embera Chamí, negros y afrocolombianos.
En total serán censados 182 títulos de territorios colectivos de comunidades afrodescendientes y 770 resguardos indígenas, lo que representa cerca de 5,2 y 34 millones de hectáreas respectivamente.
El III Censo Agropecuario comenzó el 6 de noviembre en el departamento del Quindío donde se realizó entre el 27 de noviembre al 23 de diciembre de 2013 en sus 12 municipios. En Tolima se ejecutó entre el 2 de diciembre al 23 de diciembre de 2013 en 15 municipios. En Atlántico está programado entre el 7 de enero al 26 de febrero de 2013 en los 23 municipios y en Risaralda entre el 3 de febrero al 26 de marzo de 2013 en sus 14 municipios.
Expectativas
El DANE, que está al frente del proceso lo considera como una herramienta fundamental para definir para el desarrollo del sector.
Para evidenciar lo trascendentales que resultarán los datos y realidades que se deriven de esta medición baste con decir que el último censo agropecuario que se realizó en el país fue hace 43 años.
Es claro que tras cuatro décadas los escenarios rurales son muy distintos y se impone para un país que tiene una frontera agrícola en expansión, la obligación de contar con información actualizada que permita que las políticas macro y micro, las decisiones sectoriales en torno de cultivos y distintas actividades del campo se tomen sobre la base de datos verídicos.
La vocación de los suelos, el tipo de actividad que se realiza en cada zona, sus volúmenes y características principales, la mano de obra que utilizan, las estructuras de costos, el inventario de cultivos, animales y maquinaria, así como un sinnúmero de informaciones complementarias llevarán al país a contar con la plataforma de datos que permitan proyectar una verdadera política de desarrollo rural que durante tantos años se ha urgido pero que por distintas razones los sucesivos gobiernos de las últimas décadas no pudieron formular de forma integral.
En no pocas ocasiones se ha señalado que en Colombia las brechas de pobreza y calidad de vida entre la parte urbana y la rural del país tienen entre sus causantes que las autoridades de distinto nivel conocen mejor las realidades de la primera pero no así de la segunda. Ello lleva a que muchos de los recursos que se han destinado para el fortalecimiento del campo hayan tenido un bajo impacto.
La eficiencia de las medidas adoptadas bajo la información que arroje el Censo aumentará de manera sustancial, al tiempo que los seguimientos a corto, mediano y largo plazos se hacen más fáciles, sobre todo ahora que se cuenta con herramientas de última tecnología.